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A: D. José Luis Rodríguez Zapatero y D. Mariano Rajoy. Asunto: El Estado de la Nación
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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A: D. José Luis Rodríguez Zapatero y D. Mariano Rajoy. Asunto: El Estado de la Nación

Me parece que pronto van ustedes a celebrar el debate sobre el Estado de la Nación.Ya sé que no soy quién para darles consejos a ustedes, que

Me parece que pronto van ustedes a celebrar el debate sobre el Estado de la Nación.

Ya sé que no soy quién para darles consejos a ustedes, que lo estarán preparando muy bien. Pero he pensado cómo lo haría yo y se me ha ocurrido mandarles esta nota por si les sirve de algo. ¿Que no les sirve? Pues aprieten la tecla de Delete y la nota, al ciberespacio.

I. PREPARATIVOS

Yo pienso que, en primer lugar, deberían ustedes hacer una lista de criterios a seguir  en el debate:

  1. Que sea amable. Amable no es merengoso y dulzaina. Amable quiere decir educado, sin insultos mutuos y sin poner cara de feroches para decir las cosas.
  2. Una ayuda para esto sería que ustedes dos se llamasen la víspera, directamente, no a través de sus secretarias, y quedasen para cenar después del debate con sus mujeres, en algún barcete lejos de la Moncloa y lejos de la calle Génova, donde puedan tomar huevos fritos con chorizo y vino, sin que les hagan muchas fotos. Y si se les va un poco la mano en el vino, sin excesos, mejor, porque así dirán tonterías (no como las que dicen ahora, sino de las buenas) y se reirán, y al llegar a casa, las mujeres dirán que qué majos son los otros.
  3. Tienen que tener ustedes claro que no se trata de “ganar” el debate. Se trata de que, entre los dos, hagan algo por España. 

    Por tanto:
    a. Digan a los de su partido que no estallen en una ovación cerrada cuando uno de los dos diga una gracieta que moleste al otro. Todos, calladitos, que así hacen algo por España.

    b. Durante un rato, no piensen en las próximas elecciones generales, ni en las autonómicas ni en las municipales ni en las de la Comunidad de Propietarios de su casa, porque, recuerden, el objetivo de este debate es que los españoles nos enteremos de cuál es el estado de la Nación. (Algunos ya lo sospechamos, pero es bueno que nos lo confirmen.)
  4. Concreten mucho todo lo que digan y no digan eso de que somos los mejores de Europa, que Obama tiembla cuando nuestro presidente le llama, que somos una unidad de destino en lo universal y todo lo que pueda sonar a retórica franquista, que ya sé que a ustedes les gusta, pero que a los mayores nos suena a ¡otra  vez con el mismo rollo!
  5. No se trata de saber quién tiene la culpa. Eso ya lo sabemos. La culpa es de ustedes dos: de D. José Luis,  por gobernar (¡?) como gobierna (¡?) y de usted,  D. Mariano, por oponerse como se opone. Y ya está.

Seguramente, a los lectores se les ocurrirán más criterios. Y hasta es posible que a mí también. Lo que pasa es que si sigo poniendo criterios, no hablaré de lo que importa, que es el estado en que se encuentra nuestra nación.

II. EL DEBATE

  1. Mire, D. José Luis, yo empezaría diciendo que tenemos ahorrados, en una cuenta del Banco de España, 15.686 millones de euros. Ya sé que esto no es nada, porque cogen ese dinero dos inmobiliarias que yo me sé en los años gloriosos y se lo cepillan en una tarde. Pero mire, algo es algo.
  2. Luego diría que ese dinero es, como me decía mi madre cuando me daba unas pesetas para salir con mi novia, “para hacer ruido”, no para gastar. Que ahí está y que nos olvidamos de que lo tenemos y que si viene algún mozo diciendo que si se lo dejamos a él, nos dará no sé cuanto por ciento de intereses, le contestaremos que es preferible que esté guardado en billetes en la cámara acorazada del Banco de España, que, además de acorazada, debe ser grande, subterránea y con alarma.
  3. Seguiría después diciendo que las empresas son las que tienen que salvar este país. Y que, como usted se lo cree firmemente, a pesar de que tuvo otras  veleidades cuando era más joven, va a ayudar a las empresas a vida o muerte. Porque así luchará usted contra ese problema que se llama 4.612.000 personas sin empleo, que es el problema que le tiene a usted sin dormir desde hace tiempo. (Exactamente, desde el 24 de abril, que es cuando el Instituto Nacional de Estadística publicó la cifra, estropeándole la de 4.372.500 personas de tres meses antes.)
  4. Y que, para ayudar a las empresas y ayudar a esas 4.612.000 personas, se ha metido en lo de la reforma laboral, que, como dicen mis nietos, es un huerto, pero que usted piensa que alguna cosa buena tendrá. Y, como además, la quiere usted tramitar como proyecto de ley y quiere que se discuta en el Congreso, malo será que entre todos (y aquí le mira usted a D. Mariano), no tengan alguna idea que mejore lo hecho hasta ahora.
  5. En este punto, D. José Luis, yo haría un guiño a los sindicatos, como dicen los cursis. Aunque de guiño, nada. Diría simplemente: “D. Cándido, amigo del alma. D. Ignacio, un poco menos amigo, pero de la misma alma. No juguemos con las cosas de comer. Si el 29 de septiembre quieren ustedes hacer huelga general, allá ustedes, porque yo (D. José Luis) pienso ir a trabajar a la Moncloa. Y si viene hasta allí un piquete informativo, diré al guardia de la puerta que recoja la información, porque así estaré bien informado.  Pero si el piquete no es informativo, sino disuasorio, o sea, amenazante, diré al guardia que llame a los otros guardias y que, entre todos, les peguen a los informantes con las porras de goma que tienen para estas ocasiones”
  6. Dentro de la ayuda a las empresas, yo hablaría de las entidades financieras. Ahora estamos muy contentos porque las Cajas ya están reestructuradas. En seguida veremos si algún Banco ha de reestructurarse también, que todo puede ser. La noticia de que tenemos dos Bancos que son los más solventes de Europa es buena, pero como hay un problema de liquidez en la calle, me gustaría que nuestros Bancos fueran líquidos, porque cuando voy a pedirles un crédito, no me importa nada que tengan  muchas casas en la Castellana, indicio de solvencia. Lo que me importa es que tengan dinero fresco, o sea billetes, para darme un crédito o para renovarme la póliza a mí, que he cumplido como un señor desde que hace 37 años empecé mis relaciones con ellos.
  7. O sea, diría:
    a. A los que se juegan su dinero, que se lo sigan jugando.
    b. A los que se lo suministran, que se lo suministren.
    c. A los que trabajan en las empresas de esos señores, que trabajen. (Trabajador = del director general hasta el Oficial de 4ª inclusive, sin que se descuide ni uno.)
    d. A todos, que estamos en un momento muy malo y que hacen falta muchos empresarios, muchas entidades financieras y muchas personas que trabajen mucho.
    e. Y que igual habrá que hacer lo que han hecho unos amigos míos en una empresa que conozco bien, que ha sido rebajarse el sueldo dese el Gerente, muy amigo mío, hasta la telefonista, que también es muy amiga mía.
    f. Y que convendrá que los que tienen unos sueldos no digo exagerados, pero sí un poco epatantes (o sea, “que pretenden causar o causan asombro o admiración”), los vayan desepatando poco a poco, o mucho a mucho. No digo que no se lo ganen. Supongo que se lo ganan, pero cuando hay mucha gente que lo pasa mal y en Cáritas dicen que en España hay muchas personas que sobreviven por debajo del  umbral de la pobreza, pues hay que ser serios y no hacer tonterías. Porque un día pasa algo y nos quejamos.
  8. Después de todo esto, D. José Luis, yo hablaría del tema judicial. Y diría que creo que es manifiestamente mejorable. Y que si hay que cambiar a los de un Tribunal determinado, se les cambia, por personas competentes, buenas, discretas, que no sean  progresistas ni conservadores, y de las que puedas pensar que se estudian los temas, los piensan a fondo, y dan su parecer con su mejor voluntad y su mejor preparación. Y, además, lo hacen sin prisa pero sin pausa, porque tenemos ejemplos recientes de cosas que se han hecho sin prisa, con pausa y esperando a ver qué me mandan los que me mandan.
  9. Luego hablaría del tema del terrorismo y diría que lo tenemos muy bien enfocado. Muy bien quiere decir muy bien. Que siempre habrá un chalao que ponga una bomba, pero que está muy bien. Y que Francia se está portando muy bien. Y no diría nada más, porque lo de las posibles negociaciones con ETA es tan delicado que mejor no decir nada. Y ahí, mírele otra vez a D. Mariano, que pondrá cara de póker, pero seguro que le comprende, porque antes fue ministro del Interior.
  10. Seguiría hablando del Estado de las Autonomías y diría que ya sé que en Estados Unidos, algunos Estados han hecho las mismas tonterías que algunas autonomías aquí. Y que ha llegado el momento de que nos replanteemos cómo funciona el Estado de las Autonomías. No si conviene, sino cómo funciona. Y que “funcionar” quiere decir saber lo que hace falta para que haya una autonomía y definir claramente lo que hay que hacer para que la gente de una autonomía esté bien gobernada y no se pretenda encelarles continuamente con llamamientos patriótico-pintorescos, que no sirven para nada, excepto para crear mal ambiente, hacer mala sangre y eso sí, gastar mucho mucho mucho dinero.
  11. Diría que algunos ayuntamientos también me preocupan, porque también hacen tonterías. Y que habría que hacer lo mismo: o sea, ver cómo funcionan, en el sentido que acabo de dar a la palabra “funcionar”.
  12. Hablaría de la honradez y diría que es un tema que me preocupa y que no lo tengo todavía resuelto. Que hay mucho sinvergüenza suelto y que, lo que es peor, se va creando un ambiente que hace que el que no roba, se considera un desagraciado. Que yo ya había oído el tango Cambalache, pero que pensaba que esto era propio de países subdesarrollados  y que no vaya a ser que seamos un país subdesarrollado. Y que no lo quiero admitir, porque una nación que ha dado al mundo genios como los que hemos dado nosotros, no es un país subdesarrollado.
  13. Pasaría, para acabar, a lo internacional. No hablaría de la Presidencia de la Unión Europea, porque para qué.  No hablaría de Chaves, de Morales, de Gadaffi, de Erdogan y de otros amigos que tenemos, porque para qué. Sí hablaría de la reunión del G-20 y diría que allí ha habido dos bloques: el de Obama y el de la Unión Europea. No diría, como dice Andy Robinson en La Vanguardia de 21 de Junio, que “Barack Obama y sus asesores contemplan horrorizados el ataque de ortodoxia que se extiende como rigor mortis por Europa”, porque es muy fuerte y D. Cándido y D. Ignacio podrían añadir “ya lo decía yo”.
  14. Pero sí diría que somos una familia que ha estirado mucho más el brazo que la manga y que, o hay que cortar el brazo, o hay que alargar la manga. Y que alargar la manga es difícil, porque no hay dinero. Con lo cual, habrá que pegarle algún cortecillo al brazo, lo cual siempre es molesto.
  15. Y que “cortecillo” quiere decir que si la resta Ingresos menos Desembolsos sale mal, porque los Desembolsos son superiores, pero que muy superiores a los Ingresos, y, además nos cuesta mucho (en esfuerzo y en dinero) cubrir la diferencia, pues habrá que subir los ingresos (o sea, los impuestos, entre otras cosillas) y bajar los desembolsos, eliminando y mandando al paro a unas cuantas personas, algunas de las cuales veo por la Moncloa con una cierta frecuencia. Y que por eso les he dicho a los Sindicatos que no hagan mucho el tonto, porque mi abuela ya me decía que “de donde no hay, no se puede sacar”.

D. José Luis, esto es lo que yo diría. Y al que le guste, que le guste. Y al que no, que no aplauda. Y si hay intervenciones de unos y otros, no conteste lo que el cuerpo le pida y no se salga del guión.

D. Mariano, usted lo tendrá más difícil, porque no sé si hay más cosas. Ponga cara de atención, tome notas y diga alguna cosa cuando le toque.

Diga que ayudará a sacar adelante a España.

Diga lo del “esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas” de Churchill, porque es la verdad y lo que no se puede es mentir.

Diga que la cosa está tan mal, que, como han dicho Miguel Sebastián y Cristóbal Montoro, hay que dejar aparte las diferencias ideológicas y ponerse a trabajar.

Diga que a Karzai, presidente de Afghanistan, le acusan de pensar primero en su familia, luego en su tribu, luego en su provincia y luego en su nación. Y que usted no quiere ser Karzai.

Diga que D. José Luis no ha hablado de la política energética y que de eso quiere usted hablar en un futuro próximo, porque el tema es muy serio, lo de la tarifa de la luz muy importante y lo de la energía nuclear, también.

Diga que hay más cosas sobre la reforma laboral, y que las dirá usted en el Congreso cuando toque.

Diga que ha quedado pendiente el tema de las pensiones y el de la Seguridad Social y que, en su momento, pedirá usted una sesión monográfica del Congreso para hablar de este tema.

Diga que quiere hablar de la sanidad, porque le parece que la salud de  47 millones de personas es algo muy serio.

Y no diga que la culpa de todo es de la política funambulesca y errática de nuestro presidente en funciones, porque lo de funambulesco, errático y en funciones le podría molestar a D. José Luis, aunque sea verdad.

No diga que a ver si se va pronto D. José Luis, aunque nos iría bien a todos.

No diga esas cosas, porque ahora estamos pensando en España. Ya llegará -pronto- el momento de apretar por ahí, también pensando en España.

Ahora hay que animar a la población, que está preocupada por la situación y, fundamentalmente, por ustedes, porque, de verdad, ustedes lo podrían -lo deberían- hacer MUCHO mejor.

Y, una vez despachado el trámite del debate, a cenar huevos fritos y a echar risas, que también les agradeceremos que se comporten como personas civilizadas.

Me parece que pronto van ustedes a celebrar el debate sobre el Estado de la Nación.

Ya sé que no soy quién para darles consejos a ustedes, que lo estarán preparando muy bien. Pero he pensado cómo lo haría yo y se me ha ocurrido mandarles esta nota por si les sirve de algo. ¿Que no les sirve? Pues aprieten la tecla de Delete y la nota, al ciberespacio.