Es noticia
No. Este no es otro artículo sobre Anna Gabriel
  1. España
  2. Crónicas desde el frente viral
Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

Por

No. Este no es otro artículo sobre Anna Gabriel

Cataluña lo eclipsa todo, vale. Pero lo que suceda con Anna Gabriel no pondrá en peligro a ninguna familia. Lo que pasa en La Línea, sí. Y lo que ocurre en los narcopisos, también

Foto: El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, durante su intervención en la sesión de control al Ejecutivo. (EFE)
El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, durante su intervención en la sesión de control al Ejecutivo. (EFE)

… Y tampoco va de Marta Sánchez, lo siento. Esto empieza contando que a veces la sorpresa está en lo que no ocurre, como pasó ayer en el Parlamento. No hubo sorpresa en la irrelevancia socialista. Margarita Robles conserva el hábito de tropezarse en cada intervención y su dirección la tradición de errar en la estrategia. No hay rumbo, ni posición digna de tal nombre, estando el patio como está.

A nadie le asombró que el Gobierno afease en dos ocasiones el veto de Sánchez a Elena Valenciano para presidir a los socialdemócratas de la Eurocámara. Normal. Ya se sabe que el líder del PSOE tiene el don de hacer sufrir a los suyos y disfrutar a los adversarios. Nada nuevo bajo el sol, la misma lluvia ácida de sectarismo y de rencor. La agorafobia de siempre. La indiferencia social habitual.

Tampoco generó extrañeza el regreso de Errejón después de tantos meses en un gulag siberiano, donde fue proscrito por Iglesias. En realidad, lo extraño estaba en otra parte. Cuesta explicar el destierro del mejor orador en ese grupo parlamentario. No es el único entre los progresistas de uno y otro signo. En la izquierda española, el confinamiento de las mentes más válidas ya forma parte de la costumbre. La condición de purgado sirve para distinguir a los mejores, vale como condecoración invisible al mérito político amordazado.

En la izquierda, el confinamiento de las mentes más válidas forma parte de la costumbre. La condición de purgado sirve para distinguir a los mejores

Estuvo bien el ex número dos de Podemos. No solo clavó el mensaje, su presencia también espoleó a quien fue su amigo. Hizo mejor a Iglesias frente a Rajoy. Los dos confirmaron una evidencia: su tándem era la mejor fórmula para el partido de los círculos. Por eso la melancolía, porque la imagen de Íñigo y Pablo juntos parece más vinculada a las elecciones madrileñas que a la reconciliación política y personal, real.

Lo cierto es que Podemos puntuó ayer en el Congreso. Llevaban tiempo sin hacerlo, fuera de sitio por la errónea lectura catalana. Sin embargo, esta vez atinaron al transmitir la idea de que en España hay un lastre donde debería haber un Gobierno, enmarcaron bien la parálisis. Puede que el acierto sea efímero y puede que el partido de Iglesias haya tocado fondo. Ya veremos, es pronto. De momento, lo prudente es no dar por cerrado el podio de las próximas elecciones generales.

Tampoco puede decirse que hubiese espectáculo en el desempeño parlamentario de Ciudadanos. No están en eso. Siguen con el tranquillo cogido, sin elevar la voz, subrayando la palabra 'estabilidad' en cada intervención, y cocinando a los populares a fuego lento. Quizá lo más llamativo estuvo en la reacción de Méndez de Vigo. Resulta curioso que 62 años no le hayan bastado al ministro para comprender que tiene menos gracia de la que atesora, ni para entender que hay pocas cosas menos elegantes que conjuntar la altanería con la torpeza. Tengo la impresión de que errores de fondo como los de estas jornadas y equivocaciones en las formas como las de ayer van haciendo granero naranja.

Llegó el turno para Zoido. Fue entonces cuando me dije “aquí es donde viene la chicha”. Pero agua. Solo dos preguntas, formuladas por el PP, insulsas

Pasado aquello, llegó el turno para el ministro Zoido. Fue entonces cuando me dije “ahora sí, aquí es donde viene la chicha”. Pero agua. Solo dos preguntas, las dos formuladas por el PP, insulsas. La noticia estaba allí, estaba en lo que no estaba pasando. Nadie en la oposición parece haber detectado el punto más blando del Gobierno. Alucinante.

Alucinante por lo ocurrido hace unos meses, más que suficiente para haber sido relevado. Recordemos el paso feliz de miles de urnas por la frontera. Recordemos las condiciones de las fuerzas de seguridad desplazadas a Cataluña. Recordemos las cargas policiales en la fecha negra de octubre.

Alucinante también por lo que viene sucediendo desde hace semanas, a raíz de la última ola de encuestas y el rumor a crecida de Ciudadanos. El PP sintió la necesidad de pinzar los nervios de su electorado tratando de situar la seguridad (previsión preventiva) y el españolismo (educación en Cataluña) en el primer plano de la atención pública. Todo ello cuando la equiparación salarial de policías y guardias civiles sigue empantanada. No he visto a nadie de la oposición poner el dedo en esa llaga que el Gobierno tiene abierta entre lo que dice y lo que hace.

Y alucinante, además, por lo que está pasando estos días en La Línea. Mientras hablamos de desafío al Estado en Cataluña, las bandas de narcotraficantes parecen desbordar los recursos policiales.

Foto: Una incautación de hachís en el Campo de Gibraltar. (EFE)

Mientras hablamos de prisión preventiva, unos tipos entran a golpes en un hospital y se llevan a un detenido, como si esto fuera la Colombia de Escobar.

Mientras resuena la incompetencia de la DGT, las bandas entran en dependencias policiales y se llevan una lancha lanzadera, como si esto fuese el México del chapo Guzmán.

Mientras subrayamos el bloqueo político, miles de personas trabajan a sueldo de las organizaciones criminales, como si esto fuese Nápoles en su peor trance.

¿Qué estaría ocurriendo en cualquiera de los países de nuestro entorno ante hechos semejantes? Imaginemos la reacción en el Parlamento francés o en la prensa inglesa. Y hagamos autocrítica, pensemos en el ruido de las redes sociales en otras naciones europeas. ¿Cuántos estarían tuiteando “la próxima temporada de 'Narcos' podría rodarse aquí”?

La cuestión es si el ministro de Interior está a la altura y si quienes nos protegen tienen todos los medios que necesitan para ejercer su trabajo

Habrá quien diga que estos acontecimientos no son centrales en el debate público porque España es una de las sociedades occidentales más seguras. Y es verdad. Claro que tenemos buenas fuerzas de seguridad. La cuestión es si el ministro de Interior está a la altura y si quienes nos protegen tienen todos los medios que necesitan para ejercer su trabajo. No lo parece.

Cataluña lo eclipsa todo, vale. Pero lo que suceda con Anna Gabriel no pondrá en peligro a ninguna familia. Lo que pasa en La Línea, sí. Y lo que ocurre en los narcopisos, también. En cada una de nuestras capitales pasan diariamente historias de dos ciudades. La mayoría no son espectaculares, pero son reales. La democracia existe para que puedan ser mejores.

… Y tampoco va de Marta Sánchez, lo siento. Esto empieza contando que a veces la sorpresa está en lo que no ocurre, como pasó ayer en el Parlamento. No hubo sorpresa en la irrelevancia socialista. Margarita Robles conserva el hábito de tropezarse en cada intervención y su dirección la tradición de errar en la estrategia. No hay rumbo, ni posición digna de tal nombre, estando el patio como está.

Juan Ignacio Zoido