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Joan Tapia

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Barcelona, ¿adónde vas?

Era el título de un libro contra el urbanismo del alcalde Porcioles al final del franquismo. Luego vinieron los 32 años de dominio socialista –con el

Era el título de un libro contra el urbanismo del alcalde Porcioles al final del franquismo. Luego vinieron los 32 años de dominio socialista –con el gran éxito de los JJ.OO. del 92-, que duraron hasta la pasada primavera, cuando Jordi Hereu –alcalde desde que relevó a Joan Clos al ser nombrado ministro de Industria- perdió las elecciones frente a Xavier Trias, un veterano y conciliador político de CiU.   

El primer éxito –heredado- de Xavier Trias le llegó a los pocos días de ser alcalde al conseguir que Barcelona se convertirse en sede del Congreso Mundial de Móviles. Pero ahora la CGT, sindicato maximalista que manda en Transportes Metropolitanos, ha convocado huelgas de metro y autobús para las fechas del evento, cuando aterrizarán miles de congresistas de todo el mundo. Puede ser un grave revés para la imagen de Barcelona y un serio golpe para Trias.

El alcalde no acaba de arrancar porque reincide en el error de Hereu de gobernar sin mayoría, con sólo 14 concejales sobre 41. No se entiende con el PSC (11 concejales) y se niega a la coalición con el PP (9 concejales) dirigido por Alberto Fernández Díaz (hermano pequeño del ministro) porque cree que dañaría su imagen catalanista.

Barcelona está desorientada. Tiene suerte de que Hereu dejó unas cuentas saneadas, en especial si lo comparamos con Madrid. Pero Trias conduce con las luces cortas y al PSC quizás se le han fundido

¿Consecuencia? El PPC le ha dejado de apoyar -tras dar el visto bueno a los presupuestos- y el alcalde comienza a perder votaciones. La más sonada, su plan para la plaza de las Glorias, un núcleo viario de gran centralidad y relevancia. Pero Trias no es soberbio y sabe rectificar. Quiso eliminar la rúa de Carnaval –alegando razones económicas- y cuando se armó el lío, echó marcha atrás. Ahora bien, ¿se puede gobernar bien Barcelona sin mayoría, en plena crisis y rectificando cada día?

Lo que sucede es que el grupo municipal socialista está cada vez peor. El PSC apostó siempre por alcaldes con gran personalidad (estilo Tierno Galván) que tenían que pactar con secretarios locales más izquierdistas. La tensión alcalde-partido funcionaba, aunque con algún problema, caso de Maragall, que dejó la alcaldía tras un congreso local que perdió frente al mítico Antonio Santiburcio, patrón de la federación que venía de UGT. A pesar de todo, Nicaragua (el equivalente de la calle Ferraz del PSOE) dio por finalizado el tiempo de la burguesía avanzada y creyó llegada la hora del partido. De tal forma que decidieron que el nuevo alcalde fuera Jordi Hereu, un concejal competente, mientras que el cargo de secretario local recaería en Carles Martí, otro joven concejal.

Y el tándem Hereu-Martí acabó perdiendo. Eran demasiado similares, a pesar de que Hereu es más abierto y Martí más militante. Tras las elecciones del 2007 se empeñaron en gobernar sin mayoría, lo que acabó en un absurdo referéndum sobre la nueva urbanización de la Diagonal (la Castellana de Barcelona) que fue un fiasco, justo antes de las municipales.

El futuro del PSC y la herencia de Hereu

Este fin de semana, Jordi Hereu, presionado por aquéllos para los que “cambio” equivale a “éxito”, dimitió en el congreso del PSC local. Esta decisión apenas ha arreglado nada, ya que su sucesor al frente de la oposición, Jordi Martí, es tan trabajador como desconocido. Quizás las cosas se clarificarían si Carles Martí, el patrón del aparato con influencia en la nueva dirección del PSC, se decidiera a ser candidato. O si estuviera dispuesto a pactar programa y estrategia con alguien del estilo Narcis Serra o Pasqual Maragall. Pero ni Carles Martí parece dispuesto a ninguna de las dos cosas ni el mirlo blanco se vislumbra en el horizonte. Salvo que el otro Martí (Jordi), sin ningún parentesco, acabe siéndolo.  

Barcelona está desorientada. Tiene suerte de que Hereu dejó unas cuentas saneadas, en especial si lo comparamos con Madrid. Pero Trias conduce con las luces cortas y al PSC quizás se le han fundido.   

Era el título de un libro contra el urbanismo del alcalde Porcioles al final del franquismo. Luego vinieron los 32 años de dominio socialista –con el gran éxito de los JJ.OO. del 92-, que duraron hasta la pasada primavera, cuando Jordi Hereu –alcalde desde que relevó a Joan Clos al ser nombrado ministro de Industria- perdió las elecciones frente a Xavier Trias, un veterano y conciliador político de CiU.