Es noticia
El verdadero "puto amo" del PSOE se llama Salvador Illa
  1. España
  2. Crónicas desde el frente viral
Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

Por

El verdadero "puto amo" del PSOE se llama Salvador Illa

El PSC tiene un poder enorme y lo querrá mantener. Conspirará en la caída del líder del PSOE y tratará de pilotar su sucesión

Foto: El presidente de la Generalitat, Salvador Illa. (EFE/Enric Fontcuberta)
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa. (EFE/Enric Fontcuberta)
EC EXCLUSIVO

El PSC está parasitando al PSOE en todos los ámbitos posibles: el ejercicio del poder, la ideología y las urnas. Y la sucursalización del partido grande al pequeño no irá a menos sino a más, tal y como demostrará el próximo ciclo electoral.

El calendario de los próximos comicios todavía es incierto, no así el marcador final. La corriente social es tan masiva que, si no existiese Vox, Feijóo estaría en condiciones de superar las mayorías de Rajoy y de Aznar para situarse en un apoyo comparable a la victoria de Felipe González en 1982. No hay precedentes de lo que estamos viviendo y tampoco de lo que vendrá.

Previsiblemente, el PP revalidará sin demasiados problemas sus mayorías absolutas en Andalucía, Madrid, Galicia y La Rioja.

Se dan además las condiciones para que los azules terminen alcanzando triunfos absolutos en Aragón, Baleares, Extremadura, Cantabria y Murcia.

Foto: Sánchez e Illa, en la Conferencia de Presidentes. (EFE/Alejandro García) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Illa–Sánchez: la extraña pareja
José Luis Álvarez

Los Gobiernos populares en la Comunidad Valenciana y Castilla y León no corren peligro.

Y para nada se puede descartar que la derecha acabe sumando en Navarra, Asturias, Canarias y, en menor medida, Castilla-La Mancha.

Foto: Sánchez y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa. (EP/David Oller)

La imagen de conjunto refleja que el PSOE se puede quedar a medio plazo sin ningún Gobierno autonómico, mientras el PSC sí conservaría el suyo. Al señalarlo, no opino, simplemente, muestro unos datos que probablemente empeorarán para el Partido Socialista durante los últimos meses.

¿Cómo han llegado las cosas hasta este punto? A través de dos procesos diferentes de desnaturalización política: el PSOE se transformó en una organización populista y el PSC en un partido nacionalista, unos y otros eligieron distintas formas de renuncia a su ideario socialdemócrata.

Sánchez compró todo el aparataje ideológico de Iglesias y aplicó también su método leninista de ejercicio del poder. Llegó a la Secretaría General del PSOE promoviendo un choque entre los de abajo -los militantes- y los de arriba -los dirigentes-, rechazó el esfuerzo de actualizar la vocación mayoritaria que siempre tuvieron los socialistas y terminó gobernando como un populista -polarización- que, desde las generales de 2023, hizo suyas las tesis de todas las fuerzas parlamentarias incómodas con nuestro régimen constitucional.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, en la la XXVIII Conferencia de Presidentes. (Europa Press/David Oller) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
El relevo de Pedro Sánchez
José Antonio Zarzalejos

Salvador Illa se encontró con un paisaje político marcado por la desaparición de Ciudadanos y la crisis de las fuerzas que promovieron y ejecutaron el procés. Sin embargo, optó por resolver la oportunidad histórica del dilema negando su existencia. Pidió el voto de los no nacionalistas con la intención de convertir al PSC en la fuerza hegemónica del nacionalismo catalán. Optó por levantar una especie de "nuevo puyolismo" que, en el fondo, no hace sino revelar los tradicionales complejos de los dirigentes socialistas catalanes.

No ha existido en toda la trayectoria de nuestra democracia otro partido con más diferencias entre sus militantes y sus líderes políticos. Muy desde el principio, hubo en el PSC quienes decían representar a sus votantes, pero se sentían inferiores ante el peso cultural del nacionalismo.

Como deseaban ser aceptados por las élites nacionalistas, por quienes consideraban inferiores a sus vecinos, esos dirigentes han ido rechazando una vez tras otra el esfuerzo de armar una narración alternativa al supremacismo catalán.

Foto: Barcelona acoge la XXVIII Conferencia de Presidentes. (Europa Press)

Esa es la clave cultural en la historia de una traición que todavía continúa y que se complementa con la constante y deliberada ambigüedad política respecto a todo lo que representó el PSOE de toda la vida. Precisamente por eso apoyaron a Sánchez desde el principio, como antes intentaron encumbrar a Carme Chacón.

Seguramente, España sería muy diferente si antes hubiese existido un PSOE en Cataluña. En cualquier caso, no estamos para pensar en ucronías. El presente demuestra que, más allá de la retórica, Salvador Illa está aplicando la lógica y la gestión siguiendo el manual del nacionalismo catalán.

Está ideológicamente alineado con la visión de Cataluña como sujeto político diferenciado y reivindica la "España plurinacional", al tiempo en que emplea un victimismo hostil frente al resto de territorios del Estado.

Foto: Salvador Illa en la sesión de control del Parlament. (EFE)

Está culturalmente empapado de la cantinela del "pánico lingüístico" en particular y del miedo a la pérdida de la identidad en general, mientras recurre con frecuencia al arte de ser excluyente en todo lo simbólico.

Y está gestionando con el manual de las élites extractivas de la burguesía catalana. Las mismas familias de siempre, que en el fondo le desprecian. Con un ataque mayor que cualquier otro al principio de igualdad que debemos compartir todos los españoles.

La resbaladiza habilidad que siempre mostraron los dirigentes del PSC para desenvolverse en el PSOE por ser eso que espantosamente se llama "granero de votos" ha llegado al paroxismo. Antes de Salvador Illa tenían influencia, ahora tienen el monopolio del poder en todo el socialismo español.

Foto: El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), durante el Comité Federal del partido. (EFE/Eva Ercolanese) Opinión

En estos momentos, su penetración en la estructura del partido está en máximos y lo mismo puede decirse respecto a la organización, hablemos de altos cargos públicos o paralelos a lo público.

El PSC tiene hoy una capacidad de gestionar alianzas y de condicionar las decisiones en todos los niveles que nunca había existido antes. Son ellos quienes más están marcando la agenda del Gobierno y quienes también la ocultan.

La debilidad en el resto de territorios propiciada por las purgas de Sánchez y acentuada por los votos de castigo que han ido generando las sumisiones al nacionalismo han dejado al PSOE a expensas del PSC y al presidente sin margen de autonomía política frente al president.

Foto: El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, responde a Alejandro Fernández en el Parlament. (EFE/Andreu Dalmau)

No hay, en ningún territorio, ningún secretario general con más poder que el secretario general del PSC.

No hay un solo ministro con más poder que el exministro de sanidad.

Y, como "el puto amo" es él, nadie puede hacerle más daño a Sánchez que Salvador Illa. Esa es una realidad que contiene dos derivadas:

Primera, mientras este Gobierno siga, todo lo importante que pueda hacerse en Moncloa ha de tener antes el visto bueno de la Generalitat. Y eso incluye cualquier crisis ministerial.

Segunda, el PSC tiene un poder enorme y lo querrá mantener. Así que, por la espalda, conspirará en la caída del líder del PSOE y tratará por todos los medios de pilotar su sucesión.

El PSC está parasitando al PSOE en todos los ámbitos posibles: el ejercicio del poder, la ideología y las urnas. Y la sucursalización del partido grande al pequeño no irá a menos sino a más, tal y como demostrará el próximo ciclo electoral.

PSOE Salvador Illa
El redactor recomienda