Extremadura mantiene todavía su histórica adherencia a las siglas socialistas. El PSOE es el partido que reúne una mayor simpatía. Es verdad que mucho menor a la de antaño, pero todavía muy valiosa en términos electorales. Sucede, sin embargo, que la designación de Gallardo como candidato y los acontecimientos de los últimos días han neutralizado esa fortaleza. También la marca está en crisis.
Desde la opinión publicada, se está prestando mucha atención al voto femenino. Y, si el escrutinio termina confirmando lo que apuntan las encuestas, es probable que veamos conclusiones demasiado precipitadas. Lo cierto es que las mujeres extremeñas han venido modificando su posición durante los últimos años. Hay causas más estructurales, como la gestión de las distintas administraciones y el cambio de clima cultural que la coyuntura puede terminar acelerando.
Teniendo en cuenta lo anterior, se comprende mejor la intención de voto que ellas están expresando en los distintos sondeos. El PSOE ha dejado de ser la primera fuerza de las extremeñas y la idea de que Vox es una formación que casi exclusivamente se nutre del sufragio masculino deja de ser sostenible. La derecha, en su conjunto, pasa del 50%. Este gráfico tendría que bastar para que cualquiera pudiese comprender la diferencia entre voto feminista y voto femenino.
La pérdida de tracción del Partido Socialista en esta capa social se aprecia con mayor crudeza todavía cuando se pregunta a las mujeres de la región por su segundo partido de preferencia. Presten atención a la cifra de la extrema izquierda, puede que sirva para alumbrar el camino de una de las sorpresas en la noche del recuento. Las progresistas tienen identificada una opción de refugio ideológico para su voto.
De los hombres se habla menos y no entiendo bien el motivo. Hasta donde yo sé, su voto cuenta exactamente lo mismo. Aquí las cifras parecen insalvables para los socialistas y 4 puntos menos seguras para los populares. La mordida de los de Abascal es clara.
Quedan todavía unos días hasta las urnas y el marcador parece inamovible. Se sabe quién ganará y en qué orden quedarán los principales competidores. Faltan muchos electores por terminar de darle forma a su voto. Por lo tanto, también lo concerniente a los hombres, tiene sentido pararse en las segundas preferencias de los electores.
Ese gráfico es rotundo y puede ser útil para ofrecernos indicios. En esta época, cada vez de forma más acentuada, las tendencias de la precampaña y de la campaña electoral se potencian durante los últimos días. ¿Las recordamos? PSOE a la baja, derecha creciendo y la extrema izquierda subiendo. Todo eso podría ir a más.
¿Queremos lo de hoy envuelto en una sola conclusión? Venga: ellas decidirán hasta dónde baja el PSOE, ellos hasta dónde sube Vox.
Extremadura mantiene todavía su histórica adherencia a las siglas socialistas. El PSOE es el partido que reúne una mayor simpatía. Es verdad que mucho menor a la de antaño, pero todavía muy valiosa en términos electorales. Sucede, sin embargo, que la designación de Gallardo como candidato y los acontecimientos de los últimos días han neutralizado esa fortaleza. También la marca está en crisis.