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Imprecisiones, incertidumbres y nosotros
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Imprecisiones, incertidumbres y nosotros

Los que hablan mucho tienen un peligro grave: las imprecisiones. O sea, no decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad

Foto: El responsable de supervisión bancaria y consejero del Bundesbank, Andreas Dombret. (Reuters)
El responsable de supervisión bancaria y consejero del Bundesbank, Andreas Dombret. (Reuters)

Andreas Dombret tiene pinta de hombre serio. Es el responsable de supervisión bancaria y consejero del Bundesbank. Habla de vez en cuando y yo le hago caso, por su aspecto y por su trabajo en el banco central alemán.

Los que hablan mucho tienen un peligro grave: las imprecisiones. O sea, no decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Nadie podrá decirles que mienten, pero nunca podrán presumir de que dijeron la verdad, etc.

Los bancos están preocupados. Consiguen dinero del BCE prácticamente al nada por ciento. De ahí se deduce que al ahorrador de San Quirico le pagan poco por sus ahorros, porque el BCE se lo presta más barato. El euribor está en negativo, por lo que el recibo mensual de la hipoteca está bajo, lo cual anima a la gente y desanima al presidente de la Caja de Ahorros de San Quirico.

El BCE tiene una hucha para los bancos, que no se llama hucha, sino "facilidad de depósito". Según el Banco de España, es una facilidad permanente del eurosistema que las entidades pueden utilizar para realizar depósitos A UN DÍA en un banco central nacional, REMUNERADOS A UN TIPO DE INTERÉS ESPECIFICADO PREVIAMENTE.

He puesto en mayúsculas dos puntos. Realmente, solo tenía que haber señalado uno, el de los depósitos a un día, porque los bancos han dejado en la facilidad de depósito el dinero a más días, en vez de sacarlo en forma de créditos a eso que llaman la economía 'real', o sea, las empresas de la calle Mandri de Barcelona, de las que he hablado tantas veces (un bar, una peluquería, una lencería, una perfumería...) y que constituyen la exhibición de capitalismo -personas que se juegan su capital y que crean empleo- que tengo más cerca de casa.

Mario Draghi, que trabajó en Goldman Sachs, lo que no es para presumir, pero que por eso conoce bien a los bancos, pensó que había que animarles para que sacasen el dinero de la facilidad de depósito y lo invirtieran en préstamos a esa economía real, aunque sacándolo tuvieran más riesgo que teniéndolo guardadico en la hucha del BCE. Para eso les bajó la remuneración, se la volvió a bajar, la puso negativa, o sea, les hizo pagar por tener el dinero allí y ahora les ha subido al 0,4% el interés que tienen que pagar.

El mensaje es claro: "Saquen el dinero y échenlo por Europa, en negocios normales, que nos irá bien a todos".

Ja. Los bancos dicen que nanay, que ellos prefieren pagar para que el BCE les guarde el dinero antes que arriesgarse, que no sabe usted el frío que hace ahí fuera.

Aparece Andreas y habla. Y cuando habla un señor así, la gente le escucha, porque piensa que lo que diga ese señor va a misa.

Lo malo es que no va. Y no va porque este señor es impreciso. Dice que "tener liquidez a nosotros nos cuesta dinero", porque han de depositarlo en el BCE, que les cobra un 0,4%.

Yo creo que no han de depositarlo en el BCE. Que el BCE les cobra esos intereses porque ustedes prefieren la hucha al riesgo. Y ustedes quieren trasladar ese cargo a los clientes, que no solo aguantan su aversión al riesgo sino que deben pagar esa aversión.

Pero como Andreas habla bien, dice lo de la aversión muy bien dicho: "No hay indicios de que los bancos vayan a pasar las tasas de interés negativas del BCE a toda su cartera de clientes".

Yo fui amigo de un ministro español en los tiempos, ahora añorados por algunos, en los que se podía devaluar la peseta. Un día me explicó el rito: a) la víspera por la noche, el ministro aseguraba a la opinión pública que no habría devaluación; b) al día siguiente, a primera hora, devaluaba.

Andreas no conoció a mi amigo el ministro, pero al ver cómo van las comisiones que cobran los bancos y al ver que todos están discutiendo cómo repercutir el 0,4% que les cobra el BCE para animarles y no se animan, me parece que el buen Andreas está anunciando que la Caja de Ahorros de San Quirico, dentro de cuatro días, cobrará a los habitantes de este pueblo por la nómina que ingresen.

Imprecisiones. El miércoles leo el discurso de Mariano, intentando conseguir la investidura. Antes, desayunando, he leído los comentarios. El martes no vi por televisión su intervención, por dos razones: a) por pereza, porque aguantar un discurso de una hora y 19 minutos a las cuatro de la tarde, me pareció una tarea inútilmente heroica; b) porque si leo el discurso me entero más de lo que dice y de lo que se compromete a hacer.

Hablo de los comentarios. Ni uno favorable. Dicen que no ha hablado de Albert ni de Pedro. Que ha sido un rollo. Que lo ha leído de una manera monótona. Que tenía aspecto de burócrata cansado. Y así.

Con estos precedentes, he leído el discurso. Me da apuro decir que me ha gustado. (En este momento, oigo por la ventana los gritos de ¡fascista!, ¡te han pagado! ¡traidor a la Cataluña que te permitió medrar aquí!, ¡ya has salido del armario!, etc.).

Repito: me ha gustado. Nada de imprecisiones. Alusiones al PSOE y a C's. Recuerdo de los éxitos conseguidos. Exigencias de Europa, en la que estamos, gracias a Dios. (El "gracias a Dios" es mío. No lo ha dicho Mariano). Compromisos, que no reproduzco aquí, porque están en el discurso, que he descargado en mi iPad. Muchos y muy concretos.

Hasta aquí, la concreción. Puede ocurrir que Mariano mienta y todos los demás digan la verdad. En ese caso, teniendo el discurso escrito, creo que será fácil decirle, en una sesión de control: "En la página XX de su discurso de investidura, usted dijo... y no lo ha cumplido y, por lo que parece, no tiene ninguna intención de cumplirlo".

¿Faltan cosas? Supongo que sí. ¿Se le puede votar favorablemente? Claramente sí. ¿Lo harán?

Escribo esto el miércoles. Son las dos de la tarde. Continuaré mañana para ponerme al día de lo que ha pasado hoy en el Congreso.

Ni el gozne ni los piropos ni los desdibujamientos ni las molestias sirven para nada. Porque, como un solo hombre, los del sí han sido 170 y los del no, 180

Sigo el jueves. Lo que ha pasado lo sabemos todos. Mariano, gallego, con los piropos a Albert que ayer echamos en falta. Pedro, encastillado en el no. Albert, intentando hacer de bisagra (parece que ahora se dice "de gozne"). Pablo, con sus cosas y su estilo. Las alusiones a la unidad de España, que a mí me gustan tanto, molestan a otros. Pero ni el gozne ni los piropos ni los desdibujamientos ni las molestias sirven para nada. Porque, como un solo hombre, los del sí han sido 170 y los del no, 180.

Mañana, viernes, nueva votación. Me imagino que hoy es un día particularmente intenso, dentro de los partidos y fuera de los partidos. Dentro, intentando convencer a Pedro de que se trague algo de lo que ha dicho, que se olvide de que Mariano le cae gordo y que deje que unos cuantos se vayan al lavabo en el momento de la votación, se abstengan porque sí o se equivoquen de botón y voten a favor.

Fuera de los partidos. Seguro que algunos del PP son amigos de algunos del PSOE porque viven en la misma casa, porque son cuñados, porque fueron al mismo colegio o porque salían juntos en el grupo de chicas y chicos en el pueblo donde veraneaban. Estas personas pueden echar una mano importante. "Anda, llámale a tu cuñado y que se lo piense"; "dile que le ayudaremos en las elecciones de su pueblo"; "ofrécele un puesto de funcionario en su comunidad autónoma".

Mis esperanzas están puestas en las llamadas que se harán hoy, porque, como no hagan nada, y todos se dediquen a descansar de lo de ayer, iremos dando pasos hacia esas terceras elecciones con las que Mariano está intentando chantajear a Pedro y, de paso, estropearnos las navidades y, de paso, conseguir que muchos no voten porque se han ido con la familia al pueblo y piensan que del pueblo no se mueven.

Como no hagan nada, iremos dando pasos hacia esas terceras elecciones con las que Mariano intenta chantajear a Pedro y estropearnos las navidades

A Andreas le tenemos que aguantar sus imprecisiones.

A los que viven de la política aquí en España les tenemos que soportar la incertidumbre, que nos lleva a no saber lo que va a pasar.

La imprecisión son una forma de enmascarar la verdad.

La incertidumbre, un instrumento para conseguir tus fines, olvidándote de que eres un empleado de España Inc.

La banca está pendiente de la respuesta del Banco de España para comenzar a aplicar las cláusulas de recuperación ('clawback') por las que se podrá reclamar a los altos directivos de una entidad la devolución de la retribución variable por mala gestión.

¿Por qué no aplicamos el 'clawback' a los sueldos de estos chicos en los días que llevamos sin Gobierno? Porque estamos hablando de una mala gestión.

Mientras tanto,

1. Crecemos más que la media europea.

2. No nos han multado por no cumplir los objetivos de déficit.

3. Sea como sea el próximo Gobierno, tenemos unos objetivos de déficit claros: 46.000 millones en 2016; 31.000 en 2017; 22.000 en 2018.

4. Sea como sea el próximo Gobierno, tenemos que presentar en seguida los Presupuestos de 2017, que se aprueban en Bruselas.

(A riesgo de desmoralización general, recuerdo que Montoro dijo que si tras las elecciones generales del 26 de junio se constituye el nuevo Gobierno "con diligencia", daría tiempo a presentar los Presupuestos Generales del Estado antes del último trimestre del año, dentro del plazo que marca la Ley.

Repito: "Tras las elecciones generales del 26 de junio", no las navideñas).

En resumen: señores, basta ya de jugar al cojolondrón, juego que no sé en qué consiste, pero en el que ustedes son unos auténticos especialistas.

No tengo datos macro para decir lo que piensa la ciudadanía. Sé lo que piensan mis amigos, la gente que me encuentro por la calle, los taxistas, lo que dicen las cartas al director de los periódicos que leo... Y tengo la sensación de que todos estamos hasta el gorro de todos ustedes. Yo, por lo menos, sí.

El jugueteo no debe durar más. Ahora hablan de que son fundamentales las elecciones gallegas y las vascas.

Luego esperarán a las aragonesas, riojanas, extremeñas, ceutíes y melillenses.

Aprovechando los gritos de usted es fascista, etc., me encantaría que el Ejército diera un toque de atención.

Porque, majos, os lo habéis ganado.

Andreas Dombret tiene pinta de hombre serio. Es el responsable de supervisión bancaria y consejero del Bundesbank. Habla de vez en cuando y yo le hago caso, por su aspecto y por su trabajo en el banco central alemán.

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