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Iglesias lastra a Podemos, Errejón apunta a Ciudadanos
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Estefania Molina

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Iglesias lastra a Podemos, Errejón apunta a Ciudadanos

¿Qué pasaría en el eventual escenario de que la repetición electoral permita a Más Madrid presentarse? Se ha demostrado que se puede concurrir a unas generales casi con lo puesto

Foto: Pablo Iglesias. (EFE)
Pablo Iglesias. (EFE)

Un expablista me opinaba que si es verdad que una hipotética plataforma de Íñigo Errejón estuviera lista para unas elecciones en otoño, Pablo Iglesias correría a entregarle el gobierno a Pedro Sánchez. “Iglesias no competiría con el partido de Íñigo Errejón porque se repetirá lo de Madrid" –es decir, una sangría de votos hacia el exnúmero dos de la formación. Su opinión sería de delicia para Moncloa, si no fuera que lo que conviene al secretario general de Podemos a menudo no es lo que conviene a su propio partido.

Tanto así, que el afán de Iglesias por tener tres o cuatro ministerios ha arrojado al partido morado a las garras del ‘show’ de Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno parece frotarse las manos, a las puertas de una sesión de investidura donde pasear por el barro a sus rivales. Españoles, la culpa es de quienes no me dejan gobernar y Podemos sólo piensa en las sillas. El líder socialista asumiría la pena de portada. Pero la izquierda se juega su maltrecha unidad en un careo plenario de consecuencias imprevisibles.

Foto: Sánchez, en Osaka. (EFE)

La política española ha entrado así en un peligroso modo preelectoral. Podemos ya anda diciendo que el PSOE prefiere a la derecha. ¿Se lo dice a los electores, o a quién? Demasiada crispación este julio puede dejar setiembre fuera de juego y abocar el país indefectiblemente hacia unas elecciones. ¿Acaso es posible que Sánchez descienda al barro para acabar reculando después y pactar un gobierno de coalición? ¿O bien Iglesias cree posible elevar el tono para acabar después en una rendición?

La duda inminente en Podemos debería ser si unos ministerios van a solucionar su crisis, o por el contrario, a agravar sus contradicciones. La UE pide ajustes de entre 6.000 y 8.000 millones de euros a España. El otoño puede calentarse en Cataluña –¿se prestaría Iglesias a un 155? Moncloa no quiere derogar la reforma laboral. Leyes como la financiación no cursarían sin el apoyo del PP. Y así un largo etcétera donde la alianza de PSOE y derecha –con pactos de Estado– puede dejar al partido morado a la altura de 'establishment'.

Es legítimo no querer la oferta de Sánchez, pero lo llamativo es que Iglesias no asuma la posición del partido en la investidura. “Si se salvaron con el chalé, igual también de esto”, critica un miembro de una antigua e importante confluencia. Iglesias se eximirá, como antaño, consultando la decisión a las bases. Las consultas internas se han convertido en la forma de que las cúpulas hagan lo que les parece, ahorrándose responsabilidad política. Se dice, lo han elegido unas bases que raramente contradicen al dirigente.

Es legítimo no querer la oferta de Pedro Sánchez, pero lo llamativo es que Iglesias no asuma la posición del partido en la investidura

Quizás lo que le interesa a la dirección de la formación –tocar poder– no sea lo que iría mejor a Podemos para reensanchar su base. Menos, si unas elecciones acaban rompiendo el equilibrio de fuerzas a la izquierda. El PSOE también tendría responsabilidad de ello. Pero en Podemos parece que arriesgar hasta al final sólo vaya a servir para resarcir a Iglesias y su frágil liderazgo: 42 escaños, hundimiento en las regiones y la salida de la disidencia. En lo último se parece Albert Rivera y su invitación a los críticos a formar un nuevo partido.

Lo curioso de plataformas personalistas como la nueva política, es que el recambio acabe estando fuera de la formación –y no dentro– por vaciado de talento y obediencia ciega al líder. Para Podemos ese es Errejón. Su ‘Podemos de orden’, que es Más Madrid, capaz de ofrecer certezas en tiempos sin crisis, arrasó a la marca nacional y capitalizó su descrédito. Ahora bien. En Más Madrid no han caído bien las noticias sobre que se presentarán a generales. “Tenemos poco más que la dirección del grupo en la Asamblea”, me dice un colaborador de confianza.

¿Pero qué pasaría en el eventual escenario de que la repetición electoral permita a Más Madrid presentarse?

¿Pero qué pasaría en el eventual escenario de que la repetición electoral permita a Más Madrid presentarse? En España se ha demostrado que se puede concurrir a unos comicios generales casi con lo puesto. El equipo de Más Madrid y su líder niegan con rotundidad que vaya a pasar.

Y cuidado porque Errejón también apunta maneras más allá del espectro podemita. Esta semana, mostró una intensa atención en hurgar en Ciudadanos y las contradicciones en los pactos de Ignacio Aguado con el PP. Su mismo colaborador me justificaba que su deber era pinchar ante las paradojas del resto. Y quizás la expulsión –o estampida– del sector progresista de Cs sea el nuevo caladero de votos para la nueva izquierda errejonista. En Twitter se ven cosas extrañísimas, como a Errejón elogiando a Toni Roldán. Aunque más extraño sería que el expodemita elogiase a Luis Garicano.

Un expablista me opinaba que si es verdad que una hipotética plataforma de Íñigo Errejón estuviera lista para unas elecciones en otoño, Pablo Iglesias correría a entregarle el gobierno a Pedro Sánchez. “Iglesias no competiría con el partido de Íñigo Errejón porque se repetirá lo de Madrid" –es decir, una sangría de votos hacia el exnúmero dos de la formación. Su opinión sería de delicia para Moncloa, si no fuera que lo que conviene al secretario general de Podemos a menudo no es lo que conviene a su propio partido.

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