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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Pensar y hablar

Mariano se pone nervioso con Ciudadanos y no con Podemos. Supongo que piensa que Podemos no le quita ni un voto. Los de Podemos bastante tienen con ocultar la actuación de sus amigos griegos

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

En mi despacho de San Quirico tengo un azulejo que me regaló un amigo: “No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices”. Está al lado de la puerta y lo veo y lo leo muchas veces. Me va bien, sobre todo por la segunda parte. Porque lo otro, decir lo que pienso, mientras no ofenda, me gusta cada día más.

Mariano está nervioso. En Andalucía las cosas no le han ido bien a su partido. En Madrid, Arenas y Cospedal “no se están amigos”, como dicen mis nietos. Ya se veía lo que iba a pasar cuando Javier no se hizo con el poder en su Andalucía querida porque “los otros” pactaron y sí se hicieron (con el poder). Y se fue a Madrid y eso a Mª Dolores no le hizo mucha ilusión, por aquello de que cuantos menos gallos haya en un gallinero, los que están viven mejor.

Este es un año electoral, de principio a fin. Cuanta más sensación de unidad den todos los partidos, mejor para ellos. Cuanta menos sensación de unidad den, peor para ellos. Al malestar de dentro se une el malestar de fuera. Malestar natural, porque las elecciones no son para decir qué bien lo hacen los del otro partido, sino para intentar quitarles el sillón si se distraen. Como consecuencia, Mariano se mete con Pablo y con Albert, porque dicen unas cosas que a quién se le ocurren. Se mete con ellos mientras reza para que se acaben los líos en su partido, que, a veces, parece el camarote de los hermanos Marx.

Mariano, nervioso, dispara a todo lo que se mueve. Y estos se  han movido. Y Mariano ha dicho una frase: '¡Qué fácil es hablar y qué difícil gobernar!'

Ha hablado de Albert y, sobre todo, de Luis Garicano, que ha participado en la redacción del plan económico de Ciudadanos. Leo la biografía de Luis. No está nada mal. Lo que más me gusta es que en un libro suyo decía que España debía elegir entre ser como Dinamarca o como Argentina y Venezuela. Sigo leyendo y encuentro otra cosa que aún me gusta más: que es uno de los fundadores del blog “Nada es gratis”. Además, cuando presentó el programa de Ciudadanos, tenía a su lado a Manuel Conthe, que tampoco es un mindundi.

Pero Mariano, nervioso, dispara a todo lo que se mueve. Y estos se han movido. Y Mariano ha dicho una frase: “¡Qué fácil es hablar y qué difícil gobernar!”. Totalmente de acuerdo, aunque hablo de oídas, porque yo no he gobernado nunca. Pero si a ti, Mariano, no te hubieran dejado hablar en tiempos de José Luis, aún gozaríamos (¡?) del gobierno (¡?) del mozo de León.

Ha añadido otra frase: “Lo que necesita España es seguridad, estabilidad, un rumbo fijo”. Es verdad, Mariano. Además, creo que lo has hecho bien. Es verdad que cogiste España hecha unos zorros y ahora está más presentable. ¡Hasta nos financiamos cobrando intereses en vez de pagándolos!

Pues entonces, ¿qué es lo que habéis hecho mal? Por favor, no me hables de que no comunicáis bien ni de que tenéis que hacer pedagogía, porque –lo he repetido muchas veces– pedagogía la hace el pedagogo, no cualquiera que pase por la calle y diga: “Voy a hacer pedagogía con ese grupo de ignorantes que no entienden la profundidad de mis decisiones y lo acertadas que son”.

Llevado del entusiasmo, al ver que le salían las cuentas, se le ha calentado la boca y ha soltado lo del patriotismo, que no venía a cuento

En la misma página del periódico en el que leo el ataque de Mariano a Luis Garicano, Luis Mª Linde, gobernador del Banco de España, afirma que recortar el déficit es patriotismo. ¡Otro pedagogo!

Si se hubiera callado esta frase, le diría: “Luis, has acertado”, porque el resto de su intervención ha sido técnica. Pero, llevado del entusiasmo, al ver que le salían las cuentas, se le ha calentado la boca y ha soltado lo del patriotismo, que no venía a cuento, porque en la Patria, ahora, creemos pocos.

¡Claro que recortar el déficit es lo correcto! Iba a decir que eso es lo que haría cualquier familia normal a la que durante unos años se le ha ido la olla. Pero no lo digo, porque un señor que seguro que sabe más que yo, y que se llama John Lanchester, dijo hace unos días que eso es una metáfora estupenda, pero que no es cierto. Mejor dicho, “es lo contrario de la verdad cuando hablamos de la economía en su conjunto”.

Como no explica por qué y además dice que en Alemania eso (lo que pienso yo) se lo cree mucha gente, me lo sigo creyendo y no le hago ningún caso.

Y además pienso que gastar como si fuéramos ricos, endeudándonos porque no lo somos y pagando un montón de millones de euros de intereses, hunde a la familia, perdón, a la nación y eso seguro que no es patriotismo. De ahí se deduce que tiene razón Linde. Que hacer las cosas bien es patriotismo.

A pesar de lo que he dicho al principio, Mariano se pone nervioso con Ciudadanos y no con Podemos. Supongo que piensa que Podemos no le quita ni un voto. Además, los de Podemos bastante tienen con ocultar la actuación de sus amigos griegos.

El pobre Alexis y el pobre Yanis dan vueltas y vueltas por el mundo. Me recuerdan lo que decía la ardilla en la fábula de Iriarte: “Yo soy viva, soy activa, me meneo, me paseo, yo doy vueltas, subo y bajo, no me estoy quieta jamás”. Y, peor aún, me recuerda lo que le contestó el caballo: “Tantas idas y venidas, tantas vueltas y revueltas, ¿son de alguna utilidad?”.

La contestación es clara: no.

Yanis Varufakis ha ido a Washington a hablar con Christine Lagarde, directora del FMI. Ha ido sin avisar al delegado de Grecia en el FMI, que se ha debido enterar por el Washington Post, se ha enfadado y ha dimitido.

En la entrevista, Yanis ha conseguido dos cosas: que Christine le felicite por haber mejorado la capacidad de los equipos técnicos que trabajan con las autoridades griegas y por mejorar los debates políticos en Bruselas. O sea, le ha dicho que los anteriores técnicos eran una castaña y que hablen más bajito en Bruselas.

En agradecimiento por los consejos, Yanis ha prometido que pagará puntualmente los 460 millones que vencen ahora. Y ahora, 9 de la noche del jueves, veo que los ha pagado.

Alexis coge la maleta y se va a Rusia. Yo me hubiera puesto corbata por el frío. Por lo menos, Yanis lleva bufanda. Se ha visto con Putin. Le ha pedido que, solo para Grecia, levante el veto para los productos hortofrutícolas de la UE. Putin le ha dicho que no.

Antes de que Alexis le pidiera dinero, Vladimir Putin le ha confesado que la economía rusa es demasiado débil.

Luego, Putin le ha ofrecido participar en un gasoducto que pretende enviar gas a Europa saltándose a Ucrania. Esto lo hace en el preciso momento en que nosotros estamos intentando meter gas en Europa “por el otro lado”. (“Nosotros” somos España, Francia y alguno más).

De vuelta a casa, Alexis pide 278.000 millones de euros como reparaciones por la guerra: le contestan que es una propuesta tonta.

O sea, de éxito en éxito hasta el fracaso final.

Por eso, Mariano ignora a Podemos, porque Pablo, con esos amigos, para qué quiere enemigos.

En mi despacho de San Quirico tengo un azulejo que me regaló un amigo: “No digas lo que piensas, pero piensa lo que dices”. Está al lado de la puerta y lo veo y lo leo muchas veces. Me va bien, sobre todo por la segunda parte. Porque lo otro, decir lo que pienso, mientras no ofenda, me gusta cada día más.

Mariano Rajoy Luis María Linde Alexis Tsipras Christine Lagarde