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“Los números anticipaban una gran depresión. Podría haber sido por una guerra”
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Marta García Aller

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“Los números anticipaban una gran depresión. Podría haber sido por una guerra”

Juan Antonio Sanz, el matemático detrás del fondo más rentable

Foto: Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.

Cuando hablé con Juan Antonio Sanz, estaba paseando en medio del campo porque en casa tiene mala cobertura. Vive en un pueblecito de 30 habitantes, cerca de Sigüenza. Allí pasa el confinamiento rodeado de corzos, águilas e inteligencia artificial. Sus modelos matemáticos están detrás del fondo de inversión español que más se ha revalorizado en lo que va de año. ATL Capital Quant 25 gana más de un 26% en lo que llevamos de 2020. Sanz es doctor en matemáticas, gestor de fondos y agricultor.

“Las matemáticas dicen que esto es una gran depresión. La magnitud de lo que está pasando solo es comparable al Crac del 29”, explica Sanz en su paseo mañanero por el campo alcarreño. Si su fondo es el más rentable en un año fatídico para los mercados, es porque con la llegada del coronavirus se ha producido el hundimiento que lleva tiempo anticipando. “Llevan llamándome cenizo desde 2017, pero mi modelo preveía una gran depresión y yo he seguido fiel a él”, explica. “Yo no sabía que venía un coronavirus, pero los números anticipaban que estábamos al borde de una gran depresión, de un acontecimiento extraordinario de los que pasan una vez cada 100 años. Podría haber sido por una guerra mundial, vete a saber. Las matemáticas me permiten saber que va a haber un superciclo bajista pero no por qué”.

placeholder Juan Antonio Sanz, gestor de Atl Capital Quant 25.
Juan Antonio Sanz, gestor de Atl Capital Quant 25.

En estos últimos tres años, Sanz no sabía qué iba a pasar, pero sí que algo pasaría. Lleva más de 20 años dedicándose a la predicción financiera y sus números anticipaban que estaba a punto de venir un gran valle, que es como llama al hundimiento de los mercados. En 2016 no llegó, ni en 2017 ni en 2018. “Y cuanto más se retrasaba, más profundo se hacía el valle”, añade. Suena como si la pandemia mundial estuviera escrita, pero aclara que no es esa su intención: “Podía haber sido un enfrentamiento por el petróleo en el Golfo o por las tensiones entre China y EEUU; mi modelo matemático no ve venir el coronavirus, lo que predice es su consecuencia, que es esta gran crisis”, explica Sanz, que tiene 46 años y lleva desde los 23 trabajando en desarrollar este modelo de aleatoriedad de los ciclos económicos. Desde que su padre se jubiló, también se encarga de las tierras de la familia. Le encanta el campo. Y los algoritmos.

El matemático está convencido de que teniendo la suficiente cantidad (y calidad) de los datos, todo se puede calcular. Pero reconoce que siempre hay un margen de error. Aunque ahora su fondo es el más rentable del mercado, en los últimos cinco años ha perdido cerca de un 70%. “El modelo no es exacto, porque falta información, solo disponemos de 100 años de información financiera y eso es muy poco. Las matemáticas no te permiten la exactitud, pero sí acotar el azar”, explica. “Si tuviéramos 10.000 años de mercados financieros, serían mucho más fiables, como tenemos en geología o en astronomía”.

Las finanzas le apasionan, pero se dedica a ellas, en cierto modo, por casualidad. Y por los níscalos. “Podía haberme puesto a desarrollar modelos predictivos en el campo de la salud, donde hay más información disponible y son más exactos, pero en cuarto de carrera uno de mis directores de tesis me dijo que iba a hacer un curso de maximización de los mercados financieros”. Apenas tenía 22 años y cuando volvió a clase en septiembre tenía 1.000 euros ahorrados en la cuenta del banco de Jadraque tras haberse pasado el verano trabajando en el campo, así que pensó que si aprendía de finanzas, sacaría más partido a sus ahorros. “Si aquel verano no hubiera ido a recoger níscalos, a lo mejor no me habría dedicado a esto”. De nuevo, la aleatoriedad del universo.

Foto: (Foto: Reuters)

Sanz habla de las matemáticas como si fuera un explorador inglés del siglo XIX: “Es como estar en una selva infinita con un machete abriéndome paso entre los datos, no puedes descuidarte porque si no vuelve a crecer la vegetación”, comenta con pasión. “Mido picos y valles, y esto es como cuando alguien se topó por primera vez con el Everest. Yo lo que busco son patrones invariantes para calcular ciclos en la economía y lo que he encontrado es un valle que todavía no sabemos cómo de profundo es”. Aún no se ve el fondo de esta crisis que, antes de que en abril lo dijera el FMI, su modelo ya anticipaba que iba a ser más parecido al Crac del 29 que a la crisis de hace una década.

Sobre la dimensión económica de la crisis, Sanz está convencido de que esto no es una recuperación en V, sino que va a durar varios trimestres. “Los políticos venderán lo que quieran, pero el modelo anticipa que esto no es una V, lo mires por donde lo mires”, comenta, para explicar que la recuperación no va a ser tan brusca como la caída. “Lo que vamos a vivir no es una recesión, es una gran depresión. Mis modelos están posados midiendo la profundidad de la fosa y cuando llegue el valle tornarán y avisarán de que va a cambiar el ciclo de nuevo, pero estamos lejos todavía”.

Foto: El matemático Santiago García Cremades. (La2)

En su cartera, este trimestre está apostando por el oro y la plata, también por la volatilidad, “porque lavolatilidad va a explotar en niveles nunca vistos antes”, añade. E insiste: “Lo importante es que esto no va a durar ni tres ni seis meses, es una fosa muy profunda y aún no se ve el suelo. Esto acaba de empezar. No puedo hablar a un año vista, porque todavía estamos ciegos midiendo la profundidad del valle. Y hasta que los modelos no detecten la cuenca, los modelos seguirán cortos”.

El 'humo' de la inteligencia artificial

Sanz lo mismo habla del bosón de Higs o de exploradores del XIX que de cine clásico para explicarse. Cuando uno se dedica a estudiar la aleatoriedad del universo, es importante manejar bien las metáforas. Su visión de cómo las finanzas están utilizando la inteligencia artificial la compara con 'Doce hombres sin piedad', una de sus películas favoritas. “Si todos miramos la misma información, sacaremos la mismas conclusiones, como pasa en la película cuando hay 11 en el jurado convencidos de que el acusado es culpable”. Su modelo matemático, el que lleva la contraria al consenso, sería Henry Fonda. No quiere explicar por qué sus datos son diferentes, pero sí que en la calidad de los datos que se usan está la diferencia entre su modelo y los demás. Por eso llevaba tres años con una cartera que se desplomaba, no le importa ir a contracorriente. "Mi fondo es un cinturón de seguridad que acolcha la cartera", argumenta.

Foto: (Reuters)

Sanz cree que la mayoría del 'big data' que se está empleando en los mercados está basado en los mismos modelos y se está innovando poco. “No está claro que el mercado sea cada vez más eficiente con el uso de inteligencia artificial”, afirma. “Las máquinas están reproduciendo esquemas que hace que luchen entre ellas. Son algoritmos contra algoritmos, y eso genera distorsiones de una magnitud incalculable para la estabilidad de la economía de los países. 'Matchean' los mismos datos y cuando viene una correlación, todos hacen lo mismo en circunstancias extremas. Y esas circunstancias extremas cada vez serán más frecuentes, por lo que se generan distorsiones enormes”. Es como si con los robots los mercados se estuvieran convirtiendo en un 'brain storming' de gente que piensa lo mismo.

En EEUU, más del 30% de Wall Street ya está operado por robots. No es que le moleste la inteligencia artificial, al contrario. Según Sanz, lo que falta es innovar más en ella: “Faltan estructuras básicas que profundicen modelos matemáticos independientes que descorrelacionen de todos los demás. Modelos genuinos que no beban todos de la misma fuente. Si todos nos leemos el mismo libro y programamos el mismo algoritmo, estamos generando las mismas respuestas aunque estemos en continentes diferentes”. Y concluye: “Se está vendiendo mucho humo en los modelos de inteligencia artificial que hacen muy buenas predicciones del pasado. La clave está en el solar donde se cimenta, en cuáles son esos datos, que es la clave para identificar patrones”.

Foto: Foto: EFE.

Pese a estar convencido de que vivimos la peor crisis financiera de los últimos 100 años, Sanz se muestra optimista, convencido del carácter cíclico del universo, por lo que es cuestión de tiempo remontar. Su modelo matemático trata ahora de predecir la remontada, pero calcula que lo hará con un margen de error de varios meses. “La exactitud es una labor utópica, porque la naturaleza solo te permite acotar la incertidumbre. Necesitas la humildad, porque no existe la exactitud en las predicciones con modelos matemáticos. La solución no será exacta, pero cuanto mejor sea el modelo, más te acercas”.

Ante tanta incertidumbre, tiene un consejo: “En estos modelos matemáticos, estamos cuatro locos. Hay que adaptarse para preparar gente que sea capaz de manejar todos esos datos, porque los datos esconden mucha riqueza potencial para quien los sepa interpretar, no solo en las finanzas, en todos los campos. De la salud a la agricultura. Es el momento de adaptarse y hay enormes oportunidades”.

Antes del confinamiento, Sanz iba a diario al centro de Madrid a trabajar a las oficinas de ATL Capital, pero ahora puede hacerlo desde su casa en la Alcarria. Aunque tenga mala cobertura, dice que el wifi es bueno. “Ver la noche estrellada me da equilibrio”, comenta. Y paseando por el campo alcarreño, mientras observa sus tierras, seguimos hablando un rato de la aleatoriedad del universo.

Cuando hablé con Juan Antonio Sanz, estaba paseando en medio del campo porque en casa tiene mala cobertura. Vive en un pueblecito de 30 habitantes, cerca de Sigüenza. Allí pasa el confinamiento rodeado de corzos, águilas e inteligencia artificial. Sus modelos matemáticos están detrás del fondo de inversión español que más se ha revalorizado en lo que va de año. ATL Capital Quant 25 gana más de un 26% en lo que llevamos de 2020. Sanz es doctor en matemáticas, gestor de fondos y agricultor.

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