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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Hay que saber demasiado

En 2014 hay que pagar 127.000 millones de euros de pensiones. Como hay pocos jóvenes, con pocos ingresos y muchos viejecitos, la Seguridad Social gasta más 

En 2014 hay que pagar 127.000 millones de euros de pensiones. Como hay pocos jóvenes, con pocos ingresos, y muchos viejecitos, la Seguridad Social gasta más de lo que ingresa y acumula déficits, un año tras otro. Tiene unos 60.000 millones ahorrados de tiempos mejores y saca el dinero de la hucha. Y ya está. Así de simple. Las pensiones subirán este año el 0,25%. Si el Gobierno las sube más, para que la oposición se calle, mal hecho. Porque, en confianza, no tenemos dinero.

Esto, que es claro y meridiano y, dicho así, lo entiende todo el mundo, se dice a trocitos. Un día hablan del final de la desindexación; otro, del tijeretazo, o de que la sostenibilidad está en peligro. ¡Con lo fácil que sería decirnos que con abundantes viejos, jóvenes escasos y mal pagados, esto no lo aguanta ni su padre! Como dicen en mi tierra, no hay vuelta de hoja.

Oli Rehn, el comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, ha tenido una revelación. No ha sido una revelación divina, porque, una vez más, lo sabíamos. Ha afirmado que España tiene que reabrir el crédito. No lo ha dicho así de simple, claro. Estos chicos no tienen muchas ideas propias, y siempre necesitan apoyarse sobre bases sólidas. Este se apoya: “La historia de la economía nos enseña que no hay crecimiento económico sostenido sin financiación”. ¡Toma castaña con el erudito! ¡Menos mal que lo elementalísimo lo corrobora la historia económica! Oli, agárrate al puesto, porque cuando te despidan no vasa encontrar empleo más que en una frutería. (Y que no se me enfaden los fruteros, por favor).

Me encontré ayer noche con una vecina en el ascensor. Pone cara triste. Espero que me pregunte cómo veo esto. Me sorprende cuando me pregunta cómo veo esto… qué está pasando en Estados Unidos. Yo creo que a todos nos resulta más fácil, y más cómodo, arreglar lo de Estados Unidos que lo de España, porque nos cae más lejos. En realidad, nos cae cerca, porque si ellos van mal, no nos compran y si no nos compran, nuestras empresas sufren y despedimos personas y más paro. O sea, que lo que pasa allí sí que me importa.

Como tengo que resolver el problema en el ascensor y esta señora llega a su piso antes que yo al mío, le quito importancia a la cuestión y le digo a mi vecina que esté tranquila, que lo que pasa en América no es más que un chantajillo de los republicanos que se arreglará, como todo en la vida, hablando. No hablando desde Kazakhstan a Bélgica, con lo lejos que están, sino uno en un despacho y otro en el mismo despacho. Obama le pegará un recorte a la reforma sanitaria, los otros pondrán cara de sufrimiento ante Obama y de triunfo ante los periodistas y hala, a ver la Estatua de la Libertad y el parque Yosemite, que habrán abierto y se podrán visitar. Y ya está. Ya está con una deuda inmensa de Estados Unidos. Y con unos intereses inmensos y con unos impuestos muy respetables, porque hay que compensar tanto gasto.

Es que todo es muy fácil. Todo se explica en seguida, porque está basado en aquella idea tan simple que dice que de donde no hay no se puede sacar.

Alguien me dirá que sí se puede sacar: lo que hay que hacer es conseguir que la Reserva Federal fabrique dinero a espuertas y que el Banco Central Europeo (BCE) lo fabrique a menos espuertas, pero bastantes, que ese dinero llegue a los bancos y que los bancos lo hagan llegar a quien corresponda, o sea, a esos señores a los que se refiere Oli. En otras palabras, que llegue a la "economía real", que nunca he sabido por qué se llama así.

Andamos a bofetadas con los Presupuestos Generales del Estado, ese que es uno de los Estados miembros de la Unión Europea y que, por eso, no puede hacer lo que le dé la gana.

Todos descontentos, porque yo tenía derecho, y yo también y yo también. Y a mí me castigas y al otro niño no le castigas. Y a mí me tratas mal porque me quiero ir de casa. Y así, los políticos, convertidos de 'clase'en 'casta', de muy poco nivel, en general, de poquísimo en algunos casos en particular, y muy cortitos de miras, se dedican a ir diciendo bobadas, con una consecuencia seria: que hay gente que los cree.

Ya sé que me repito, pero es que las noticias se repiten. Pienso que, a fuerza de repetir, todos nos enteramos. Y, además, tengo un recuerdo que me llena de esperanza. Cuando, de chaval, trabajaba en SastreríaLa Confianza de Zaragoza, me encargaba de la publicidad. Había un anuncio que no sé a quién se le ocurrió: “La Confianza. La Confianza. Sastrería La Confianza”, que se repetía 30, 40 veces al día y por el que nunca nos dieron ningún premio. Pero, con mucha frecuencia, me encontraba conocidos que me decían: “No hago más que oíros por la radio. Tendré que compraros algo”.

Por tanto, repetición, repetición, repetición.

Repetición de cosas esenciales:

1.- Lo que he dicho sobre todo lo que no se puede hacer cuando no hay dinero. Y cuando la capacidad de endeudamiento se ha acabado. Y cuando los intereses se nos comen.

2.- Lo que he dicho respecto a que Obama y el otro, Rajoy y el otro, sólo arreglarán los problemas hablando, o sea, queriéndolos arreglar. Y, sobre todo, no enzurizando, o sea, no sembrando discordia, porque la discordia, una vez sembrada, puede arraigar. Y como arraigue, la hemos fastidiado para siempre.

3.- Que este modelo de Estado no se aguanta y no hay quien lo aguante, y desune, y hace daño a esa cosa que llamamos España, a la que algunos, por lo menos yo, queremos mucho. Lo he dicho mil veces, pero como ahora estoy en la época de la repetición, lo pongo para que nadie piense que he cambiado de chaqueta.

4.- Lo que he dicho sobre tener criterio, que lleva a estar seguro de que un sistema de pensiones como el actual no se sostiene, porque con poco joven y mucho viejo, mal vamos.

5.- No quiero olvidarme, en esta lista de repeticiones, lo de la necesidad absoluta de ser decentes, porque si no intentamos arreglar eso, ya podemos hacer maravillas.

Un profesor del IESE, catalán de auténtico seny, cuando oía decir alguna patochada, se callaba, sonreía y me decía por lo bajo: “Leopoldo, sabemos demasiado”.

Esa es mi ilusión actual: conseguir que la gente “sepa demasiado”. O sea, otra vez lo del criterio, que haga que cuando oigamos decir a Fátima que quizá suba las pensiones, pensemos: “¿De dónde pensará sacar el dinero esta moza?”.

Y cuando Oli diga que España tiene que reabrir el crédito, le contestemos: “Oli, no digas bobadas. España ni abre ni cierra el crédito. Los que abren y cierran el crédito son la Caja de Ahorrosde San Quirico y otras entidades financieras, con nombres concretos. Esos son los que tienen que reabrir. Deja en paz a España, tontico”.

Para acabar, una buena noticia. Las familias españolas siguen desendeudándose. Ya sé que algunos lo consideran malo, por lo del consumo. Pero es un dato buenísimo. A fuerza de repetir, y de sufrir, nos vamos enterando de que endeudarse para consumir es malo. Y desendeudarse esbueno, porque te permite vivir más tranquilo, tener la cabeza más clara, inventar cosas y hasta ahorrar un poco paramontar un negocio o invertir en el de un amigo del que te fías.

Lo demás me suena a cuento, aunque estoy seguro de que si Oli leyera este artículo, que no hay la más mínima probabilidad de que lo lea, se remontaría a la historia económica para decirme que soy un ignorante.

En 1954aprobé dos asignaturas de Económicas. El nombre de una de ellas era Historia de la Economía, Fundamentalmente Moderna. Supongo que hoy, aquella historia debe ser radicalmente prehistórica. Pero estoy casi seguro de que decía que lo de no dormir pensando cómo pagarás el crédito es malo.

En 2014 hay que pagar 127.000 millones de euros de pensiones. Como hay pocos jóvenes, con pocos ingresos, y muchos viejecitos, la Seguridad Social gasta más de lo que ingresa y acumula déficits, un año tras otro. Tiene unos 60.000 millones ahorrados de tiempos mejores y saca el dinero de la hucha. Y ya está. Así de simple. Las pensiones subirán este año el 0,25%. Si el Gobierno las sube más, para que la oposición se calle, mal hecho. Porque, en confianza, no tenemos dinero.

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