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¡No entiendo nada! (¿O es que lo entiendo todo?)
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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¡No entiendo nada! (¿O es que lo entiendo todo?)

Parece que se han puesto de acuerdo.1.   Pedro Nueno, en La Vanguardia, dice: “La única razón por la que nuestra economía no marcha es porque nuestro

Parece que se han puesto de acuerdo.

1.   Pedro Nueno, en La Vanguardia, dice: “La única razón por la que nuestra economía no marcha es porque nuestro sistema financiero no está funcionando”.

2.   Rana Foroohar, Assistant Managing Editor in charge of Economics and Business, en Time, que, por el título que tiene, debe saber bastante, habla de los “financial wizards that caused the crisis”, o sea, de los “hechiceros financieros que causaron la crisis”.

3.   Bernie Madoff, desde la cárcel: “They had to know” (“Lo tenían que saber”), refiriéndose a los bancos y fondos que compraron sus productos.

4.  Adolf Todó, Director General de Catalunya Caixa, dice, sonriente: “No nos debe extrañar que nos pidan más recapitalización, porque hemos hecho muchas barbaridades”.

5.   Cuando este señor no era Director General de Catalunya Caixa, sino sólo de Caixa Catalunya, dijo: “Las entidades financieras deberemos volver a nuestro negocio tradicional”.

6.   El que entonces era Presidente de Caixa Catalunya, Narcís Serra, no dice nada. Debe ser que está de acuerdo.

7.   La gente de la calle me dice: “¿pero usted cree que los que causaron los problemas son los que van a arreglarlos?”

Y yo les contesto que NO. Que bastante tienen con arreglar SUS problemas. O simplemente, con ponerles parches (“ñapas”, dicen en Aragón.)

Que las muchas barbaridades hay que pagarlas. Pero tienen que pagarlas ELLOS, no los demás. Y, por ahora, las están pagando los demás.

Y ellos, como me ha dicho alguien, “se van a ir de rositas”.

Lo que dijo el Sr. Todó me dejó preocupado. En su defensa tengo que decir que los de La Vanguardia pusieron su declaración con una foto que debía ser de archivo. O sea, que lo que he dicho arriba de que lo decía sonriente, seguramente no es verdad.

Pero me quedé con el regustillo de saber a qué le llamará este señor “muchas barbaridades”.

De vez en cuando, lo de la cuantificación me gusta, porque así sé que es una barbaridad, qué son dos barbaridades y cuándo son “muchas barbaridades”.

He visto datos sueltos y he hecho unas cuentas. Ya sé que me diréis que son muy elementales, pero qué se le va a hacer.

1.   He visto que Miguel Ángel Fernández Ordóñez, Gobernador del Banco de España, defiende a las entidades financieras españolas porque han reconocido y provisionado pérdidas por 91.000 millones de euros.

2.   He visto que en los test de estrés que hacen que estemos tan contentos, las entidades financieras españolas solo necesitarán 15.000 millones de euros.

3.   Se me ha ocurrido sumar 91.000 y 15.000 y me sale que las barbaridades de estos señores suman 106.000 millones de euros.

4.   Por lo menos, ya tengo una cifra. Si los 15.000 millones no bastan y hay que aumentarlos, aumento la suma y ya está.

Pero, manteniéndome en los 106.000 millones, me entero de que, según Enric Juliana, en La Vanguardia, España, desde su ingreso en 1985 en la Comunidad Económica Europea, ha recibido 120.000 millones de euros.

De ahí el título de este artículo. O no entiendo nada o lo entiendo todo.

Entiendo que la señora Merkel, que bendita sea, se ponga un poco tensa cuando oye hablar de España y de su sólido sistema financiero.

Porque ella puede pensar:

1.   Estos tíos han perdido todo lo que les dimos nosotros, y aun quieren más.

2.   De esos tíos, todos siguen en sus puestos, excepto unos pocos. Muy pocos.

3.   A esta gente, les encanta el Estado de Bienestar y están preocupados, porque quizá sus hijos -¡pobres niños!- van a vivir peor que ellos.

4.   ¡Pues se van a tragar el Estado de Bienestar!

5.   Y venga, Zapatero, escribe una carta en la que digas que sí, que te vas a portar bien, que vas a ligar el aumento de los salarios a la productividad, que vas a preocuparte de la formación de las personas para que sirvan para algo más sofisticado que poner tochos, etc.

Pero (esto lo digo yo, no la señora Merkel), hay que hacer más cosas. Porque me sigue sorprendiendo y me parece curiosísimo que, en cuanto una entidad financiera olfatea que le puede llegar dinero del FROB, se ponen a hablar de los bonus. Esperen, hombres, esperen un poco, aunque solo sea por quedar bien.

En Yemen, un político, que debe ser honrado, ha pedido a la gente honorable que abandone los puestos que ocupan en lo que él llama “el congreso de la corrupción”.

No estoy de acuerdo en que las personas honorables abandonen el cisco de corrupción en el que estamos metidos. Quiero que lo abandonen los corruptos. Porque qué más querría esta gente: que les dejasen el campo libre.

Los que ocupan un puesto tienen unas responsabilidades. Si el puesto es importante, en una empresa importante y con una remuneración importante, la responsabilidad es importante. No me sirve que me digan que el de arriba no tiene por qué enterarse de lo que hacen los de abajo. Tiene que enterarse, ¡vaya que sí! Y si no se entera, porque no tiene tiempo, o porque se cansa, que se vaya a su casa.

Porque no sé qué es peor; si un jefe corrupto o un jefe bueno, bueno, que no se entera de nada y permite -quiero pensar que por omisión- que, por debajo de él, la corrupción campe a sus anchas.

Que, aparte de que lo que está bien está bien y lo que está mal, está mal, en este caso nuestro, Merkel nos está mirando.

Parece que se han puesto de acuerdo.