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El Constitucional, el Estatut y el cotilleo
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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El Constitucional, el Estatut y el cotilleo

Todo el mundo habla. Todo se filtra. Es muy curioso. Sabemos lo que dicen todos los que se reúnen para hablar de lo que sea. Cuanto

Todo el mundo habla. Todo se filtra. Es muy curioso. Sabemos lo que dicen todos los que se reúnen para hablar de lo que sea. Cuanto más importante, mejor. Cuanto más secreto, mejor.

 

Hace años, Manolo, un profesor del IESE, escribió un documento sobre cómo debía ser el comportamiento de las personas que formaban parte de Consejos, Comités o cosas parecidas. Y señalaba que los de lengua suelta -me parece que así les llamaba-, o sea, los que, en cuanto saben algo, corren en busca de alguien a quien contárselo, no son de fiar y, por tanto, no sirven para NADA.

Para ayudar a estos chicos en su cotilleo, existe el coro de los chantajistas, en el sentido que da el Diccionario de la Real Academia a la palabra: “los que hacen chantaje”: Y sobre chantaje dice: “extorsión”. Y vas a “extorsión” y dice: “presión que, bajo amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado sentido”. De éstos no hablaba Manolo. Son los que, con cara profunda, van diciendo cosas tales como: “según cómo te portes, haré…”

 

Alguien podría pensar que esta gentecilla pertenece al que podíamos llamar el mundo del hampa, en el que suelen decir que hay gente mala y que se porta mal. No. Son gente bien, con la que nos encontramos en sitios bien y a quienes se les saluda y, oficialmente, se les respeta.

Digo “oficialmente” porque, mi amigo de San Quirico, en su casa, suele decir lo que piensa sobre ellos y, lo que es peor, lo dice con nombres y apellidos, con gran escándalo de su mujer, que es mucho más moderada.

El momento actual es apasionante, porque ahora

1.      Sé lo que piensan los jueces antes de que lo piensen ellos mismos.

2.      Como consecuencia, opino sobre ellos y sobre lo que van a pensar y sobre lo que van a decidir y, si pienso que me van a fastidiar, igual pienso en retorcerles (moralmente) un poco el brazo, para que digan lo que yo quiero. (A esto de retorcer el brazo, mi amigo de San Quirico le llama “castigar el hígado”. ¡Será bruto!)

3.      Igual doy un paso adelante y se lo retuerzo de verdad (moralmente) y le dejo el hígado hecho puré.

4.      Como consecuencia, algunos de los dueños del brazo retorcido se apresuran a publicar lo que ellos han dicho y lo que no han dicho en esas reuniones que se suponía que eran discretas. No digo “secretas”, para que nadie piense mal. Digo “discretas”, porque esto de la discreción es una virtud humana, que consiste en respetar el silencio sobre cosas que sabemos por nuestra profesión, porque alguien tiene confianza en nosotros y nos las cuenta, etc.

P.S.

 

1.      Paso el artículo por la censura (mi mujer y mi hijo Gonzalo) y dicen que no se entiende nada.

2.      Que unas veces me paso y otras no llego. Y que esta vez no he llegado.

3.      Como consecuencia, intento aclarar que lo que he querido decir es:

a.      Que no se puede sacar el Estatut catalán adelante haciendo y diciendo cosas que suenan a chantaje al Tribunal Constitucional. (Ya sé que no lo son, pero suenan.)

b.     Que no podemos estar al día de las discusiones de  ese Tribunal porque los de dentro nos lo cuenten.

c.      Los de dentro pueden ser los Magistrados que componen dicho Tribunal, cosa que no me puedo creer, o las personas que sirven los cafés que se toman esos señores durante sus reuniones, cosa que no me quiero creer.

d.      Que no debemos saber que D. XX y D. YY, señores muy respetables, han hecho lo posible para que salga un Estatut guapo, mientras que D. VV y D. ZZ se han puesto de morros.

e.      Que no debemos saber que la pobre Presidenta de ese Tribunal, que ve la que les está cayendo y, peor todavía, la que les va a caer, dice que de voto de calidad, nada. Que ella quiere seguir yendo a Cataluña, que le gusta mucho.

4.      Pedro Pacheco, ex Alcalde de Jerez, fue procesado hace unos años por lo que se consideró que era un insulto a la Justicia. Y, a veces, recordándolo, pienso que, entre unos y otros, podemos hacer que lo que dijo Pedro fuera verdad, con lo cual pasaría de la categoría de insultador a la de profeta.

 

Y PARA ACABAR

 

5.      Creo que el Constitucional lleva años con lo del Estatut. Si les da apuro, les propongo que me autoricen a reunirme con cuatro amigos míos (tres ingenieros y un abogado), y nos comprometemos a tener una sentencia sobre el Estatut para el 15 de Enero.

6.      Contéstenme pronto, por favor, porque ya los tengo seleccionados, y, si se acepta mi ofrecimiento, tendría que decirles que se han quedado sin puente de la Inmaculada.

 

Y PARA ACABAR DEL TODO

 

7.      No he dicho nada de este tema a los tres ingenieros y al abogado, por discreción.  

Todo el mundo habla. Todo se filtra. Es muy curioso. Sabemos lo que dicen todos los que se reúnen para hablar de lo que sea. Cuanto más importante, mejor. Cuanto más secreto, mejor.