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Votantes nuevos, partidos viejos y coaliciones Jamaica
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Isidoro Tapia

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Votantes nuevos, partidos viejos y coaliciones Jamaica

Cuando un sistema bipartidista eclosiona hacia uno multipartidista, suelen producirse dos resultados: los votantes se polarizan, mientras que las coaliciones se multiplican

Foto: Los líderes de Cs, Albert Rivera (i), y del PP, Pablo Casado, se saludan en los Princesa de Asturias. (EFE)
Los líderes de Cs, Albert Rivera (i), y del PP, Pablo Casado, se saludan en los Princesa de Asturias. (EFE)

Angela Merkel lleva en la cancillería alemana de manera ininterrumpida desde 2005. Hasta 2009, gobernó en coalición con los socialistas, entre 2009 y 2013, con los liberales, y desde 2013, de nuevo con los socialistas. Después de las elecciones de 2017, intentó un acuerdo con los liberales, y, tras descarrilar, acabó pactando con los socialistas. Al mismo tiempo, el partido de Merkel, la CDU, gobierna con los socialistas en algunos 'länder' (Saarland o Sajonia), con los liberales en otros (North Rhine-Westphalia) y hasta con los verdes en otros casos (Baden-Württemberg o Hesse). En estados como Schleswig-Holstein, la coalición es triple (CDU, liberales y verdes). Hay tantas combinaciones que para reconocerlas los alemanes las han bautizado con ingeniosos nombres. Por ejemplo, la coalición de estos tres partidos se conoce como Jamaica porque reúne los colores del país caribeño (negro —los conservadores—, amarillo —liberales— y verde —los ecologistas—). También existe la coalición Kenia (conservadores, socialistas y verdes) o la semáforo (socialistas, liberales y verdes).

Cuando un sistema bipartidista eclosiona hacia uno multipartidista suelen producirse dos resultados: los votantes se polarizan, mientras que las coaliciones se multiplican.

En España estamos asistiendo al primer fenómeno. Respecto al segundo, de momento, estamos prácticamente inéditos.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE)

De acuerdo con el barómetro que hoy publica El Confidencial, el Gobierno de Pedro Sánchez está sufriendo un desgaste acelerado. La valoración de Pedro Sánchez ha perdido todo el impulso que recibió tras la moción de censura (se sitúa por debajo de la que recibía en el mes de marzo). Albert Rivera le ha cazado en valoración media, convirtiéndose en el líder mejor valorado en el espacio del centro político, el centro-derecha y la derecha (el líder del PP, Pablo Casado, es el que peor parado sale en este estudio). Y, sin embargo, pese a este desgaste del Gobierno y de sus ministros, el PSOE aguanta relativamente bien en intención de voto: sigue encabezando las preferencias de los votantes, con el 25,8% de intención de voto, apenas 0,7 puntos menos que en la anterior oleada, y con cinco puntos de ventaja sobre el segundo partido, que es Ciudadanos.

La razón de esta aparente paradoja está en la polarización del voto: se han formado dos bloques compactos de votantes, el que forman PSOE y Podemos por un lado, y por el otro Ciudadanos, PP y ahora Vox. Las transferencias de votantes tienen lugar dentro de estos bloques, pero sin embargo apenas hay votantes que salten de uno a otro. En este último barómetro, los principales movimientos han ocurrido en el estanque de la derecha, con la irrupción de Vox, que alcanza un 8% de la intención de voto. Por el contrario, el estanque de la izquierda ha permanecido relativamente estable.

placeholder Santiago Bascal, líder de Vox. (EFE)
Santiago Bascal, líder de Vox. (EFE)

Que las transferencias de voto entre uno y otro bloque se hayan reducido al mínimo no quiere decir, ni mucho menos, que esté todo decidido de cara a las próximas elecciones. Por dos motivos: en primer lugar, porque pueden producirse escenarios curiosos en el reparto de escaños. Por ejemplo, es probable que en muchas circunscripciones el último escaño 'baile' entre PSOE y Vox. De esta forma, aunque los votantes de uno y otro partido no tengan nada que ver, ambos estarán compitiendo directamente por los mismos escaños. O dicho de otra forma: a pesar de la estanqueidad de los bloques, la irrupción de Vox no es necesariamente un juego de suma cero para los partidos de la derecha, como hemos visto recientemente en Andalucía (donde sin la irrupción de Vox, seguramente la izquierda hubiese conservado la mayoría absoluta).

¿Un Gobierno Jamaica en Andalucía?

Las elecciones andaluzas ofrecen una segunda lección: como las transferencias entre bloques son muy limitadas, la clave puede estar en la relativa movilización de los mismos. A la luz de las primeras encuestas electorales, la inmensa mayoría del voto de Vox proviene de antiguos votantes del PP, mientras que los votos procedentes de partidos de la izquierda habrían sido muy limitados (entre el 10-15%), aunque habrá que prestar atención a cómo evoluciona esta corriente de voto, ya que en otros países europeos ha sido frecuente que la ultraderecha irrumpa atrayendo un votante ideológico, pero poco a poco erosione la base tradicional (obrera o industrial) de los partidos de izquierda.

Como decía, la principal explicación del vuelco político en Andalucía parece ser otra: una gran parte de los votantes de izquierda se quedó en casa, mientras que en la derecha la movilización fue máxima, avivada por el vigor competitivo de tener tres partidos compitiendo en un espacio político parecido. Seguramente por este motivo, Pedro Sánchez sigue estirando esta legislatura moribunda, buscando el relato (como la llegada de la ultraderecha, una vez se consume el cambio de Gobierno en Andalucía) o el momento (el superdomingo electoral en mayo, buscando que los concejales y alcaldes socialistas se pateen las calles para animar el voto) que movilice al máximo a los votantes de izquierda.

PP, Ciudadanos y Podemos han hecho en Andalucía de la regeneración su principal bandera política

Como decía, la polarización del voto es uno de los resultados esperados de un sistema multipartidista. El otro, las múltiples coaliciones posibles, se sigue haciendo esperar en nuestro país. También en Andalucía estamos viendo un ejemplo estos días. Con los resultados de las elecciones autonómicas andaluzas, en mi opinión, la coalición más natural (o la que sería más natural si viviésemos en Alemania) sería una 'coalición Jamaica', con PP, Ciudadanos y Podemos. Entre los tres suman 67 escaños, muy por encima de los 55 que marca la mayoría absoluta. Los tres partidos han hecho en Andalucía de la regeneración su principal bandera política, tras casi 40 años de gobierno socialista. Es cierto que ese Gobierno Jamaica tendría importantes contradicciones políticas (¿cuál no lo tiene?), pero en cambio compartiría un mismo relato político, el del cambio, que facilitaría su aceptación por los votantes, incluidos los de Podemos, que tradicionalmente en Andalucía han sido muy críticos con la gestión de los socialistas.

¿Por qué hasta ahora este Gobierno Jamaica no ha aparecido en ninguna quiniela? Sin duda, por la falta de tradición de gobiernos de coalición en nuestro país. Además, la cercanía de un nuevo ciclo electoral hace muy difíciles las jugadas heterodoxas, por el miedo a cómo reaccionarán los votantes. Pero también se explica por el estado de atolondramiento de algunos partidos, que parecen incapaces de adaptar sus esquemas mentales al nuevo entorno multipartidista. Es incomprensible que el PP prefiera “tomarse un café” con Vox (que es un 'spin-off' de ellos mismos) a hacerlo con Podemos (que en cambio compite con los socialistas). Desde luego, Merkel tendría muy claro qué es mejor para sus propios intereses. Aunque, por otra parte, seguramente Podemos ni siquiera aceptaría ese café, porque vive encerrado en sus prefabricados muros ideológicos. Para Podemos, sentarse a hablar con el PP y Ciudadanos sería tanto como reconocer que la tierra era redonda para los habitantes del medievo. Tal vez por eso los verdes son el partido de moda en Europa, y Podemos, empeñado siempre en convertir sus escaños en inservibles, cada vez se parece más a la vieja Izquierda Unida.

Ficha técnica

Universo: personas de 18 años y más residentes en el territorio nacional peninsular, Baleares y Canarias.

Tamaño muestral: 1.036 entrevistas.

Diseño muestral: estudio panel a través de encuestas telefónicas a fijos y a móviles.

Técnica de entrevista: telefónica asistida por ordenador mediante el sistema CATI. Un 35% de las entrevistas se realizó a individuos localizados a través de teléfono móvil.

Equilibraje: con el fin de minimizar posibles errores de campo y ajustar los datos al universo, el fichero se ha sometido a un equilibraje a partir de las siguientes matrices: sexo x edad; tamaño de municipio x CCAA; sexo x edad x CCAA y equipamiento telefónico en el hogar.

Margen de error de muestreo: ±3,1 puntos porcentuales para p=q=50 % y nivel de significación del 95%, siempre en el supuesto de un muestreo aleatorio simple.

Fechas de campo: del 10 al 13 de diciembre de 2018.

Instituto responsable de la investigación: IMOP Insights, SA.

IMOP se acoge al código internacional CCI-Esomar para la práctica de la investigación social y de mercados. IMOP cumple con los requisitos establecidos en la norma UNE-ISO 20252.

 

Angela Merkel lleva en la cancillería alemana de manera ininterrumpida desde 2005. Hasta 2009, gobernó en coalición con los socialistas, entre 2009 y 2013, con los liberales, y desde 2013, de nuevo con los socialistas. Después de las elecciones de 2017, intentó un acuerdo con los liberales, y, tras descarrilar, acabó pactando con los socialistas. Al mismo tiempo, el partido de Merkel, la CDU, gobierna con los socialistas en algunos 'länder' (Saarland o Sajonia), con los liberales en otros (North Rhine-Westphalia) y hasta con los verdes en otros casos (Baden-Württemberg o Hesse). En estados como Schleswig-Holstein, la coalición es triple (CDU, liberales y verdes). Hay tantas combinaciones que para reconocerlas los alemanes las han bautizado con ingeniosos nombres. Por ejemplo, la coalición de estos tres partidos se conoce como Jamaica porque reúne los colores del país caribeño (negro —los conservadores—, amarillo —liberales— y verde —los ecologistas—). También existe la coalición Kenia (conservadores, socialistas y verdes) o la semáforo (socialistas, liberales y verdes).

Pedro Sánchez Ciudadanos Pablo Casado