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El final más 'marianista' de Rajoy: ¿presidente en funciones?
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Isidoro Tapia

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El final más 'marianista' de Rajoy: ¿presidente en funciones?

Aunque existen dudas al respecto, todo parece indicar que Rajoy puede presentar su dimisión hasta el mismo momento en que comience la votación

Foto: Mariano Rajoy, durante la moción de censura de este jueves. (Reuters)
Mariano Rajoy, durante la moción de censura de este jueves. (Reuters)

Debido a las consecuencias que rodearían esta dimisión, se puede decir que sería el 'final más marianista de Mariano Rajoy'. No digo que vaya a suceder, pero sí que cerraría el círculo del marianismo. Veamos por qué.

De acuerdo con la Constitución (artículo 115.2), "la propuesta de disolución [de las Cortes] no podrá presentarse cuando esté en trámite una moción de censura". Por esta razón, Rajoy no ha podido esquivar la moción convocando elecciones (y también, seguramente, por el mismo motivo, los socialistas se apresuraron a registrarla).

Foto: Mariano Rajoy, a su salida del restaurante en el que ha seguido la sesión de tarde del debate de la moción de censura. (Reuters)

Sin embargo, nada impide que el presidente, en tanto se tramita la moción, presente su dimisión. Aunque existen dudas al respecto, todo parece indicar que Rajoy puede presentar su dimisión hasta el mismo momento en que comience la votación, prevista para este viernes a las 14:30 (Pérez Royo, que siempre es una opinión discrepante en la interpretación de nuestro ordenamiento político, defiende que la dimisión no puede producirse desde que comenzó el debate de la moción este mismo jueves, pero esta es una opinión minoritaria).

¿Qué ocurre en caso de dimisión del presidente? Según el artículo 101 de la Constitución, el Gobierno 'cesa' y pasa a estar en funciones.

¿Quién sería el presidente en funciones? Aquí, de nuevo, hay varias interpretaciones. Por un lado, la literalidad del mismo artículo 101 admite que el presidente Rajoy se mantenga en su puesto en funciones ("el Gobierno cesante —del que forma parte el presidente— continuará en funciones hasta la toma de posesión del nuevo Gobierno"). Es lo que ocurrió por ejemplo tras la dimisión de Adolfo Suárez, anunciada el 29 de enero de 1981. El 23 de febrero, cuando Tejero entró al asalto del Congreso, Suárez seguía sentado en su escaño azul, como presidente del Gobierno en funciones. Desde allí, por cierto, mantuvo la dignidad de nuestra democracia enfrentándose a los asaltantes.

Sin embargo, es obvio que si un presidente del Gobierno que dimite no quiere desempeñar el cargo en funciones, físicamente no se le puede obligar. El ejemplo más reciente es el de Cristina Cifuentes: tras su dimisión, la presidencia en funciones fue ejercida por el vicepresidente, Ángel Garrido, hasta su propia investidura pocos días después. Debe señalarse que el estatuto de la Comunidad de Madrid que regula esta eventualidad tiene exactamente la misma redacción que la Constitución española y la Ley del Gobierno. La regulación de uno y otro caso es la misma, aunque el resultado fuese el opuesto.

Si dimitiese, Rajoy podría quedarse al frente de La Moncloa, después de irse. ¿Por cuánto tiempo? Unos días, unos meses o incluso hasta dos años

La conclusión, por tanto, es que la decisión sobre si mantenerse como presidente en funciones o no corresponde al propio Rajoy, y debe regularse en el real decreto que publique la dimisión de Rajoy y regule el funcionamiento del Gobierno en funciones. Si así lo decide, Rajoy podría quedarse al frente de La Moncloa, después de dimitir. ¿Por cuánto tiempo? Pues unos días, unos meses o incluso hasta dos años (ahora veremos por qué).

Porque aquí no termina el enredo. Un Gobierno en funciones tiene limitadas sus facultades: debe limitar su gestión "al despacho ordinario de los asuntos públicos". El presidente del Gobierno en funciones no puede convocar elecciones ni plantear una cuestión de confianza. Tampoco, cabe entender, al carecer de responsabilidad política, puede plantearse una moción de censura contra el mismo.

¿Qué ocurre tras la dimisión? Se abre un nuevo proceso de investidura, regulado en el artículo 99 de la Constitución. El Rey abre una ronda de consultas, y a través de la presidencia del Congreso, propone un candidato a la presidencia del Gobierno. Volvemos, para entendernos, a la situación de 2016.

Aquí se abren tres escenarios. El primero es que el Rey propone un candidato que consigue la investidura. Este candidato podría intentar gobernar hasta el final de la legislatura en junio de 2020, o podría convocar elecciones de forma inmediata (se abriría de nuevo la puerta al llamado 'candidato instrumental'). En teoría, esta investidura es más fácil (requiere solo de más votos a favor que en contra) que una moción de censura (que requiere 176 diputados). En la práctica, ocurre al contrario. Debido a que la censura mezcla el reproche al presidente en ejercicio con la investidura del candidato electo, es más fácil obtener el apoyo de los demás partidos. ERC, PDCAT o el propio Podemos han justificado su apoyo a la moción de censura de Sánchez más por su rechazo a Rajoy que por el apoyo al candidato socialista. La consecuencia es que esta investidura no tendría más posibilidades de prosperar que la moción de censura de Sánchez, sino seguramente al contrario.

¿Cuál es la ventaja para Rajoy de ser presidente en funciones? Son varias, si las comparamos con ser el primer presidente censurado de nuestra historia

La segunda posibilidad es que el Rey proponga un candidato, pero este no reúna el apoyo de la Cámara. A partir de entonces, se abre un plazo de dos meses. Si ningún otro candidato consigue la investidura, iríamos a elecciones generales (que por los plazos, se celebrarían en otoño). Curiosamente, hasta entonces el Gobierno actual seguiría en funciones. Es posible, por tanto, que el propio Rajoy fuese presidente en funciones cuando se celebren estas futuras elecciones.

La tercera posibilidad es que el Rey no encuentre ningún candidato capaz de reunir el apoyo de la Cámara, y decida no proponer ninguno. En teoría, esta situación se puede prolongar hasta junio de 2020. El Gobierno actual (y el propio Rajoy) seguiría en funciones hasta entonces. Nos quedaría Rajoy para rato.

¿Cuáles son las ventajas para Rajoy de convertirse en presidente en funciones? Son varias, si las comparamos, claro está, con la alternativa de convertirse en el primer presidente del Gobierno censurado de nuestra historia y dejar La Moncloa en manos de Pedro Sánchez. En primer lugar, aunque no controla los plazos, los puede condicionar. El propio PP podría entrar en negociaciones con otros partidos para intentar la investidura de un candidato propio (poco probable, en las actuales circunstancias) o de uno 'instrumental' con el único mandato de convocar elecciones. En el juego de las negociaciones, ahora habría una parte más: el propio Partido Popular.

En segundo lugar, pasa la pelota al resto de partidos (PSOE, Podemos y Ciudadanos) obligándolos a ponerse de acuerdo en un candidato común si quieren forzar la convocatoria de elecciones, cuando ya se ha visto que estos partidos tienen intereses opuestos al respecto y lo complicado que es tejer acuerdos entre los tres.

¿A qué espera Rajoy para presentar su dimisión? Seguramente, a la confirmación oficial del PNV de que apoyará la moción de Pedro Sánchez

En tercer lugar, permite a Rajoy prolongar su mandato, aunque sea en funciones. Mientras los demás partidos pelean como gallos, el PP podría presentarse como garante de la estabilidad. De hecho, esta ecuación le funcionó bastante bien en 2016.

En cuarto lugar, sacaría a los partidos independentistas (y al PNV) de la ecuación. Como ya se ha señalado, en mi opinión, estos partidos tendrían más difícil participar de una investidura que en una moción de censura, lo que seguramente les restase relevancia.

Y finalmente, permitiría a Rajoy influir en el (inevitable) debate sucesorio que se abrirá en el PP. Por ejemplo, podría decidir que fuese la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la que ejerciese como presidenta en funciones. O al revés, mantenerse como presidente en funciones mientras el PP aclara este debate.

¿A qué espera Rajoy para presentar su dimisión? Seguramente, a la confirmación del PNV de que apoyará la moción de Sánchez. Esta es mi hipótesis. Aunque hay otra más enrevesada, donde todo es al revés de lo que parece. Durante su intervención este jueves, Pedro Sánchez pidió (por primera vez desde que se conoció la sentencia de la Gürtel) la dimisión del presidente Rajoy. Lo que hace inevitable preguntarse: ¿y si el escenario preferido por Sánchez es que Rajoy dimita y apuntarse esta muesca, pero que su 'moción Frankenstein' decaiga? ¿Y si el escenario preferido de Rajoy es que la moción salga adelante y Sánchez entre en La Moncloa con el beneplácito de los independentistas?

Debido a las consecuencias que rodearían esta dimisión, se puede decir que sería el 'final más marianista de Mariano Rajoy'. No digo que vaya a suceder, pero sí que cerraría el círculo del marianismo. Veamos por qué.

Mariano Rajoy Pedro Sánchez Caso Gürtel