Es noticia
¡Encontré a Ángel, mi amigo socialista!
  1. España
  2. Desde San Quirico
Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

Por

¡Encontré a Ángel, mi amigo socialista!

Hace años, tuve contactos profesionales con una empresa que presidía Ángel. Era un hombre majo, aragonés, muy competente, con el que me entendí muy bien. Socialista,

Hace años, tuve contactos profesionales con una empresa que presidía Ángel. Era un hombre majo, aragonés, muy competente, con el que me entendí muy bien. Socialista, muy socialista. Un día, en broma, le dije que una hija mía me había preguntado a quién tenía que votar y me contestó: “le habrás dicho que al PSOE, naturalmente”. No se lo había dicho, pero esto sirvió para que nos riéramos un poco.

Le perdí la pista. Le busqué por Madrid, por Zaragoza, por Jaca, pero no le encontré.

Y, de repente, aparece. Porque Ángel tiene una web. Ahí no se me había ocurrido mirar. Presumo de moderno, pero, en algunas cosas, todavía estoy en la época del papel impreso y de las guías telefónicas.

¡Pero le he encontrado! Y, además, le he encontrado en muy buena forma. En la web aparece su foto. Se ha hecho mayor. Claro que eso les pasa a muchos. Pero la cabeza le sigue funcionando muy bien. Cosa que no les pasa a muchos.

Es miembro del Comité Regional PSM-PSOE, o sea, que, a nivel del Partido, no es un cualquiera.

¡Y dice unas cosas!

A mí me suele ocurrir que cuando alguien dice algo que yo he dicho, me cae muy bien, porque pienso que, discurriendo de otra manera y pensando de otra manera, se puede llegar a las mismas conclusiones.

Y Ángel ha llegado. Y ha conseguido resumir en tres páginas algo que se debería pegar por las calles en carteles pagados por suscripción nacional, sin diferencia de Partidos.

No voy a copiar las tres páginas, porque Ángel se enfadaría conmigo y, después de lo que me ha costado encontrarle, no voy a perderle como amigo. Pero estoy seguro de que Ángel me perdonará si copio los titulares de los apartados de su artículo.

Después de un pequeño prólogo, que, para entrar en situación, titula “Para echar a Zapatero democráticamente del PSOE”, pasa al primer apartado:

Zapatero es un personaje frívolo e incompetente como pocos, en las esferas de poder europeas”.

¡Bien empezamos! Sin ánimo de corregir a Ángel, me parece que a esa afirmación tan rotunda le sobra lo de “en las esferas de poder europeas”. No hay que poner puertas al campo. Lo dejamos en que D. José Luis es un personaje frívolo e incompetente como pocos, y ya está.

Sigamos adelante. Ángel remata el primer apartado y pasa al segundo.

El segundo es peor. Dice textualmente que “El PSOE le debe a España una grave reparación: echar a Zapatero”.

Esas ya son palabras mayores. Yo siempre había dicho que había que echar a D. José Luis, pero lo decía desde un punto de vista personal. Era algo que se me había ocurrido en un programa de televisión cuando alguien dijo que había que convocar elecciones generales. Yo me decía: “¿para qué elecciones ahora? ¿Para que vengan unos que no acabo de saber qué van a hacer? Ya haremos elecciones cuando toque. Mientras tanto, D. José Luis, a su casa y que los de su Partido pongan a otro. Que alguno habrá”.

Bueno, pues Ángel dice que sí, pero que eso no es un capricho personal mío. Dice que el PSOE le debe esta reparación a España, lo cual me parece muy grave, porque si hay que reparar algo, es que algo se ha roto, y tal como lo dice Ángel, no es que “se ha roto”, sino que D. José Luis lo ha roto.

Pero lo peor viene a continuación, en dos apartados que titula “¿Qué le pasa a España y a los españoles para no rebelarse?” y “¿Qué nos pasa a nosotros, compañeros?”

Y digo que es lo peor porque, en el primero de los dos, Ángel dice que hay que colocar una Guillotina (así, con mayúscula) en la Plaza Mayor y acabar virtualmente (¡menos mal!) con todos los indigentes intelectuales que rodean a Zapatero, con él a la cabeza.

Por si hubiera dudas y para que nadie se dé por aludido, hace una primera lista. Y en esa lista van Zerolo, Tomás Gómez (¡pero si éste era el bueno!), Juan Segovia, y, ya lanzado, en el artículo, se lleva por delante a Sebastián, Corbacho, Salgado, Rubalcaba, Serrano, Aido, Chacón, y, en bloque, habla de mucha más gente, con lo que me imagino que la Guillotina (virtual) deberá estar trabajando unos cuantos días.

Acaba la faena Ángel diciendo que, quizá, si echan a todos estos, “con algo de benevolencia, el pueblo español nos perdonará todas las fechorías que Zapatero ha hecho”.

El final es un canto a la esperanza, que es lo último que hay que perder: “Y quién sabe, es posible que (el pueblo español) nos vuelva a votar por haberlo arrojado de entre nosotros!"

P. S.

1. En un artículo que escribí, pedía que le enviaran a D. José Luis a León.

2. Me escribió un señor de León diciendo que los de León no tenían ninguna culpa. Que se fuera a Valladolid.

3. Ángel resuelve el dilema y dice que se vuelva a León y a Valladolid, con lo cual nadie sale perdiendo. (Quizá todos, pero la vida es así.)

4. Quizá os sorprenda que Ángel no hable de Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. ¡Pues sí que habla! Lo que pasa  es que les llama “ínclitos”, que en sí es una cosa buena, pero que, no sé por qué, me parece que lo dice con un cierto retintín.

5. Ángel es una buena persona. Lo ha sido siempre. Quiere resolver el asunto a las bravas, pero a las bravas democráticas. En Islandia deben ser más brutos. Le quieren procesar al primer ministro por negligencia en el manejo de la crisis.

6. Menos mal que Ángel no ha debido leer lo de Islandia, porque si no, llama a  la Embajada islandesa en Madrid y les ofrece a D. José Luis como parte de un pack de primeros ministros procesables.

7. Y ahora, lo más importante: Ángel, ¡qué alegría haberte encontrado! Cuando nos veamos, nos tomaremos un vino y nos reiremos y arreglaremos el resto del mundo.

8. Y digo “el resto del mundo” porque si los del PSOE te hacen caso, España ya estará arreglada.

Hace años, tuve contactos profesionales con una empresa que presidía Ángel. Era un hombre majo, aragonés, muy competente, con el que me entendí muy bien. Socialista, muy socialista. Un día, en broma, le dije que una hija mía me había preguntado a quién tenía que votar y me contestó: “le habrás dicho que al PSOE, naturalmente”. No se lo había dicho, pero esto sirvió para que nos riéramos un poco.