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Le Pen noqueada. Próximo combate: Mélenchon
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Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

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Le Pen noqueada. Próximo combate: Mélenchon

Los demócratas y francófilos compartimos hoy un gran alivio. Pero, por delante, viene un reto formidable. Y no esperará

Foto:  Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa. (Europa Press/Telmo Pinto)
Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa. (Europa Press/Telmo Pinto)
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"El camino hacia el poder está lleno de hipocresía y de víctimas". La frase de Frank Underwood, el protagonista de House of Cards, es contundente. Pero no es completa. Falta la audacia. La audacia del jugador de ruleta rusa. La audacia que ha llevado a Macron hacia un resultado extraordinario.

Todo el mundo le criticó por convocar legislativas tras las urnas europeas. Se dijo -yo lo dije- que era un movimiento suicida. Se dijo -yo lo dije- que así pondría la democracia francesa en manos de los extremos. Se dijo eso y mucho más. Y todos, yo el primero, terminamos equivocándonos.

Macron ha asestado la tercera derrota al lepenismo y no hubo sondeo capaz de detectarlo. Es una buena noticia para el país vecino, para nuestra economía, porque Francia corría el riesgo cierto de entrar en una crisis de deuda, y también para el modo de vida occidental. Sin embargo, el resultado de la extrema derecha es engañoso porque el peligro permanece.

Habrá presidenciales en 2027 y llevan mucho camino avanzado. Si nos olvidamos de los bloques y coaliciones ideológicas, ya son la primera fuerza política francesa. Si miramos a la sociología, veremos que ya seducen a sectores sociales que antes eran refractarios. Y si contemplamos el paisaje, comprobaremos que ya han penetrado donde antes no tenían entrada.

Foto: Marine Le Pen tras ganar la primera vuelta de las elecciones legislativas. (EFE) Opinión

Quizá no esté de más recordar lo que pasó en 1978. La izquierda ganó entonces la primera vuelta de las legislativas y después perdió en la segunda vuelta. En 1981 logró la presidencia de la República y luego se hizo con la victoria parlamentaria.

En cualquier caso, Bardella ha sido derrotado. En parte porque la última semana de la campaña de la ultraderecha fue desastrosa. También porque hubo una fuerte participación. En muy buena medida porque el Frente Republicano fue muy eficaz sobre el terreno. Pero, sobre todo, porque Macron supo afrontar el peligro y la complejidad desde un cálculo aparentemente sencillo.

Foto: El primer ministro francés, Gabriel Attal. (EFE/Valentina Camu) Opinión

Hay 577 circunscripciones. El juego ha ido de reducir al máximo los escaños de los dos extremos: los lepenistas han terminado con 125 escaños, los melenchonistas con 78. Entre los dos suman 203. Quedan, por lo tanto, 374 diputados con los que poder alcanzar la cifra mágica de la mayoría, los 289.

De una tacada, Macron ha sacado del tablero a Bardella y a Mélenchon. Y creo necesario subrayar, para quienes se consideran progresistas, que el segundo no es mucho menos peligroso que el primero.

Tiraré de hemeroteca para que nos hagamos una idea de la amenaza que supone Mélenchon. Él señaló, poco antes de la invasión de Ucrania, que Francia debería permanecer neutral y no hacerle el juego a la OTAN. La socialista Anne Hidalgo le acusó en 2022 de "haberse convertido en un aliado de Putin". El candidato ecologista Yannick Jadot le criticó por "haber capitulado" ante Moscú.

El régimen chino le agradeció públicamente su "apoyo constante". Consideró, por ejemplo, que la visita de Pelosi a Taiwán era "una provocación" y que la isla es "una parte de la China entera".

Respecto a la Unión Europea, basta con recordar el artículo publicado en el periódico progresista Libération bajo el título: 'Con Mélenchon la izquierda proeuropea en vías de extinción'.

Tras el ataque del 7 de octubre, uno de sus diputados se negó a calificar a Hamás como banda terrorista señalando que es "un movimiento de resistencia, un grupo político islámico con un brazo armado que resiste a Israel".

Foto: Melenchon líder de Francia Insumisa. (EFE/EPA/Andre Pain) Opinión

El antisemitismo, marca de la casa de la Francia Insumisa que Mélenchon lidera, puede demostrarse de mil maneras distintas. Pero basta con los datos. Encuesta de Ipsos a los estudiantes judíos: ¿Quién está aumentando la violencia contra vosotros? 84%, la extrema izquierda. 31 puntos más que la extrema derecha.

Visto así, nadie puede extrañarse de que el diario Le Monde publicase en 2023 un editorial bajo el siguiente titular: 'Mélenchon es el problema de toda la izquierda'. Es así, es completamente cierto. Por eso desactivarle está en el mismo rango de prioridad que desactivar a Le Pen.

Mélenchon ha tratado en todo momento de vampirizar al Frente Popular, tal y como pudo verse en la misma noche electoral al exigir un primer ministro del bloque. Pero el recuento se lo va a poner muy difícil porque las fuerzas de la coalición electoral se distribuyen así:

Francia Insumisa: 78 escaños.

Socialistas: 69.

Ecologistas: 28.

Comunistas: 9.

Otros: 10.

Por eso, el socialista Glucksmann afirmó rápidamente que Mélenchon no debe ser el candidato del bloque al puesto de primer ministro. Y por eso Tondelier, dirigente de los ecologistas, también está dispuesta a plantarle cara. "Robespierre", como le apodan sus adversarios progresistas, ha perdido esta batalla.

Foto: Manifestantes franceses protestan contra Marine Le Pen. (EFE/Ian Langsdon)

La elección del sucesor de Attal puede llevar su tiempo, puede que hasta septiembre. La cultura política gala carece de la fluidez que caracteriza a la italiana. Articular una suerte de federación de fuerzas que compartan la esencia republicana requerirá mucho esfuerzo y no pocas tragaderas personales e ideológicas.

Sin embargo, no hay otro remedio. La nación francesa se siente decepcionada y deprimida, también se sabe dividida. La situación económica del país no permite que los próximos presupuestos sean expansivos. Toca comportarse como adultos.

El resultado de las urnas plantea una exigencia de entendimiento en la que será imprescindible el concurso de los centristas y de los progresistas sensatos. Llegado el caso, hasta puede plantearse un respaldo de Los Republicanos. El país necesita la redacción, desde la diferencia, de un programa legislativo básico. Si los representantes no son capaces de encauzar la voluntad de los representados, el sistema entero entrará en crisis. Y toda Europa podrá ir detrás.

Las élites políticas de aquel país han provocado una crisis de representación que ha forzado a la democracia a caminar sobre el alambre sin caer a hacia ninguno de los dos extremos. Todo lo que no sea un consenso, incluso en forma de gobierno tecnocrático si no hay otro remedio, dará lugar a una crisis institucional que no tardará en desencadenar una crisis de régimen.

Los demócratas y francófilos compartimos hoy un gran alivio. Pero, por delante, viene un reto formidable. Y no esperará.

"El camino hacia el poder está lleno de hipocresía y de víctimas". La frase de Frank Underwood, el protagonista de House of Cards, es contundente. Pero no es completa. Falta la audacia. La audacia del jugador de ruleta rusa. La audacia que ha llevado a Macron hacia un resultado extraordinario.

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