Grecia, los sindicatos, las chacurras y la señora Merkel, con una postdata optimista

La señora Merkel es “mezquina, injusta e irresponsable”, según los Sres. Méndez y Fernández Toxo. Y todo porque a Dª Ángela le cuesta abrir el bolso para soltarle unos euros de nada a Grecia. Nuestros sindicalistas dicen que, si no afloja la pasta, condenará a Grecia a “la inanición económica”, o sea, a pasar hambre.

A mí me parece que la Unión Europea es una familia en la que los hijos -las naciones que la forman- se comprometieron a portarse bien. A no gastar más de la cuenta, a no subvencionar todo lo subvencionable, a no tirar el dinero en auténticas bobadas, a trabajar mucho, a trabajar bien, a eliminar parásitos, a decir la verdad sobre sus cuentas,…

Y resulta que uno de los hijos, que habla griego, ha mentido. Y, ayudado por uno de esos tíos tan majos de Wall Street capaces de inventar lo inimaginable, ha hecho trampas. Y se han descubierto, porque cuando uno hace trampas, al final, se le coge. Y el resto de los hijos -Francia, Alemania, etc.- se han puesto nerviosos.

Todos han hecho sus trampillas. Todos se comprometieron en una cosa que se llamaba Pacto de Estabilidad o así y luego se lo fueron saltando, con más o menos discreción. Pero lo de Grecia fue superior, y POR CULPA SUYA, tienen peligro de inanición económica. Repito: POR CULPA SUYA. Y lo repito, porque no sé qué nos pasa últimamente, que nunca soy YO el que hace las cosas mal. Siempre es el prójimo.

Hace muchos años, en una ciudad española, tuve una reunión de trabajo. Una empresa me quería encargar una consulta. Parecía interesante el asunto y me entrevisté con ellos. En seguida vi que había un señor, el presidente del Consejo, que era infumable. No hacía falta ser muy listo para darse cuenta. Los demás se callaban y, en silencio, le oían desbarrar. Supongo que ya estaban acostumbrados. Pero pensé que yo allí no podía arreglar nada, porque la solución que se me ocurría -pegarle un par de tiros- no era moralmente correcta.

Entonces, le dije en voz baja al que estaba a mi lado, que era el hijo de aquel señor: “me voy. No me interesa”. Y él me susurró: “quédate. Ya tienes preparadas las chacurras”. Aunque no había oído nunca esa palabra, entendí en seguida que las chacurras estaban en un cheque para mí que llevaba él en la cartera y que me enseñó disimuladamente.

Bien sabe Dios lo que me costó, porque las chacurras me hacían mucha falta, pero, en un gesto heroico, me levanté y dije: “ha sido un placer estar con ustedes”. Recogí mis cosas y entonces, aquel señor, el infumable, me dijo: “si esta empresa se hunde, el culpable será usted”. Estuve por volver, pero tuve un momento de lucidez y le dije: “mire, si esta empresa va bien, no es por mí. Y si va mal, tampoco, porque les he conocido hace media hora”. Y me callé, aunque me apetecía seguir diciendo: “y si usted no fuera tan cafre, igual la empresa no estaría en esta situación”.

Bueno, pues aquí pasa lo mismo. Que, si Grecia se hunde, la culpa es SUYA, no de la señora Merkel. Ni nuestra, aunque la broma nos va a obligar a soltar 9.792 millones de euros. Que no los tenemos. Que nos lo van a prestar al 3 % y nosotros se lo vamos a prestar a Grecia al 5 %.

Y, como dice desde Bruselas un periodista, buena persona, pero un poco inconsciente: “la única variable que queda pendiente es si el Gobierno de Yorgos Papandreu podrá hacer frente a sus obligaciones en el futuro”.

En un debate que tuve hace poco en Madrid, me preguntaron qué le diría a nuestro presidente si me llamaba. Y se me ocurrió contestar: “que rece”. Pues sí, D. José Luis. Ahora ya tiene usted otro tema para incluir en sus oraciones: que se resuelva esa única variable, o sea, que nos devuelvan las chacurras.

P.S.

1. Estoy contento. Están ocurriendo cosas que me animan:

a) El Rey, por enésima vez, ha pedido -diría que “ha exigido”- unidad de acción, que me suena a “hala, a ver si sois un poco responsables de una vez”.

b) Los Sres. Méndez y Fernández Toxo han dicho que “ninguna reforma laboral, por muy intensa que sea, generará el empleo suficiente para absorber a los 4,6 millones de desempleados, porque no podrá sustituir la fluidez del crédito ni las necesidades de financiación de las pequeñas y medianas empresas”.

c). El Sr. Zapatero ha hablado con el señor Fainé, que ahora manda mucho en las Cajas.

d) El Sr. Zapatero le ha dicho al Sr. Fainé que hable con el Sr. Rajoy.

e) El Sr. Fainé ha hablado con el Sr. Rajoy.

f) El Sr. Zapatero le ha dicho al Sr. Rajoy que quiere hablar con él.

g) El Sr. Zapatero ha recibido al Sr. Rajoy al pie de las escaleras de la Moncloa, en un gesto de buena educación. Siempre me ha molestado que el presidente del Gobierno, sea quien sea, se quede arriba, esperando, mientras su adversario político sube cansinamente las escaleras.

h) Al salir de la entrevista, los dos han dicho que habían llegado a un acuerdo sobre las Cajas y sobre el rescate a Grecia.

2. Yo ya sé que esto no es mucho, pero, como me conviene, lo traduzco del siguiente modo:

a) Le han empezado a hacer caso al Rey.

b) Los Sindicatos se han enterado de que lo del desempleo, o lo arreglan las empresas o no lo arregla nadie.

c) Zapatero se ha enterado de que las Cajas son importantes para que el dinero llegue a las empresas.

d) Rajoy, también.

e) Y Fainé les va a ayudar.

3. ¿Será verdad? ¿O me estaré volviendo viejo y empiezo a pensar que todo el mundo es bueno?

4. Ya sé que falta mucho camino por recorrer, muchísimo. Ya sé que lo de Grecia es muy preocupante, para Grecia, claro, pero también para España, y a mí lo de los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España) no me hace ninguna gracia.

5. Pero, si fuera verdad mi visión rosa de la vida, y no se debiera sólo a la llegada de la primavera-, les animaría a todos y les diría: “¡venga, ánimo, que os ha costado, pero que habéis empezado a andar!”.