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Congreso del PSOE: el mapa de la purga
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Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

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Congreso del PSOE: el mapa de la purga

Nadie, ni los más cercanos, ni los más sumisos, podrá dormir tranquilo hasta que la próxima ejecutiva federal sea elegida por el dedo de Pedro Sánchez. Cualquiera puede caer

Foto: Sánchez comparece para hacer balance del curso político. (EP)
Sánchez comparece para hacer balance del curso político. (EP)
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El efecto sorpresa opera contra el principio de repetición: si los golpes de efecto se suceden siempre en el mismo sentido, la impresión de novedad decrece y se instala la sensación de monotonía. Es lo que ocurre con Pedro Sánchez, cuyo único modus operandi consiste, una vez tras otra, en hacer lo necesario para cambiar la conversación y sustituir un dilema por otro, siempre igual, siempre un plebiscito sobre sí mismo. El narcisismo, en la política como en la vida, no puede dejar de ser previsible por ser insaciable.

No hay quien pueda echarse las manos a la cabeza ante el adelanto del congreso federal socialista. Ya hemos visto esta misma jugada en muchas otras ocasiones. Además, la situación es evidente, nunca como ahora ha estado el PSOE tan revuelto contra su dirigente. Tiene al partido fuera de control y ha llegado el momento de poner las cosas en su sitio.

El motivo, claro, es la financiación. Esa sinrazón le hace tener en contra tanto a los cuadros como a la mayoría de la militancia. No puede convocar una consulta a las bases porque saldría derrotado, no puede abrir un debate con las diferentes organizaciones del partido porque saldría revolcado, y no tiene ni siquiera garantizado el apoyo de todo su grupo parlamentario a la reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas exigida en el pacto firmado con ERC.

Esta no es la primera decisión que toma contra el sentir de la militancia y de los aparatos territoriales. El actual Secretario General ha tomado otras muchas —que en circunstancias normales habrían exigido un congreso extraordinario— sin convocar a su propia ejecutiva. Pero esta vez es diferente.

Foto: Sánchez comparece para hacer balance del curso. (Europa Press/Eduardo Parra) Opinión
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La novedad está en que el concierto con Cataluña hace imposible el silencio de los dirigentes territoriales del partido. La barbaridad de la amnistía planteaba problemas de conciencia que se podían acallar, echándole un poco de cara, con un poco de cinismo. Pero esto interpela a los socialistas ante un problema material, cuantificable, mesurable en escuelas y hospitales, y, como consecuencia, frente a una amenaza electoral insalvable en cada lugar.

Por eso está el secretario general socialista en una posición de suma debilidad, porque está siendo contestado pública y orgánicamente, porque ha perdido el control. Y por eso adelantará el congreso, porque estas cosas él las resuelve no desde el debate, sino desde la violencia, desde la inclemencia con el compañero. Puede el lector estar absolutamente convencido de que el adelanto del congreso ha tendido un manto de miedo sobre todos los socialistas con puesto de responsabilidad orgánica. Lo están porque necesitan seguir viviendo de esto y porque saben que la purga ya ha sido convocada.

Nadie, ni los más cercanos, ni los más sumisos podrá dormir tranquilo hasta que la próxima ejecutiva federal sea elegida por el dedo de Pedro Sánchez. Cualquiera puede caer. Y cualquiera puede detectar que quien defienda con más ardor al jefe será quien más miedo tendrá en verse ajusticiado por él. El proceso tiene ese punto trágico que solo a él le resultará divertido. Solo él disfrutará de este tiempo en el que no puede hacer política, pero sí disponer, a capricho, del porvenir de quienes le han acompañado.

Quien defienda con más ardor al jefe será quien más miedo tendrá en verse ajusticiado por él

Y nadie puede decir que la próxima purga será la última, porque su método de ejercer el poder consiste, precisamente, en una sucesión de purgas. Lo único que sabemos es que la última ocurrirá cuando él sea purgado Y lo único que todos los socialistas saben es que los congresos territoriales van después del federal, esto es, que el hacha descenderá hasta abajo del todo, que estamos a las puertas de una masacre más.

Sánchez comenzó sustituyendo en el PSOE la democracia representativa por la democracia plebiscitaria, para después sustituir la democracia por la autocracia. Ese y no otro es su modelo de partido. Un modelo diseñado para su propia perpetuación. Pronto, comenzarán las especulaciones, muchos harán cuentas con la posibilidad de adelanto de generales. Tiene sentido, sí. El absurdo tiene la capacidad de generar efímeros espejismos de sentido.

Nos dirán que el Gobierno, a diferencia del año anterior, ha manifestado su voluntad de presentar unos presupuestos que difícilmente aprobará. No cuenta con la certeza de Junts y va a tener difícil el de ERC. Sin esos apoyos, es cierto, podría llamar a urnas en primavera teniendo una justificación para la convocatoria.

Foto: Emiliano García-Page y Juanma Moreno, durante un acto conjunto.

La cuestión es que también puede verse al revés. Sánchez puede ir a por todas y buscar la creación de una nueva base doctrinal en materia de modelo territorial que vuele por los aires todo el ideario del socialismo español.

Dentro de poco, empezaremos a ver mapas de España con las federaciones socialistas marcadas desde Ferraz. Se nos hablará de "territorios calientes". Y se nos señalarán cuestiones como la sucesión en Aragón, la toma de Castilla y León, la operación en Madrid y la búsqueda de una solución para Andalucía. En realidad, el asunto es más crudo: esto es personal. Y las personas son Lambán, Tudanca, Lobato y Espadas. Esos para empezar, hay más.

Más porque la cosa va de matar a unos y de poner en vía muerta a otros. Algunos de los que están hoy en el Consejo de Ministros tienen que estar preguntándose cuánto les puede faltar hasta verse desterrados del poder hasta su propia tierra. Con García-Page no se atreverá, primero porque es mejor que él y segundo porque este le planta cara. Y Sánchez, como se ha visto en todos sus debates, siempre termina perdiendo los nervios y la partida frente a quien no se deja humillar.

El asunto es más crudo: esto es personal. Y las personas son Lambán, Tudanca, Lobato y Espadas. Esos para empezar, hay más

Veremos cuántos de los que se saben marcados en la agenda del verdugo se dejan llevar en silencio hasta el cadalso. La historia reciente del PSOE ha dejado bien probado que quien baja la cabeza termina sintiendo la guadaña después de verse con la dignidad amputada.

Hay otras dudas y muchas más, tantas como queramos. Y solo un par de certezas. Está la de haber visto mil veces el mismo truco. Y también la de saber que en este otoño veremos los días del miedo de todos y de la ira de uno solo.

El efecto sorpresa opera contra el principio de repetición: si los golpes de efecto se suceden siempre en el mismo sentido, la impresión de novedad decrece y se instala la sensación de monotonía. Es lo que ocurre con Pedro Sánchez, cuyo único modus operandi consiste, una vez tras otra, en hacer lo necesario para cambiar la conversación y sustituir un dilema por otro, siempre igual, siempre un plebiscito sobre sí mismo. El narcisismo, en la política como en la vida, no puede dejar de ser previsible por ser insaciable.

Pedro Sánchez
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