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Los Presupuestos (I): prolegómenos
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Leopoldo Abadía

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Los Presupuestos (I): prolegómenos

Se oyen voces. Unos quieren que bajen los impuestos. Otros, gastar más. Otros, dar más importancia a lo social

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (i), recibe la felicitación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (d), al superar los Presupuestos Generales del Estado 2017. (EFE)
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (i), recibe la felicitación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (d), al superar los Presupuestos Generales del Estado 2017. (EFE)

Ya hemos aprobado el Presupuesto de 2017. Algún euro nos ha costado, porque los votos de los amigos cuestan dinero. Alguno podría pensar que si son amigos lo podían hacer gratis, pero ya se sabe cómo son las cosas y también que, en estos terrenos en que nos movemos, la gente se maneja con la vieja historia del 'quid pro quo', o sea, que si quieres algo, paga.

Ahora, a preparar el de 2018, a ver si conseguimos tenerlo puntual, porque eso de tener el Presupuesto del año en verano de ese año no parece muy serio.

Se oyen voces. Unos quieren que bajen los impuestos. Otros, gastar más. Otros, dar más importancia a lo social.

De Europa viene un mensaje: "Recordad que habéis acabado 2016 con un déficit del 4,3% sobre el PIB y que os habéis comprometido a acabar 2017 con un déficit del 3,1% y 2018 con uno del 2,2%".

(El PIB , a final de 2016, era de 1.113.851 millones, con lo que resulta:

4,3% = 48.229 millones de déficit en 2016.

3,1% = 34.529 millones en 2017.

2,2% = 24.506 millones en 2018.

Y así, nos sacarán del procedimiento de déficit excesivo en el que los que mandan —Europa— nos metieron en los, añorados por algunos, tiempos de la 'disbauxa' —desmadre, en catalán—).

En pocas palabras, Europa nos dice: "Como ya sabéis —o como debierais saber—, déficit = gastos menos ingresos. Mientras esa diferencia sea la que os hemos dicho, haced lo que queráis. O sea, ¿queréis gastar más? Pues a subir los impuestos. Está claro que si la economía va bien, no hará falta subirlos, porque con el mismo porcentaje de impuestos recaudaréis más en valores absolutos".

Si la economía va bien, no hará falta subirlos, porque con el mismo porcentaje de impuestos recaudaréis más en valores absolutos

Continúa hablando Europa: "Acordaos también de que os comprometisteis a que la deuda pública no pasase del 60% del PIB y estáis prácticamente en el 100%. Ya sabemos que esto no pasa solo en las mejores familias. También sucede en las familias menos presentables e, incluso, en las muy impresentables. Hace muy pocos días, salió el dato de la deuda mundial, que representa el 327% del PIB mundial, con lo que algunos de vosotros presumiréis de que estáis poco endeudados y que si pasáis del 100% al 117%, para gastároslo, por supuesto, en algo con la etiqueta 'social', ni se notará a nivel mundial".

Como Europa, cuando habla, no se calla, sigue: "Y recordad eso que llaman la 'vulnerabilidad' de la deuda. Ahora, vuestra deuda es cómoda, por dos razones:

1. Porque cuando hay un vencimiento, refinanciáis, o sea, copiáis a Leopoldo que, en sus buenos tiempos, era un maestro en lo de amortizar un crédito con otro, ese con otro y así sucesivamente.

2. Porque os aprovecháis de que los intereses están bajos y ponéis en 'gastos' una cantidad manejable, que se convertirá en inmanejable si suben los intereses".

Como yo también tengo derecho a hablar y así consigo que Europa se calle durante un rato, quiero señalar varias cosas

1. Que la cantidad 'manejable' es de 32.171 millones de euros, o sea, lo que en San Quirico llaman una burrada.

2. Que si esa cantidad sube, se tendrá que compensar con ingresos, o sea, con más impuestos, más privatizaciones, o sea, con más de todo lo que traiga dinero a la caja. Y se habrá convertido en 'inmanejable'.

3. Entonces, volveremos a la cultura del quejido, que tan bien nos va, y pediremos la re-reprobación de Montoro, porque no hay derecho a que los impuestos nos amarguen la vida y no hay derecho a que, con las privatizaciones, unos cuantos se forren.

4. Para rematar, si el que se forra, con la privatización o con un trabajo normal, muy bien hecho, hace un donativo importante para algo importante, le insultaremos y diremos que Bill Gates da más.

Hay otro punto más peligroso. La ideología del Gobierno de turno. Y otro más. Su fuerza para sacar adelante medidas coherentes con su ideología

Hay otro punto, más nebuloso y, por eso, más peligroso. La ideología del Gobierno de turno. Y otro punto más. Su fuerza para sacar adelante medidas coherentes con su ideología. En otras palabras, si el partido del Gobierno 'manda solo', o sea, tiene mayoría absoluta, las sacará sin problemas. Si no la tiene, tendrá que negociar. En estas negociaciones se pueden repetir las operaciones de compra y venta de votos.

Como yo siempre he llevado dentro de mí un pequeño dictadorcete, me encanta la mayoría absoluta, aunque mi cabeza me diga que lo otro es muy bueno, porque evita tentaciones de mangoneo.

Pero sea como sea, me gusta saber cuál es la ideología de los partidos. Es decir, saber:

1. Si el partido es 'business friendly', o sea, que los empresarios le caen bien porque crean riqueza, puestos de trabajo y pagan impuestos. (Por la redacción de estas dos líneas, se ve claramente que eso es lo que me gusta a mí).

2. Si al partido le gusta la libertad y procura intervenir fundamentalmente en lo necesario y lo menos posible en la vida de la gente.

3. (Entre paréntesis y sin que venga a cuento. Con ocasión del Brexit, vi que el Reino Unido tenía que revisar algo así como 53.000 leyes. Hace tiempo me contaron que alguien le preguntó a Juan XXIII, recién elegido Papa, cuántas personas trabajaban en el Vaticano, y que contestó: "La mitad". Pues eso me pasa a mí con las leyes. ¿No serían suficientes 26.500, exactamente la mitad de las 53.000?).

4. Sigue el paréntesis. Me da la impresión de que, entre unos y otros, quieren que hablemos como ellos digan, que seamos del sexo que ellos digan, que fumemos exactamente donde ellos digan, que vayamos a los colegios que ellos digan, y que vayamos a la misa que ellos digan, o sea, a ninguna.

5. Se ve que lo del 'business friendly' era una aproximación incompleta, porque lo que quiero ver en un partido es su posición ante la libertad, o sea, si es 'freedom friendly'.

Si ves cómo y en qué gasta el dinero una familia, sabes cómo piensa

Toda esta perorata viene a cuento porque si ves cómo y en qué gasta el dinero una familia, sabes cómo piensa. Pues aquí lo mismo. Y, por favor, no me repitáis eso de que una familia no es como el Estado, porque ya lo sé y no me lo acabo de creer.

1. Otro ejemplo: si el partido que sea quiere convertir la iglesia de San Quirico en discoteca —social, claro— para los jóvenes de la comarca, lo que cueste se pondrá en gastos y algún impuesto me subirán.

Y como el dinero es limitado y ya he dicho que no podemos/debemos endeudarnos más, y todos los ingresos vienen de lo que pagamos nosotros, hay que tener cuidado con los gastos que va a poner el ministro en los Presupuestos Generales del Estado, PGE.

1. Más cosas: si defino la 'austeridad' como "gastar con la cabeza", al ver el proyecto de PGE podré decir si realmente ese proyecto es austero o volvemos a hacer locuras.

Es decir, los números son expresión de la filosofía y hay filosofías que, traducidas a la realidad, acogotan al personal. A todos.

Cuando teníamos la tienda, mi padre siempre controlaba lo que le costaba levantar la persiana, el dinero que ya había gastado antes de levantarla

1. Otro punto más para los prolegómenos: los compromisos que tengamos. Porque estamos en la UE o en la OTAN o, simplemente, porque formamos parte de Occidente.

Ahora, a por los gastos fijos. Cuando teníamos la tienda en Zaragoza, mi padre siempre controlaba lo que le costaba levantar la persiana, o, dicho de otro modo, el dinero que ya había gastado antes de levantarla.

He visto el documento que recoge los PGE. Una lista larga de unidades de gasto de las de antes de levantar la persiana. Me la voy a leer. No es apasionante, pero me puedo hacer una idea.

Ya os diré algo.

Ya hemos aprobado el Presupuesto de 2017. Algún euro nos ha costado, porque los votos de los amigos cuestan dinero. Alguno podría pensar que si son amigos lo podían hacer gratis, pero ya se sabe cómo son las cosas y también que, en estos terrenos en que nos movemos, la gente se maneja con la vieja historia del 'quid pro quo', o sea, que si quieres algo, paga.

Presupuestos Generales del Estado PIB Déficit público