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Hay que volver a la censura
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Hay que volver a la censura

Me ha dado un ataque de sensatez. Y no sé si ha sido por contagio o por reacción violenta. Puede haber sido por contagio, porque veo y

Me ha dado un ataque de sensatez. Y no sé si ha sido por contagio o por reacción violenta.

 

Puede haber sido por contagio, porque veo y oigo a muchos sensatos por la calle. También puede haber sido por reacción violenta, porque veo y oigo a muchos insensatos por la calle. He leído cosas esta semana que me han hecho palidecer. Cosas como, por ejemplo:

  1. Que es mejor pagar 59.000 euros diarios a Francia que poner un cementerio nuclear en San Quirico.
  1. Que si no se rotula tu tienda en catalán te pueden poner hasta 10.000 euros de multa.
  1. Que D. José Luis va a hablar en Davos sobre dos temas que domina bien:
  1. “Repensando la Eurozona”

  1. “El rediseño de la gobernanza mundial”

 

(Por cierto, mi abuelo Leopoldo, que hablaba bastante claro, aunque a veces se le escapaban expresiones políticamente muy incorrectas, al oír esto del repensar y el rediseñar hubiera dicho algún palabro un poco grosero, sobre todo al darse cuenta de quién era el especialista español en los citados rediseños y repensamientos. Al llegar a lo de la gobernanza, alguien de la familia le hubiera dicho que se callase durante unos días sus opiniones.)

 

Sigo:

  1. Que D. Gerardo se queja de que D. Miguel ha ido contando por ahí que D. Gerardo lo está pasando un poco mal y que debe muchos euros a la Caja que hasta ahora presidía D. Miguel.
  1. Que un personaje quiere despolitizar las Cajas, a los pocos días del espectáculo que han dado Dª Esperanza y otros.

Y como consecuencia de estas tonterías y de muchísimas otras más, incluidas las cosas que dicen algunos gobernantes nuestros cuando el FMI advierte de que no vamos bien, o las cosas que dice la Sra. Pajín para explicar por qué unas entidades financieras (despolitizadas, por cierto), le perdonaron al PSOE unos cuantos euros de nada, el pobre José Manuel Campa, a quien no conozco, pero que como es profesor del IESE me cae muy bien, tiene que darse una vuelta por ahí, diciendo que no se preocupen, que todo va fenomenal, que no pasa nada, que la Sra. Salgado lo ha dejado claro, etc.

Dicen que eso se llama non deal road show. Sin el non deal, el road show es eso que se suele hacer para conseguir que la gente ponga dinero en tu empresa, o en tu nación. Añadiendo lo del non deal, parece que el tema se reduce a una gira de propaganda, explicando lo majos que somos y que todo el mundo esté tranquilo, porque ya nos hemos dado cuenta de que “crece la desconfianza y hay que empezar a hacer los deberes”.

Sí, sí, habéis leído bien. Vamos a empezar a hacer los deberes. A D. José Luis le ha pasado lo mismo que a D. Barack, que, “menos ambicioso, se centrará en 2010 en crear empleo” (a los dos les ha costado un poco bajar de lo planetario a lo menos planetario).

Lo que pasa en nuestro caso, que es el que me importa, es que, o hacemos los deberes pronto o no sé qué va a explicar D. José Lis el día que tenga que hablar sobre la gobernanza.

 

Lo peor de todo es que a todas esas cosas les llaman optimismo. Y,  peor todavía, es que los optimistas de verdad se callan y aguantan que les prostituyan el  nombre (con perdón por lo de la prostitución).

Ha de volver la censura. Ya sé que, dicho así, suena mal, pero ha de volver. Deberíamos crear una comisión de 6 personas sensatas. Ya he pensado  quiénes pueden ser: tres de San Quirico y tres del pueblo de al lado. A mi amigo de San Quirico le voy a  dejar descansar, porque lo necesito para otras cosas, más importantes todavía. Tengo a los 6 in pectore, o sea, no se lo he dicho todavía, por prudencia, pero se lo diré pronto.

Su labor será repasar a diario las noticias que van a poner los periódicos y eliminar las insensateces. Ya sé que esto hará que se reduzca drásticamente el número de páginas de la prensa escrita y que desaparezcan muchos programas de radio y de televisión, pero es que lo otro está siendo inaguantable para los mayores, y deformador para nuestros hijos y para nuestros nietos, que están creciendo en un ambiente en el que cualquier cantamañanas puede decir una cantamañanada, con tal de que ponga cara seria, mire a la lejanía y contemple cómo el viento se hace con la propiedad de la tierra.

O al revés. No me acuerdo bien.

P.S.

 

He escrito este artículo el día 28. Al acabar, veo en Expansión que las intervenciones de D. José Luis en Davos han sido hoy. Lo siento. He llegado tarde. Lo de publicar los viernes tiene ese problema.

Me ha dado un ataque de sensatez. Y no sé si ha sido por contagio o por reacción violenta.