Es noticia
Alemania vota en dos semanas: colapso de la socialdemocracia
  1. España
  2. Crónicas desde el frente viral
Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

Por

Alemania vota en dos semanas: colapso de la socialdemocracia

La izquierda sistémica occidental ha dejado de proteger y de generar oportunidades

Foto: El candidato socialdemócrata alemán, Scholz. (EFE)
El candidato socialdemócrata alemán, Scholz. (EFE)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

¿Tiene cada época su propio espíritu? Los alemanes creen que sí y sus encuestas electorales parecen confirmarlo. Uno mira las tablas de aquellos sondeos y se topa con un rumor parecido al que antes vibró en Francia y después en Estados Unidos, en realidad, en casi todos sitios. "Zeitgeist". Descompongamos ese término: "Zeit" significa "tiempo". Cuesta permanecer impasible ante el calendario. Todo parece indicar que, dentro de solo 15 días, la extrema derecha se convertirá en la segunda fuerza política del Parlamento alemán.

Cuando eso ocurra, vendrán los lamentos a deshora. Y el mundo olvidará —la historia a veces parece un continuo ejercicio de olvido— quienes fueron los responsables políticos de este otro paso que nos acerca al peligro.

Olaf Scholz obtuvo la cancillería en 2021 después de reunir un importante apoyo a su partido socialdemócrata —SPD— y de negociar una coalición inédita y moderada junto a verdes y liberales. En esos mimbres parecía reunirse la posibilidad cierta de abrir una nueva etapa tras la salida de Angela Merkel. No fue así. Nadie esperaba que el nuevo Canciller emitiese un carisma cegador, pero lo cierto es que le ha faltado liderazgo por todos sitios. Todos confiaban en su capacidad porque llegó al poder con mucha experiencia acumulada, pero su gestión terminó siendo peor que decepcionante.

Desatendió las consecuencias del pasado al no corregir los errores de la etapa anterior, especialmente la dependencia del gas barato ruso. Aparcó las urgencias del presente, no aplicó una estrategia para la industria alemana. Y demostró una palmaria carencia de determinación desde que Ucrania fue invadida. Sumen a lo anterior los problemas irresolubles de comunicación y la incapacidad de mantener unidos a los socios de gobierno, motivo que ha precipitado esta cita electoral.

El SPD obtuvo el 25% en 2021, obtendrá el 16. Los verdes pasarán del 15 al 14. Y los liberales, del 11 al 4%, pueden quedarse fuera

Antes de preguntarnos si cada época tiene o no tiene su espíritu, cabe destacar la importancia del capital humano. Cada tiempo requiere un tipo de líderes políticos distintos y parece claro que Olaf Scholz ha estado muy lejos de ser el Canciller idóneo para este periodo.

El fracaso de su equipo ha terminado siendo rotundo. La economía sufre el mayor periodo de estancamiento desde la Segunda Guerra Mundial. El malestar social es alto. Y el miedo emerge como sentimiento dominante en la Alemania de nuestros días. Hay vértigo a la desindustrialización, a la vuelta de la guerra al continente y se ha disparado la preocupación por la inmigración.

La factura electoral se extiende a las tres fuerzas que han formado parte del Gobierno. El SPD obtuvo el 25% en 2021, probablemente obtendrá el 16. Los verdes pasarán del 15 al 14. Y los liberales bajarán del 11 al 4%, pueden quedarse sin representación parlamentaria porque el listón de entrada está en el 5%.

No existe allí la posibilidad de que la derecha convencional termine gobernando con la extrema derecha. Eso está descartado

"Geist" significa "espíritu". Y si algo ha definido al espíritu de la política germana desde 1945 es la constante búsqueda de la zona central. Las relaciones entre la democracia cristiana y los socialdemócratas han sido siempre fluidas y los pactos para gobernar algo habitual. Nada de eso va a cambiar. Alemania seguirá teniendo un Gobierno de coalición, esta vez encabezado por la CDU. A pesar de los ríos de tinta que han corrido en las últimas semanas, no existe allí la posibilidad de que la derecha convencional termine gobernando con la extrema derecha. Eso está descartado. Los tres escenarios más probables son:

1. La suma de populares y los socialistas alcanza la mayoría en más del 70% de las simulaciones.

2. La suma de conservadores y verdes llega a bastar en el 50% de los casos.

3. Nadie se atreve a descartar que la eventual entrada en el Parlamento de BSW —populismo de extrema izquierda antiinmigración— termine haciendo necesaria una negociación a tres bandas con los socialdemócratas y los verdes.

La CDU que conocimos ha dejado de existir. Ojo. Estamos hablando del principal partido de la familia popular en Europa

El mencionado "espíritu de la centralidad" alemán pervivirá, seguramente, durante el resto de esta década. Ahora bien, esto no significa que las cosas permanecerán como antes. Las dos fuerzas centrales han dejado de ser lo que eran. El hombre con más papeletas para ser el próximo Canciller admite pocas comparaciones con su predecesora. Merz siempre fue enemigo íntimo de Angela Merkel. No es un gran competidor: ha perdido tres puntos en los últimos tres meses teniéndolo todo a favor.

Tiene un perfil mucho más conservador y más orientado a los negocios. No teme la confrontación y asume riesgos. Con la cuestión migratoria, acaba de quebrar el cordón sanitario a la ultraderecha. Es divisivo, viene de anteponer el interés partidario al bien del país teniendo la victoria electoral bastante asegurada. La CDU que conocimos ha dejado de existir. Ojo. Estamos hablando del principal partido de la familia popular en nuestro continente.

Los verdes están a dos puntos de los socialistas. Su bajada del pódium no parece lo más probable, pero tampoco se puede descartar

Los socialdemócratas, por su parte, se encuentran ante un desafío mayor. Han mantenido a Scholz como candidato pese a los contundentes números de rechazo. Sin embargo, posponer la decisión respecto al liderazgo no implica resolver ese problema y tampoco solucionar el asunto principal. El colapso del SPD, partido principal de la familia socialista europea, puede ser de dimensiones históricas: en esta legislatura perderá 2 de cada 5 apoyos. Por primera vez desde 1945, veremos a esas siglas caer hasta la tercera posición parlamentaria. El resultado traerá una confirmación que, en mi opinión, será trágica para el futuro de nuestras democracias: la socialdemocracia está agotada.

Y lo está desde hace años además. Es un producto político quebrado, pertrechado en el campo menguante de lo moral, después de haber perdido su capacidad de incidir en la realidad para amparar a los sectores sociales que dice representar. La izquierda sistémica occidental ha dejado de proteger y de generar oportunidades. Puede tener sentido subrayar, que los verdes están a solo dos puntos de los socialistas en estos momentos. La bajada del pódium del SPD no parece lo más probable, pero tampoco se puede descartar.

El malestar y la falta de cobertura política, lleva a los electores huérfanos a buscar entre lo que nunca llegó a desaparecer del todo

Antes de preguntarnos si cada época tiene o no tiene su espíritu, cabe preguntarse si nos queda algo de la época anterior. En la zona de la centralidad quedan las siglas de los democratacristianos y socialdemócratas, pero nada de lo que había queda detrás. Por no quedar, no queda ni demasiada inquietud por la sostenibilidad del sistema.

El malestar, la falta de cobertura política, lleva a los electores huérfanos a buscar entre lo que nunca llegó a desaparecer del todo. Sí, puede que esta época tenga su espíritu: late en la periferia, está entre la desesperanza y la desesperación.

¿Tiene cada época su propio espíritu? Los alemanes creen que sí y sus encuestas electorales parecen confirmarlo. Uno mira las tablas de aquellos sondeos y se topa con un rumor parecido al que antes vibró en Francia y después en Estados Unidos, en realidad, en casi todos sitios. "Zeitgeist". Descompongamos ese término: "Zeit" significa "tiempo". Cuesta permanecer impasible ante el calendario. Todo parece indicar que, dentro de solo 15 días, la extrema derecha se convertirá en la segunda fuerza política del Parlamento alemán.

Elecciones Alemania
El redactor recomienda