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César, el ex director de la escuela de negocios y el Alcorcón
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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César, el ex director de la escuela de negocios y el Alcorcón

En el mismo día me han pasado siete cosas: 1. En Espejo público, de Antena 3, me preguntan qué opino de la derrota del Madrid, con un

En el mismo día me han pasado siete cosas:

 

1. En Espejo público, de Antena 3, me preguntan qué opino de la derrota del Madrid, con un presupuesto muy importante, ante el Alcorcón, que tiene poco dinero. Me dicen que la pregunta es desde el  punto de vista económico.

2. Cuando estoy volviendo a casa con un taxista muy amable, me acuerdo de Juan. Fue Director de una Escuela de Negocios. Le encontré un día con mala cara. Le pregunté qué le pasaba. Me miró y me dijo: “no sabes lo difícil que es dirigir a expertos en el arte de dirigir”. (No me acuerdo si me dijo “expertos” o “que se creen que son expertos”. Por el tono, me parece que era más lo segundo que lo primero.)

3. Al poco rato, leo en Expansión que César Alierta, en el Congreso Nacional de la Empresa Familiar, en Zaragoza, ha dicho que “las Compañías de prima donnas son un problema” y que “es más útil tener personal con capacidad de ejecución que talento, aunque si también tienen talento, mejor”.

4. Sigo leyendo lo de Alierta y veo que también dice que “si vas  con mentalidad humilde, te va bien, pero si vas de ganador, al final, desapareces”.

 

5. Desayuno con José Mª, un amigo mío muy majo. Me habla de su hija. Muy lista, pero no demasiado trabajadora. En el colegio iba sobrada, pero en la carrera ha empezado a ir apurada. Supongo que Alierta diría que tiene talento, pero no capacidad de ejecución, o sea, que no le interesaba.

6. Sigue el desayuno. José Mª trabaja en una empresa, en la que uno de los socios va de estupendo. De vez en cuando, mi amigo se rebota contra las tonterías de este señor y contra su afán de protagonismo. La empresa va muy bien, porque, a pesar de  ese señor, otros trabajan.

7. Leo más periódicos. Y en uno de ellos, veo una página de publicidad -presuntamente disimulada, pero publicidad- de un señor. Es la tercera página de publicidad de este señor que veo en poco tiempo. En la primera decía que estaba trabajando en una empresa y que tenía la mesa llena de ofertas de otras empresas que anhelaban hacerse con sus servicios, dada su valía. En la segunda decía que ya se había cambiado. En esta tercera, cuenta lo bien que lo está haciendo en la empresa actual. Espero la cuarta, en la que supongo que volverá a hablar de la cantidad de ofertas que tiene encima de la mesa. Un no parar, como dice uno de mis hijos.

Y del Alcorcón, ¿qué?

Pues del Alcorcón, varias cosas:

1. Que cuanto más humilde seas, mejor. Entre otras cosas, porque menos dura será la caída si las cosas van mal. Que, no se sabe por qué, van mal con una cierta frecuencia. Por ejemplo, ahora.

2. Que cuanto más nos exijan, mejor. A otro nivel, que cuanto más nos hablen de obligaciones y menos de derechos, mejor. Aunque luego no les votemos a los que han tenido esa osadía.

3. Que, cuanto más trabajemos, mejor. Esto ayuda a la humildad y ayuda a la exigencia. (En este caso, a la auto-exigencia, que tampoco es  malo.)

4. Que, cuantas más horas le echemos a nuestra formación como personas, mejor. He dicho como personas, o sea, como gente de fiar. Que por ahí hay algunos que no son de fiar, aunque hablen mucho e intenten lucirse mucho.

5. Que cuantas más horas le echemos a nuestra formación técnica, mejor. Cuando digo “técnica” seguramente utilizo mal la palabra. Quiero decir: el médico como médico, el futbolista como futbolista, el ama de casa como ama de casa, la consejera delegada como consejera delegada y así. (Entre paréntesis, quiero decir que la formación no consiste solamente en saber dónde está el botón del corrector ortográfico de nuestro ordenador, porque si no, el día que escribamos una postal diciendo “Desde este lugar maravilloso, un abrazo”, habrá tantas faltas de ortografía que nadie se dará cuenta del cariño con el que la hemos escrito.)

6. Y, con todo lo anterior, por supuesto, cuanto más talento, mejor.

Con todo lo de arriba, seguramente se puede explicar lo del Alcorcón.

Que además, le puso buen humor. Leí unas declaraciones del entrenador antes del partido en las que decía que, mientras se preparaban, los jugadores y él se miraban y se reían. Debían pensar: “¡qué risa! ¡Con lo bien que dormimos nosotros y lo mal que debe estar durmiendo Pellegrini!”

Al final, te das cuenta de que esto de dirigir tampoco es tan complejo. Lo que pasa es que seguramente, hay que mirarse poco en el espejo y mirar mucho a los demás.

Y dejarnos de presumir. Llevo tiempo leyendo que somos la 8ª potencia del mundo, pero el otro día leí que la 8ª es California, la 9ª Brasil, la 10ª Rusia…Pues no pasa nada. Nosotros, a trabajar, a exigirnos, a  no contarnos mutuamente cuentos, a saber que somos majos y simpáticos, pero que hay otros que también lo son y que quizá trabajan más, o son más humildes, o son más listos, o no lo esperan todo del Gobierno Central o de su Comunidad Autónoma.

Estamos pasando una época dura. La famosa crisis en L que inventé un día, sin saber en mi ignorancia que estaba inventada hace muchos años, es seria. Seria porque el tramo de bajada fue rápido y el tramo horizontal de la ele va a ser largo, muy largo. Y no hay que hacer caso de fechas de salida. Hay que trabajar con los ojos cerrados y duro. Y darle vueltas a la cabeza. Y un día, un Banco nos dará un crédito y otro día contrataremos a tres personas y otro día podremos vender ese piso que no podemos quitarnos de encima y lo venderemos bastante bien y otro día haremos un negocio con uno de Sri Lanka que pasaba por nuestra calle…

Y, al poco tiempo, un Ministro dirá que ya hemos salido de la crisis y el Gobierno se apuntará el tanto.

Pues mejor para ellos.

En el mismo día me han pasado siete cosas: