:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2F455%2F9ef%2F4d5%2F4559ef4d5e44255a11c43f17f2706403.png)
Crónicas desde el frente viral
Por
¿De qué va lo de Yolanda Díaz? De sumar otra reencarnación al PCE
Díaz no tiene madera de líder, no ya porque el público se hartará pronto de tanta cursilería, sino porque es una lideresa de juguete. Y eso es algo que no se resuelve ni con mechas ni con vestidos de Inditex
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F164%2F06b%2F588%2F16406b588773cdcee76d0315232627a1.jpg)
No hay en la historia de nuestra democracia nadie que haya coleccionado más derrotas y que haya demostrado una capacidad de supervivencia política mayor. Quieren más de las dos cosas. Primero fue el PCE, luego llegó IU, después tocó la colonización de Podemos y ahora toca Sumar. La cuarta reencarnación de una bandera que caducó en 1989.
Cambio de marcas —cada vez más licuadas— pero continuismo en los mandos. Los mismos cuadros con la meta igual de clara: no transformar la realidad, sino perdurar en la política como forma de ganarse la vida.
¿Exagero? Puede que me quede corto. El único dirigente partidario que ha tenido el honor de recibir una invitación para el lanzamiento del Matadero ha sido Enrique Santiago —Secretario General del Partido Comunista—. Yolanda Díaz, militante de toda la vida, ha dejado claro el mensaje a cualquier progresista despistado: sobre la piedra del PCE edificará su iglesia, con el concurso de Izquierda Unida y, sobre todo, de Comisiones Obreras.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fa9d%2F15b%2Fd1d%2Fa9d15bd1d910e4dc3bde280891729e74.jpg)
Los demás, la generación entera del 15-M y desde luego los que van detrás, tendrán que actuar como 'topping' comercial y no levantar la voz si quieren entrar en listas. Me sorprende la docilidad de los más jóvenes que están más a la izquierda, su falta de ambición, su asombroso abandono del futuro. Hay mucho derrotismo en ese entreguismo. Y eso es muy triste.
Triste porque Sumar no supone un paso adelante sino un salto de varias décadas hacia atrás que empareda cualquier esperanza de que pueda surgir a la izquierda del PSOE una alternativa pronta, contemporánea y competitiva de verdad. Llegará el día en que los jóvenes que hoy se creen muy rojos asuman que fueron derrotados por los viejos, por los peceros del siglo XX que querían seguir mandando en el corral.
Los gallos van detrás de Yolanda Díaz porque ella les resulta útil como puente hacia su jubilación después de años y años dando clases de obrerismo sin saber lo que significa trabajar. Ese es el sentido de este flashback que va más allá de lo vintage. Y también la razón política que explica por qué el proyecto está destinado a fracasar en términos colectivos.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F4ef%2F76a%2F298%2F4ef76a2983c32ff263f4dd7261c1a6ce.jpg)
Nada más fácil para desvelar los fundamentos de esta operación que resaltar los pilares de la cultura política del PCE. El modelo de organización será enteramente vertical, siguiendo a pie juntillas el manual leninista, un método incompatible con la deliberación y antagónico al talento. Disciplina y purgas orgánicas, el procedimiento habitual ahora perfeccionado y llevado a base de datos. "No te olvides, compañero, de rellenar tu formulario".
Esta vez ya no hace falta dibujar círculos como intentó Podemos en sus inicios, ni siquiera resulta necesario escenificar asambleas controladas. El debate, la clave misma de la democracia, se sustituye antes de empezar por "el proceso de escucha". Neolengua. El acuerdo en Sumar no es una aspiración, la ambición del recluta termina cuando la líder ha dejado de oírte. Ya después decidirá. Y el resto, a callar, a pegar carteles cuando hiela en la madrugada.
El modelo de liderazgo será inevitablemente cesarista. Habrá quien diga que ya es la norma de nuestra época, ya veremos porque las cosas están cambiando. Lo que está claro es que el cesarismo siempre ha sido una constante histórica del comunismo. Y justo ahí, justo en la cúspide, es donde tiene Sumar su punto más débil. El mayor peligro de este castillo de naipes es que termine viniéndose abajo desde arriba.
"Díaz no tiene madera de líder, no ya porque el público se hartará pronto de tanta cursilería, sino porque es una lideresa de juguete"
Yolanda Díaz no tiene madera de líder, no ya porque el público se hartará pronto de tanta cursilería, sino porque esencialmente es una lideresa de juguete. Y eso es algo que no se resuelve ni con mechas ni con vestidos de Inditex.
Lo ha demostrado esta semana. Venía ganando foco siendo desleal con sus compañeros de coalición, dañando la imagen del Gobierno a cambio de unos minutos de televisión. Así que hubo orden de montar un acto enorme con sindicatos y empresarios en el que la ministra de Trabajo no fue convocada. Pacto de rentas, nada menos… Resulta que estaba en Roma, aunque la bofetada se oyó desde Calviño hasta Sebastopol.
¿Qué habría hecho Iglesias frente a esa afrenta? Habría anulado el viaje o agarrado el primer vuelo de vuelta y exigido una silla protagonista en la sala. ¿Qué ha hecho Yolanda? Comérsela con patatas. Menos mal que la competición no ha empezado todavía.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F038%2Fbcc%2F207%2F038bcc20704ce80f0afe6066b97a4c0d.jpg)
El envejecimiento de Sumar va a ser prematuro porque su carga genética es la más incrustada en el pasado de todo el mercado político. Pero también porque su comunicación y su publicidad es tan viejuna, tan carente de alma y tan monolítica como han sido siempre los mensajes y los materiales electorales del PCE.
Los primeros productos de Podemos fueron un vendaval de aire nuevo. Pero los vídeos y la cartelería, la estética entera de Sumar huele a sitio cerrado. En todo lo que es imagen, la puesta de largo ha emitido un aroma desfasado. Y esa es una debilidad competitiva en estos tiempos. Ocurrirá lo mismo con el discurso. Ella no puede vender nada nuevo, como sí lo hicieron en su día Iglesias y Errejón con aquel resentimiento peronista que tan bien supieron conjugar las élites progresistas. Pero Yolanda Díaz solo puede revender un revival de segunda mano.
El propio Piketty, tan adorado por los economistas de la izquierda adicta al sushi, supone un regreso al dogmatismo que choca con la demanda de centralidad y grandes reformas palpitante en el presente. No descarto que Sumar consiga el primero de sus objetivos: llegar a reunir una cifra de escaños suficiente para poder seguir compitiendo después —por ejemplo 30—, eso puede ocurrir.
"Ella no puede vender nada nuevo, como sí lo hicieron en su día Iglesias y Errejón. Díaz solo puede revender un revival de segunda mano"
Pero sí que me atrevo a afirmar que no lograrán su objetivo principal. Yolanda Díaz no será nunca una líder capaz de disputarle al PSOE el liderazgo de la izquierda. Lo digo creyendo que la victoria del PP puede ser más contundente de lo que se ve ahora. Lo digo dando por hecho que los socialistas saldrán de mala manera de las próximas urnas, que corren el riesgo de perder el sentido de la orientación y pasarse toda una legislatura en modo grogui.
Pero es que hay un par de cosas que vienen pasando desde que el PCE se fundó en 1921. La primera es que los comunistas son incapaces de vehicular el sentir de la mayoría por naturaleza. Y la segunda es que el PSOE siempre vuelve. Siempre sobrevive, aunque sea a costa de transformarse. Tan es y será así, que hasta sobrevivirá a Pedro Sánchez. Quizá sea larga la travesía del desierto, pero el destino lo tengo clarísimo.
No hay en la historia de nuestra democracia nadie que haya coleccionado más derrotas y que haya demostrado una capacidad de supervivencia política mayor. Quieren más de las dos cosas. Primero fue el PCE, luego llegó IU, después tocó la colonización de Podemos y ahora toca Sumar. La cuarta reencarnación de una bandera que caducó en 1989.