Cronicavirus
Por
El país que pide imaginación contra el coronavirus
En Estonia, han puesto en marcha el programa Hack the Crisis, en el que todos los ciudadanos pueden aportar ideas para solucionar la crisis del coronavirus
El país que pide imaginación contra el coronavirus.
Al día siguiente de declarar el estado de emergencia por el coronavirus hace apenas dos semanas, el Gobierno estonio lanzó una plataforma en colaboración con dos grandes empresas para pedir ideas que fueran útiles y pudieran ponerse en marcha en 48 horas para enfrentarse a la crisis. El programa Hack the Crisis financiaría cinco proyectos con hasta 5.000 euros para su ejecución inmediata. Les pedía a los participantes describir un problema y proponer una solución práctica. Animaba a lanzar “disparos a la luna” y “pensar en lo imposible”. Desde cambios de regulación que facilitaran la vida en confinamiento durante la pandemia a mitigar el impacto económico de la crisis.
En seguida, han surgido ideas para gestionar la cuarentena durante el estado de emergencia en este país báltico de un millón y medio de habitantes, considerado uno de los más digitalizados del mundo. Las propuestas van desde facilitar las inspecciones virtuales de edificios a un sistema para abrir las puertas con el pie y evitar así contagios. También esbozan sistemas para poner en contacto a personas vulnerables con los voluntarios y una 'app' llamada CoronaStop para que el móvil o el ordenador avisen al usuario de cuántas veces se toca la cara con las manos a lo largo del día (una de las principales formas de contagio de Covid-19), que podría avisar también periódicamente para lavarse las manos.
Estas propuestas se recopilaron antes de tener algún muerto por Covid-19, pero ya había cerrado sus fronteras, sus escuelas y los lugares de ocio
Estas propuestas se recopilaron antes de que Estonia tuviera ningún muerto por Covid-19, pero ya había cerrado sus fronteras, sus escuelas y todos los lugares de ocio para lidiar con la crisis sanitaria. Además, el Gobierno también está impulsando otro consorcio público-privado para financiar proyectos que ayuden a dar forma al mundo posterior a la pandemia. La iniciativa apoyará y asesorará de forma gratuita las 'startups' que puedan crear un fuerte impacto que aporte soluciones a la crisis del coronavirus en áreas como el teletrabajo, la salud, la alimentación y la ingeniería. El evento está abierto a 'startups' ubicadas en cualquier parte del mundo y cierra su periodo de inscripción el 27 de marzo para empezar a trabajar en abril. Encontrar soluciones corre más prisa que nunca.
Cuenta en 'The New Yorker' la escritora Masha Gessen, autora del libro 'The Future is History', que esta iniciativa estonia es un “ejercicio de imaginación” que no solo sirve para reaccionar a la crisis actual, sino para dar forma al futuro. La imaginación no es solo fundamental para encontrar soluciones inmediatas a una crisis para la que no estábamos preparados y que no solo va a ser sanitaria y económica, también social y emocional. Imaginar mundos futuros no es ninguna pérdida de tiempo en medio de una tragedia, puede ser un bálsamo en tiempos de incertidumbre con el que dar forma a lo que vendrá y que, sin duda, será muy diferente a lo que conocíamos. Por eso las distopías triunfan en tiempos inciertos, porque canalizan el miedo y ayudan a imaginar otras realidades. Ninguna da más miedo que lo desconocido.
La imaginación no es solo fundamental para encontrar soluciones inmediatas a una crisis sino que puede ser un bálsamo
En su libro ‘Nonsense’, el economista del comportamiento Jamie Holmes analiza casos en los que la incertidumbre nos vuelve creativos. Nuestro cerebro se activa buscando certezas porque no lleva bien la ambigüedad. Por eso me parece tan útil esta iniciativa estonia, en medio de lo peor de la crisis, que supera ya los 20.000 fallecidos en el mundo. Lanzar una convocatoria para animar a los ciudadanos con espíritu emprendedor a que vayan pensando alternativas al futuro que nos espera, una vez superada esta crisis, transmite esperanza a la población en el momento en que es más necesaria. De este ‘brain storming’ nacional para poner en común posibles soluciones, tanto en el corto como en el largo plazo, no sabemos todavía si saldrán proyectos realmente determinantes que ayuden a superar un momento tan complicado como el actual. Pero seguro que ofrece a la ciudadanía una plataforma en la que poner en común sus mejores ideas. Tras exigirle a la gente que se encierre en casa, escuchar lo que tienen que ofrecer al conjunto de la comunidad para ayudar a los demás no parece descabellado.
No sabemos cómo será el futuro. Puede que los restaurantes, cines y teatros e incluso los aviones tengan que eliminar la mitad de sus asientos disponibles para garantizar mayor distancia social. Gideo Richfield, editor jefe de la revista del MIT, apuntaba a esta posibilidad como una de las formas posibles cuando tengamos que convivir con el miedo a futuras pandemias. Aunque la manera más probable de que podamos volver a socializar de forma segura pase por algún tipo de control tecnológico que certifique a quienes no han estado cerca de ningún foco de contagio. Los ataques terroristas transformaron muchas actividades cotidianas e incorporaron rutinas de seguridad a las que ya nos hemos acostumbrado. La nueva amenaza de seguridad del mundo posCovid-19, a la que habrá que adaptarse, van a seguir siendo los virus. Estonia se ha puesto ya a buscar talento en todo el mundo con propuestas tecnológicas que nos ayuden a ello.
No es la primera vez que los estonios imaginan cómo será un mundo completamente diferente al que viven. Cuenta Gessen que entre 1989 y 1991, todavía bajo la ocupación soviética, los disidentes bálticos intercambiaban informes sobre cómo imaginaban el país cuando la Unión Soviética se derrumbara. Conocían el mundo al otro lado del Telón de Acero por la señal de la televisión finlandesa que les llegaba (y que no entendían). Imaginar el futuro, igual que inventarse qué dirían aquellos diálogos de 'Dallas' y 'Dinastía' que la mayoría no comprendía pero todos veían, les ayudó a empezar a darle forma a un mundo totalmente diferente al que conocían. Esta pandemia va a transformarlo todo de una manera que no podemos ni imaginar. ¿O sí?
El país que pide imaginación contra el coronavirus.