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Los dos millones de decisiones para la segunda dosis de AstraZeneca
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Marta García Aller

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Los dos millones de decisiones para la segunda dosis de AstraZeneca

Son muchos los profesionales esenciales, a los que supuestamente corría más prisa vacunar, que están indignados con que la decisión que finalmente se ha tomado sea, básicamente, dejarlos decidir a ellos

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No creo que sea bueno mezclar”, me resume una profesora de los miles que siguen a la espera de completar la vacunación desde hace casi 12 semanas, a raíz de que se suspendiera en abril la inoculación de AstraZeneca para menores de 60. Puede que lo diga basándose más bien en la experiencia que dan las resacas de la juventud que en las recomendaciones de la EMA, pero el caso es que muchos de los profesionales de grupos esenciales que han retomado la vacunación van a optar por repetir AstraZeneca en vez de cambiar a Pfizer, como recomienda Sanidad.

En Murcia, la primera comunidad en la que se ha retomado la vacunación de estos profesionales que seguían en el limbo, había de buena mañana dos colas en el Estadio Nueva Condomina. Y mientras la que daba Pfizer estaba prácticamente vacía, la mayoría de los farmacéuticos, ópticos y bomberos que esperaban pacientemente su turno optaban por la larga cola que se había formado para recibir AstraZeneca. Según 'La Opinión', una clara mayoría de los presentes optaba por la vacuna de Oxford.

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A los casi dos millones de vacunados con AstraZeneca menores de 60 que llevaban más de seis semanas esperando a que les aclaren cuál será su segunda dosis, finalmente se les recomienda inmunizarse con Pfizer. Lo dijo la Comisión de Salud Pública el 18 de mayo tras conocerse el estudio efectuado por el Instituto Carlos III en el que han participado 676 pacientes de diferentes edades y regiones. La conclusión es que combinar vacunas de AstraZeneca y Pfizer es seguro y eficaz, sin efectos secundarios de importancia. Esta investigación exprés, sin embargo, no compara la efectividad de esa combinación con los efectos de dos dosis de AstraZeneca, que avalan desde la EMA.

Sin embargo, una cosa es que combinar vacunas de AstraZeneca y Pfizer sea seguro y eficaz y otra que esté resultando convincente. No ayuda la falta de acuerdo entre Gobierno y comunidades autónomas. Algunas, como Madrid, desoyen al ministerio y recomiendan directamente elegir la segunda dosis de AstraZeneca, asegurando además que tienen suficientes dosis para todos. Otras, como Euskadi, avisan a quienes opten por AstraZeneca que deberán esperar hasta cuatro semanas más para su segunda dosis porque entrarán en una lista de espera. La Junta de Andalucía ya se ha desmarcado y no obligará a firmar el consentimiento informado que pide el Ministerio de Sanidad a quienes rehúsen Pfizer. Mientras que Galicia, igual que Murcia, en vez de no pedir ninguno pedirá consentimiento expreso se pongan lo que se pongan.

Más que un consentimiento, lo que las comunidades deberían darles a firmar es un disentimiento donde pudieran dejar constancia de su estupefacción. Son muchos los profesionales esenciales, a los que supuestamente corría más prisa vacunar, que están indignados con que la decisión que finalmente se ha tomado sea, básicamente, dejarlos decidir a ellos. Era cuestión de tiempo que la cogobernanza mandara la pelota al tejado del ciudadano.

El Comité de Bioética matiza que no se está delegando en el ciudadano, sino que la recomendación es clara y se inclina por una segunda dosis de Pfizer (como también se ha hecho en otros países como Francia, Alemania y Suecia). Según el Ministerio de Sanidad, esa es "la decisión correcta". Visto así, no es que se esté delegando, sino que se trata de evitar que quienes no quieran Pfizer se queden sin vacunar y, solo como último recurso, se les permite optar por AstraZeneca. Solo que en realidad, perífrasis aparte, tener una alternativa equivale a optar entre dos colas. Y encontrarse dos opciones en el centro de vacunación se parece tanto a tener que elegir que hacen falta varios comités para matizar la diferencia.

Muchos profesionales sanitarios consideran que es una anomalía que los menores de 60 años a quienes se administró la primera de AstraZeneca puedan elegir qué segunda dosis ponerse. Y no es la única. También ven como anomalía que sea precisamente a los que opten por ponerse la segunda dosis de AstraZeneca, siguiendo la pauta de vacunación avalada por la Agencia Europea del Medicamento y por la ficha técnica de la propia farmacéutica, a los que se les pida de forma generalizada firmar un consentimiento informado.

En ese documento para recibir AstraZeneca, hay que acreditar “ser conocedor del infrecuente riesgo de desarrollar un síndrome de trombosis con trombocitopenia”, pero no se recuerda que esos efectos secundarios son mucho menos comunes que los accidentes cerebrovasculares asociados con la propia infección por covid-19, como avalan diversos estudios médicos, ni que los casos aislados que se produjeron fueron tras recibir la primera dosis y no la segunda.

Aquella profesora que está convencida de optar por la segunda dosis de AstraZeneca en vez de la de Pfizer, por no mezclar, me asegura que como ella la mayoría de compañeros de su colegio van a hacer lo mismo. También reconoce que en abril no sabe si lo hubiera hecho. Cuando saltó la noticia de los efectos secundarios de AstraZeneca, ella dudó si confiar o no en esta vacuna. Ahora optará por ella. Así que si todo este lío de la combinación de dosis con Pfizer fuera una enrevesada estrategia de psicología inversa para devolver la confianza en AstraZeneca, habría que reconocer que funciona.

No creo que sea bueno mezclar”, me resume una profesora de los miles que siguen a la espera de completar la vacunación desde hace casi 12 semanas, a raíz de que se suspendiera en abril la inoculación de AstraZeneca para menores de 60. Puede que lo diga basándose más bien en la experiencia que dan las resacas de la juventud que en las recomendaciones de la EMA, pero el caso es que muchos de los profesionales de grupos esenciales que han retomado la vacunación van a optar por repetir AstraZeneca en vez de cambiar a Pfizer, como recomienda Sanidad.

Vacunación Pfizer Ministerio de Sanidad
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