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Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

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Tres cosas que podrían pasar en Podemos a partir de mañana

Iglesias cuenta con una estrategia de congreso a la búlgara y está trabajando con el rigor que caracteriza a todo leninista. Errejón, asumida ya la derrota, está en salvar su cara y la de los suyos

Foto: Íñigo Errejón, portavoz parlamentario de Podemos (i), junto a Pablo Iglesias, líder de la formación. (Reuters)
Íñigo Errejón, portavoz parlamentario de Podemos (i), junto a Pablo Iglesias, líder de la formación. (Reuters)

Hoy se cierra el plazo para que las personas inscritas en Podemos decidan el guion de su próximo congreso. Después vendrá la representación, en Vistalegre, entre el 10 y el 12-F. Por eso el jaleo de estos días. Este trajín de cartas abiertas y mensajes codificados, todo ese lenguaje que no comprende la calle y que más de una vez debe ser indescifrable para ellos mismos.

Básicamente, lo que se está votando ahora mismo es qué peso tendrá cada voto de febrero para conformar la dirección futura del partido. Lo de menos es que haya tres propuestas (la de Iglesias, la de Errejón y la anticapitalista). Lo esencial es el hecho de que las reglas del juego se decidan antes del encuentro. Eso, en sí mismo, ya implica un triunfo estratégico para Iglesias.

Comencemos por subrayar que 'Coleta morada' reúne más apoyos que nadie (nunca menos del 55%). Con esa distribución de fuerzas tan dispar, solo puede vencer en febrero. Ganará incluso en el caso imprevisto de que pierda esta votación. Por lo tanto, es el más interesado en condicionar lo más posible y cuanto antes el desarrollo del congreso, quién tiene la sartén por el mango.

Foto: Los dirigentes de Podemos Pablo Iglesias (d) e Iñigo Errejón (d), en sus escaños en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Continuemos por desvelar qué tipo de victoria busca Iglesias. Su objetivo no está en alcanzar una distancia suficiente, de 10 puntos, por ejemplo. Su meta es un final de congreso a la búlgara: candidato único con respaldo del 80%.

Si tenemos en cuenta esos dos factores, y añadimos el aval que puede tener desde mañana, tendremos los elementos necesarios para desembocar en el primer punto: Vistalegre se convertirá en un acto de culto al líder y Podemos se transformará en algo distinto. ¿Por qué?

Porque Iglesias ha querido que se vote ahora si su rodillo tendrá luz verde en Vistalegre. Es decir, si sus votos (los de la mayoría) pesarán más que los del resto, y podrá alcanzar más representantes de los que tendría con un método de elección más proporcional.

Es llamativo que su voluntad de imponer un sistema electoral muy poco proporcional en Podemos conviva con la demanda de un sistema electoral mucho más proporcional en España. No parece la mejor muestra de coherencia política.

Hagamos un ejercicio. Tomemos el resultado de las últimas elecciones generales: con la ley electoral española, el PP obtuvo 137 escaños; con los mismos votos, pasados por la calculadora pablista, el PP habría sumado 201 diputados.

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Creo que el gráfico anterior sirve para hacerse una idea del bonus que puede recoger la corriente de Iglesias en el reparto del poder interno que se hará en el congreso, y también para anticipar lo segundo que puede ocurrir en Podemos a partir de mañana.

Por el camino que señala Iglesias, el partido morado solo puede avanzar hacia una estructura más vertical y uniforme, el modelo burócrata comunista de toda la vida.

Tercera cuestión. ¿Qué va a pasar con Errejón? Tres claves:

  • Íñigo tiene mucha mejor imagen fuera que dentro, porque desde hace muchísimo le han faltado dos cosas que siempre le sobraron a Pablo (el coraje y la empatía).
  • Tiene que desenvolverse con sus colegas mientras Iglesias avanza mejor armado, con los 'figurones' morados a su lado (todos, desde Julio Rodríguez hasta Verstrynge).
  • Y encima no se mueve entre la realidad y el deseo (como le ocurre a su adversario), sino que actúa estrechado por un estado de necesidad inminente.

Iglesias, como decíamos, cuenta con una estrategia de congreso a la búlgara y está trabajando con el rigor y la disciplina que caracterizan a todo buen leninista. Pero Errejón, asumida ya la derrota, está en salvar su cara y la de los suyos. Ellos, los que más temen la purga, son los que necesitan como el comer un resultado mínimamente digno. Alejarse como sea de la mortal proporción uno a tres. Una derrota dulce, una victoria moral.

Será difícil que lo consiga. Los números son claros. Y no da la impresión de que los anticapitalistas renuncien a ser aliados tácticos del pablismo. Cosas más complejas se han visto, pero la pirueta de un cambio de bando es difícil a estas alturas.

Foto: Íñigo Errejón y Pablo Iglesias. (Ilustración: Raúl Arias)

Todo, empezando por la reciente actitud más amable de Iglesias, parece indicar que el horizonte del errejonismo tiene ya pintados los colores del atardecer. 'Winter is coming'. Y no es solo por la sucesión de errores no forzados. También hay ganas en el otro lado de pasarle factura a Errejón, y su puesto en el grupo parlamentario (de alta visibilidad pública) seguirá estando entre los primeros puntos de la lista.

Sin embargo, quizá convenga tener en cuenta que Íñigo ha logrado durante las últimas semanas un éxito claro en términos de comunicación. Se ha establecido como el defensor de la democracia interna, una posición siempre valiosa en cualquier partido progresista.

Si a eso añadimos todo lo que su discurso representa dentro y fuera de Podemos, es posible que llegue a salvarse de la quema, aunque sea para terminar más diluido. Sería lo sensato. Al fin y al cabo, parece difícil de discutir que Íñigo resulta mucho más peligroso fuera que dentro del partido.

¿Jugará esa carta? ¿Habrá órdago? No lo creo, ese tipo de acción no encaja con su carácter. Su patrón de comportamiento es otro. Hasta el momento, cada vez que se ha visto frente a Pablo ha rehuido el choque frontal y ha reculado.

A pesar de todo, hay algo que podría cambiarlo todo. La pequeña probabilidad de que la trama, escrita hasta ahora como un enfrentamiento entre dos amigos inmaduros manejando algo más grande que ellos mismos, se convierta en otra cosa. La historia de un hombre que en el punto de no retorno, con casi todo en contra, se afirma para defender su legado y la esperanza de vida del proyecto entero.

Casi imposible, pero veremos.

Hoy se cierra el plazo para que las personas inscritas en Podemos decidan el guion de su próximo congreso. Después vendrá la representación, en Vistalegre, entre el 10 y el 12-F. Por eso el jaleo de estos días. Este trajín de cartas abiertas y mensajes codificados, todo ese lenguaje que no comprende la calle y que más de una vez debe ser indescifrable para ellos mismos.

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