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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Más Europa, más España

San Quirico huele a otoño. Mi amigo me llama, porque quiere hacer balance del verano. Desayunamos donde siempre, con el menú de siempre, porque mi amigo

Desayunamos donde siempre, con el menú de siempre, porque mi amigo dice que si así nos va bien, ¿para qué cambiar?

Viene lleno de papeles. En julio se fue con su mujer una semana a la playa y en agosto dice que “hizo sustituciones”. Se quedó en el despacho mientras los demás estaban de vacaciones.

Me dice que ha pensado mucho. Y ha sacado conclusiones. Y las lleva escritas. Y me las lee:

   1. Primera conclusión: sorpresa, ante las declaraciones de un señor que se llama Robert Zoellick, Presidente del Banco Mundial, y que, por el cargo que ocupa, él pensaba que sabía mucho. Este señor ha dicho que la crisis actual es peor que la de 2008. Mi amigo se sorprende porque, dice él, NADIE en el mundo se había enterado de que la crisis, que comenzó en 2001, se había acabado.

   2. Segunda conclusión: otra sorpresa. Ha visto quiénes son los dueños de las agencias de calificación de riesgos:

      a. Standard & Poor´s es de McGraw Hill, que mi amigo pensaba que era una editorial como Espasa, pero no. Es más.

      b. Cuatro accionistas de McGraw, que en total tienen, más o menos, el 25% de la Compañía, tienen también el 25% de Moody´s, otra agencia de calificación de riesgos.

   3. Tercera conclusión: estos de McGraw Hill mandan mucho.

   4. Cuarta conclusión: admiración. Standard & Poor´s le rebaja la calificación a Estados Unidos. ¡Qué machada!

   5. Quinta conclusión: déjà vu. Mi amigo no lo pronuncia bien, pero más o menos, dice que quiere decir que se veía venir. Le despiden al presidente de Standard & Poor´s.

   6. Sexta conclusión: mi amigo suelta una inconveniencia, irrepetible. Nombran Presidente de Standard & Poor´s al Director de Operaciones de Citibank.

Después del primer turno de conclusiones, mi amigo, que no para de comer, de beber, de hablar y de pasar papeles a toda velocidad mientras yo hago lo que puedo tomando notas en las servilletas, dice que:

   1. Le encanta lo de los eurobonos.

   2. Que vendrán, y no tardarán mucho.

   3. Que, antes de que vengan, la señora Merkel (juraría que hace una reverencia cuando se refiere a Dª Angela), se quiere asegurar de que todos nos portaremos bien. Y remacha: “y cuando digo todos, quiero decir TODOS”.

   4. Que se ha enterado de que el 3 de Febrero, la señora Merkel dijo que todos los países de la zona euro deberían poner en sus Constituciones el solemne compromiso de no gastar mucho más de lo que se ingresa.

   5. Que cuando le preguntaron hace pocos días a José Blanco si el BCE envió al Gobierno una carta para exigir la reforma constitucional, respondió que no tenía constancia de que haya existido esa carta. Mi amigo estalla: “¡ni falta que hacía! ¡Si ya lo dijo la Merkel, en público!”

Y hemos modificado la Constitución, a toda velocidad. Y Rubalcaba se ha quedado con el pie cambiado. Y Durán. Y otros. Pero ya está hecho.

O sea, ya hemos obedecido. O sea, estamos más cerca de una Europa unida, a base del cansancio de la Merkel, que está hasta el gorro de las tontadas económico-políticas que estamos haciendo.

Mi amigo sigue: ahora ha pedido dos cafés, porque está embalado y no quiere perder carrerilla. Yo he pedido un cortado descafeinado, que seguramente se quedará frío. También he pedido otra ración de servilletas, porque llevo escritas 16 y, por lo que se ve, falta bastante.

Mi amigo me mira y grita: “ahora, ¡la bomba!” Los que están en el  bar nos miran. Antes, cuando mi amigo decía estas cosas, se sobresaltaban. Ahora, me sonríen, como diciendo: “¡vaya cruz que te ha caído encima!”

La bomba, para mi amigo, es que Andreu Mas-Colell, Conseller de Economía de la Generalitat catalana, ha pedido hispabonos, es decir, que el Estado español respalde las emisiones de deuda autonómica.

Cuando fue al colegio, mi amigo estudió la regla de tres. Dice que no sabe si ahora se estudia, pero que a él siempre le resultó muy útil. Y me plantea dos:

  1. Si eurobono equivale a más Europa, hispabono equivale a más España.

  2. Si más Europa equivale a menos tonterías de los periféricos, más España equivale a menos tonterías de las Comunidades Autónomas.

Y, entusiasmado, dice: “¡me gusta mucho!”

Pide dos Cardhus. Y brindamos. Porque a mí también me gusta. Me parece que estamos en el buen camino.  

Nos levantamos. Pasamos al lado de una mesa donde hay otros de San Quirico. Mi amigo, que con los cafés, las conclusiones y el Cardhu, va muy animado,  les mira sonriente y dice: “¡Viva la Merkel y el Mas-Colell!”

Y se va.

Desayunamos donde siempre, con el menú de siempre, porque mi amigo dice que si así nos va bien, ¿para qué cambiar?