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Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

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¿Está devastado el PSOE?

Después de liberar su organización, los socialistas tendrán previsiblemente que afrontar pronto una decisión dura. Explicar la situación y describir lo que es mejor y lo que es peor

Foto: (EFE)
(EFE)

Recordemos algunas portadas de la semana anterior. Martes: “Sánchez desquicia al PSOE al intentar salvar su candidatura”. Miércoles: “El PSOE se alza ante el intento de Sánchez de retener el cargo”. Jueves: “Sánchez se atrinchera, el PSOE se quiebra”. Viernes: “Sánchez y los críticos luchan por apropiarse del PSOE”. Sábado: “La división sume al PSOE en el caos”. Domingo: “Un PSOE devastado dice NO a Sánchez”.

Vista así, la secuencia parece más propia de una guerra que de un conflicto democrático en un momento decisivo.

Añadamos a esa lógica narrativa el zumbido salvaje de las redes sociales, la sucesión de profecías tertulianas del desastre, la guionizada intoxicación de Podemos, el programado escrache a las puertas de Ferraz y, por supuesto, las señales emitidas desde el interior de la sede.

La imagen de conjunto es turbulenta y cruda. El pasado comité federal socialista no se pareció precisamente a una feliz junta de accionistas noruegos. Y, sin embargo, fue civilizado.

Foto: El exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa en la que anunció su dimisión. (Efe)

Lo fue porque se votó sin trampa ni cartón. Lo fue porque la democracia es el procedimiento pacífico con el que los ciudadanos resolvemos los conflictos. Y ese es el principio básico de nuestra civilización.

Lo demás —los gritos, los insultos y las lágrimas— pervivirá en la memoria de quienes allí estuvieron, como permanecen en la nuestra los momentos apasionados que quisiéramos olvidados.

Y claro que quedarán motivos para el rencor personal, seguro. Pero lo cierto es que la democracia interna ha dejado probada su validez por encima de los obstáculos y el intento de pucherazo perpetrado. Nadie puede sostener que el resultado del comité federal es ilegítimo. Los mecanismos de control del poder han funcionado.

En el fondo, esa era la cuestión de fondo: si el secretario general del PSOE podía ser un caudillo, si ese partido enterraba el principio de democracia representativa y renunciaba a su propia naturaleza para echarse en brazos del cesarismo populista.

El Partido Socialista podrá gustar más o gustar menos. Es obvio que tiene muchísima menos fuerza que hace algunos años, que afrontará retos muy difíciles durante los próximos meses y desafíos muy complejos para los próximos años. Pero hoy sigue siendo lo que siempre ha sido. Y cuesta argumentar que eso sea una mala noticia para España.

Foto: El diputado del PSOE por Guipúzcoa, Odón Elorza. (EFE)

Mañana, decenas de dirigentes, centenares de diputados autonómicos o nacionales y miles de concejales comenzarán probablemente el día sintiendo lo mismo que deben estar sintiendo ahora los 180.000 militantes de ese partido. El peso de una mezcla emocional: la impresión que ha dejado el vértigo ante el abismo y la sensación de que la vida casi nunca concede más oportunidades.

Podría brotar algo de ahí. Puede que el resultado del comité federal socialista haga que resulte prematuro dar por devastado ese partido. En cualquier caso, no será la historia lo que lleve a esas siglas a retomar el brillo, si es que se consigue.

Desde hace demasiado tiempo, puede percibirse en el discurso socialista una melodía nostálgica útil para llenar minutos en los mítines y para generar algunos aplausos cansados, pero sin demasiado valor productivo. Tener pasado no garantiza el futuro. Compartir una historia que ha conocido tres siglos no predestina para seguir con vida dentro de tres años. Nadie gana con el escudo de la camiseta, el ayer ni siquiera garantiza el estar en condiciones de ser competitivo. El destino no aguarda en el pasado. Está en la biografía y en la bibliografía.

En los libros, porque ahora que los socialistas comienzan a compartir el verbo 'coser', parece conveniente que también compartan el mismo hilo. El pensamiento.

La socialdemocracia europea ya no puede ofrecer un proyecto de largo para 25 años, como hace unas décadas. El mundo ha cambiado. Pero tiene ante sí la misión de actualizarse para garantizar la democracia y mejorar las condiciones vitales del ser humano. Y eso es algo que solo puede iniciarse mediante el rearme ideológico, por medio del pensamiento, a través de los libros.

Por lo tanto, bibliografía y biografía, como la de Javier Fernández —el presidente de la gestora—, que es un hombre al que no se le puede discutir que sabe lo que representa.

Les puedo asegurar que no dará espectáculo. No se le verá haciendo el bobo en los programas de entretenimiento de máxima audiencia. Es lo más alejado que puede haber a una estrella tuitera. Pero contiene significados que no caben en 140 caracteres. Por ejemplo, su conjugación del respeto, por eso es tan unánimemente respetado.

La gestora socialista tiene ante sí poco tiempo y una tarea delicada. Es probable que no consiga llevarla a buen puerto. Podría pasar si las próximas semanas acaban en un 'reality' televisado.

Por otro lado, también puede abrirse camino en ese partido al sentido de lo colectivo. Y como todavía puede ocurrir, considero que es temprano para decir que el Partido Socialista está devastado, incluso para un escenario de terceras elecciones provocadas por el PP.

Para que el renacimiento sea viable, quizá resulte posible combinar la energía del recién nacido con la sabiduría de la persona adulta. Y eso comienza por un ejercicio de sinceridad y honestidad en alta definición.

Después de liberar su organización, los socialistas tendrán previsiblemente que afrontar pronto una decisión dura. Explicar la situación, contar las alternativas y describir lo que es mejor y lo que es peor; equivale a respetar la inteligencia de los militantes y de los españoles. Es el primer paso. Claridad. Claridad porque el dilema es el que es.

Opción 1: Rajoy gobernando con 137 escaños y los socialistas con amplio margen de actuación y control.

Opción 2: Rajoy gobernando con 160 y el PSOE desarmado pero encantado de haberse conocido.

Recordemos algunas portadas de la semana anterior. Martes: “Sánchez desquicia al PSOE al intentar salvar su candidatura”. Miércoles: “El PSOE se alza ante el intento de Sánchez de retener el cargo”. Jueves: “Sánchez se atrinchera, el PSOE se quiebra”. Viernes: “Sánchez y los críticos luchan por apropiarse del PSOE”. Sábado: “La división sume al PSOE en el caos”. Domingo: “Un PSOE devastado dice NO a Sánchez”.

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