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Si hubiera nacido antes el señor Blanco, le ficho para Sastrería "La Confianza"
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Si hubiera nacido antes el señor Blanco, le ficho para Sastrería "La Confianza"

La semana pasada, el señor Blanco y la señora Corredor  se fueron a Londres a vender pisos, en la primera etapa de una gira que van

La semana pasada, el señor Blanco y la señora Corredor  se fueron a Londres a vender pisos, en la primera etapa de una gira que van a hacer por otros países.

No sé de quién son los pisos. Si son del Estado, me parece bien que empleados del Estado salgan a la calle a ver si venden algo.

Si los pisos son de algún Banco o alguna Caja o de algún señor que tiene su piso para vender, me resulta extraño. Porque yo pensaba que los Bancos, las Cajas y los señores tenían procedimientos de venta.

Además, como muchas entidades financieras han despedido a bastante gente, pienso que esta gente, con una buena comisión, se hubiera dejado la piel para vender lo que se llama “el parque de viviendas”, que, según El País, era de 687.000 unidades a final de 2010 y ahora es de un 0,09 % menos.

El 0,09 % equivale a 618 unidades. O sea, que entre todos los propietarios de viviendas sólo han sido capaces de vender 618 unidades en 4 meses. (154 al mes, unas 5 diarias, contando sábados y domingos.)

No me extraña que hayan tenido que contratar mano de obra externa. O sea, que lo de Blanco y Corredor es externalización  pura. O sea, para los que hemos ido a Harvard, outsourcing.

Cuando leí la noticia, me acordé de mis primeros tiempos profesionales, en Sastrería La Confianza, de Zaragoza. Teníamos tres estanterías, que llegaban hasta el techo, llenas  de piezas de tela de viscosa, de color marrón teja con una rayita blanca, auténticamente invendibles, por muchas comisiones que ofreciéramos a los empleados, que hacían todo lo que podían, pero ni aun así.

Hasta que un día aparecieron unos gitanos que se llevaron todo por cuatro perras. Pero benditas cuatro perras, porque, como las telas estaban valoradas a 0, las cuatro perras pasaron directamente a la cuenta de pérdidas y ganancias, sector ganancias, y porque nos dejaron las estanterías libres para poner cosas más presentables.

Nunca se nos ocurrió pedir a los Ministros de Franco que hicieran un road show para vender nuestras piezas de tela. Seguramente, hubieran dicho que no, porque estaban ocupados en otras cosas.

687.000 menos 618 son 686.382 viviendas. Y 686.382 viviendas son muchas viviendas.

No sé cómo estarán valoradas en los balances de sus propietarios. Pero me parece que sería conveniente que las entidades que las tengan las pongan al precio de verdad, porque así, cuando vengan los gitanos, todo serán beneficios.

Llega Dª Esperanza Aguirre y, con su desparpajo natural, dice eso que pensamos algunos (mi familia y yo, por ejemplo): que sería muy bueno que, en caso de impago de la hipoteca, se permitiera liquidar la deuda sólo con entregar el inmueble hipotecado.

Leo que a los Bancos les gusta más que la garantía sea el piso, los bienes actuales y los bienes futuros de esa persona. Si fuera Banco o Caja, también me apetecería a mí, pero pienso que si necesito dinero y tengo un piso para hipotecar, lo que me gustaría decirle al Banco es: “dame dinero, que si no te lo puedo devolver, te quedas con mi piso.”

Dicen que esto será malo, supongo que para las entidades financieras. Pero como son tan buenas y sólo piensan en nuestro bien, dicen que será malo para nosotros, porque:

1.    No nos darán el 100 % ni el 123 % sobre el valor de tasación del piso, para que no nos lo gastemos en cosas malas.

2.    Nos limitarán los plazos de amortización

3.    Se restringirá el crédito.

4.    Caerá la demanda.

5.    Habrá nuevas daciones en pago, o sea, más gente devolverá las llaves.

6.    Bajará el valor de la vivienda.

Además, los balances de algunas entidades financieras sufrirán las consecuencias de enfrentarse a la realidad.

Me apetece mucho decir que a mí, todo lo anterior, no me importa NADA.

Y no me importa NADA por varias razones:

1.    Porque me parece que es bueno que por un piso tasado en 100 no me den 123, porque esos 23 son para eso que le llaman “consumo” y que se ya se ve lo mal que nos ha ido, a pesar de lo que digan los señores Zapatero y Campa.

2.    Porque la gente se dará cuenta de que no es obligatorio comprar un piso.

3.    Porque la gente dormirá mejor sin preocuparse por las subidas del Euribor, que, de vez en cuando (por ejemplo, ahora) sube y por las bajadas del Euribor, que, con frecuencia, no se reflejan del todo en el recibo de la hipoteca, por aquello de la cláusula túnel, que dice que, si el Euribor pasa una barrera muy alta no te suben el recibo y si baja de una barrera no tan baja, no te lo bajan.

Dicen que, para esto, hay que cambiar la Ley Hipotecaria. Me parece que no es un problema irresoluble, porque tengo la impresión de que, en esto de cambiar, añadir y suprimir leyes, hay una cierta flexibilidad.

P.S.

1. Cuando digo que los balances de algunas entidades financieras sufrirán las consecuencias de enfrentarse a la realidad, añado: “y a mí, ¡¿qué me importa?!” Al contrario, me parece que es bueno que los balances de TODAS las empresas reflejen la realidad.

2. Porque si reflejan la irrealidad, no sé para qué sirven los balances, ni las Direcciones Financieras ni los Auditores ni nada.

 

 

La semana pasada, el señor Blanco y la señora Corredor  se fueron a Londres a vender pisos, en la primera etapa de una gira que van a hacer por otros países.