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Leopoldo Abadía

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Repaso y emoticono

Supongo que 2018 encontrará a algunos quejándose y a otros intentando salir adelante sin tiempo para quejarse. Me gustaría que estos últimos fueran la mayoría

Foto: Donald Trump en Corea del Sur el pasado noviembre. (Reuters)
Donald Trump en Corea del Sur el pasado noviembre. (Reuters)

Se está acabando 2017. Oigo que ha sido un año difícil, complejo, que a ver si 2018 es más fácil y menos complejo, y veo que tenemos cansancio al ver que detrás de un obstáculo viene otro y detrás de un problema, que, por cierto, no se ha resuelto, viene otro, que tiene toda la pinta de ser más lioso.

Como hoy tengo que ir a una tele a repasar 2017, escribo este artículo como preparación, porque me gustaría que el repaso fuera optimista y animante. No vale la pena hacer un inventario de lo que ha pasado y quedarse ahí, comprobando que casi nada se ha arreglado y que el año próximo se presenta como se presenta.

Trump y el Brexit, dos oportunidades para que Europa sea más Europa. Llevamos más de 50 años construyéndola y hay que dar un paso adelante

A nivel internacional, la elección de ese personaje que se llama Donald Trump nos ha desconcertado un poco, porque este personaje es mucho personaje. Yo no le invitaría a cenar en casa, unidad de medida que empleamos en nuestra familia cuando hablamos de alguien. Dicen que gobierna a golpe de tuit. Yo creo que gobierna como todos los presidentes americanos, a golpe de pasar por el Congreso, gracias a Dios, y de aguantar que le tumben una propuesta y de exultar cuando le aprueban otra. La reforma fiscal es algo importante y la ha conseguido pasar. Mientras tanto, con los tuits va sembrando confusión, que quizá es lo que pretende. Y con cara feroche y los pulgares levantados constantemente hace que algunos piensen que es un winner, figura a la que le tengo manía, como he dicho muchas veces.

Siguiendo con lo internacional, tenemos el Brexit. Un socio del Club se quiere ir del Club. Como yo dejé de ser socio del Zaragoza cuando vine a vivir a Barcelona. Para irse, cuando el Club es más grande que el Zaragoza, hay que hacer tres preguntas: a) ¿se debe algo?; b) ¿cómo serán nuestras relaciones ahora?; c) si me exigen mucho, ¿me puedo ir dando un portazo y aquí paz y después gloria?

Foto: La primera ministra británica Theresa May. (EC)

Por ahora, al negociar el representante británico con el europeo, han quedado las cosas claras en tres puntos: lo que tiene que pagar el Reino Unido -45.000 millones-, el mantenimiento de una frontera amable entre Irlanda del Norte (Reino Unido) e Irlanda del Sur (Unión Europea) y la situación futura de los europeos en Gran Bretaña y de los británicos en Europa.

Esto ha costado mucho tiempo. Desde el punto de vista de la UE, ha sido muy bueno que hubiera un solo negociador. Por supuesto, con su equipo, pero un solo negociador. Ahora viene una segunda parte, en la que habrá negociaciones por sectores, con lo que supongo que el Reino Unido intentará sacar ventajas y, si puede, enfrentar a unos con otros.

Macron no es todavía amigo mío, pero apunta buenas maneras. Habla de Europa y a mí, el que habla de Europa, me cae muy bien

Trump y el Brexit, dos oportunidades para que Europa sea más Europa. Llevamos más de 50 años construyéndola y ahora hay que dar un paso adelante, sin olvidar que vamos hacia la unión política, que convertiría los países "sueltos" en un ente que pudiera tutearse con Estados Unidos, con Gran Bretaña, con Rusia, con China y con todo lo que se le pusiese por delante.

Mi amiga Merkel está intentando formar gobierno. Me alegraría mucho de que lo consiguiera, porque la reciedumbre de esta señora es un modelo para todos. La reciedumbre y la misericordia. No podemos olvidar de que una parte importante de sus problemas viene del hecho de recibir un millón de refugiados, cosa que no hemos hecho los demás.

Foto: Angela Merkel habla con Martin Schulz en una reunión del Bundestag, el pasado 21 de noviembre de 2017. (Reuters)

Macron no es todavía amigo mío, pero apunta buenas maneras. Habla de Europa y a mí, el que habla de Europa y, sobre todo, de más Europa, me cae muy bien.

Y ahí en medio está España, mi querida España, con una historia y una solera que ya les gustaría a muchos.

Gran Bretaña presume de su "soft power", la influencia de su cultura, de sus costumbres, de su manera de ser, en medio mundo. Nosotros también podemos presumir de algo parecido, cosa que no está al alcance de un mindundi cualquiera.

Cuando me preguntan si España va bien o no, contesto refiriéndome a tres cosas:

a) El déficit va mucho mejor. Somos una familia que, en 2011, o sea, hace cuatro días, estaba despendolada, gastando al año 91.000 millones de euros más de los que ingresábamos. Y ahora, gracias a que estamos en la Unión Europea y fuimos a Maastricht y allí nos comprometimos a no pasar de 30.000, hemos bajado sustancialmente aquella locura. Por supuesto, recuperarse de las locuras, no se consigue sin sufrimiento.

b) La deuda va peor. En números gordos, lo que debemos es igual a nuestro producto interior bruto. Somos una familia con una deuda igual a nuestro sueldo anual. Lo vamos aguantando porque los intereses están bajos. Cuando se habla de "vulnerabilidad", quiere decir que si suben los intereses, nos ha pillado el toro.

c) El número de personas sin empleo, según la encuesta de población activa, ha bajado de 5.427.900 en 2015 a 3.731.200 en 30 de Septiembre de 2017.

Hay problemas, claro. Como en cualquier familia. Problemas que hay que resolver.

Foto: Foto: EFE.

Uno de ellos es la calidad de los empleos, que no es la que nos gustaría y, como consecuencia, tampoco lo es su remuneración.

Otro es el futuro las pensiones, que es feo, muy feo. Me parece que habría que ir avanzando hacia un nuevo sistema, porque el actual, en el que los jóvenes pagan la pensión a los viejos, se asfixia por tres razones: a) hay pocos jóvenes; b) sus remuneraciones son bajas; c) los viejos viven más años que antes, y sus apetencias aumentan. Creo que habría que ir hacia un sistema de capitalización, de manera que cada uno se fuera haciendo sus ahorros a lo largo de su vida profesional.

Otro problema es Cataluña. Alguien me dijo que no llamara problema a lo que está ocurriendo. Que le llamara asunto, tema o algo parecido. A mí me parece que lo de Cataluña es realmente un problema, en primer lugar para Cataluña, que se ha partido en dos y que está sufriendo las consecuencias económicas del lío en que estamos metidos. Como ya he escrito 28 artículos con el título "Catexit", hoy me doy y os doy vacación.

Foto: Mesa electoral de las elecciones del 21-D. (EFE) Opinión
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Leopoldo Abadía

Del Brexit he confirmado lo que siempre pensé: que hay que empezar por el dinero. En las negociaciones con el Reino Unido, llegar a la cifra ha costado tiempo y esfuerzo. Por ahí deberíamos empezar, no con la idea de que el trozo de España se vaya de España, sino para desbrozar el camino, aclarar quién debe a quién y, sobre todo, hacerlo con la mayor discreción, para evitar brindis al sol que no hacen más que mezclar a Felipe V, que era muy malo, con el dinero que nos están costando las ocurrencias diarias de los que viven de la política.

Hablando de ocurrencias, lo de Tabarnia me hace mucha gracia. Sobre todo cuando aseguran que Cataluña les expolia, cuando añaden que Tabarnia is not Catalonia, y que quieren ser una Comunidad Autónoma del Reino de España. Lo más grave de este asunto es que el Barça y el Español estarían en Tabarnia, que alcanzaría inmediatamente nivel internacional.

Supongo que 2018 encontrará a algunos quejándose y a otros intentando salir adelante sin tiempo para quejarse

Joan, un amigo, me felicita la Navidad, deseando que "el año 2018 sea bueno para todo el mundo, mejor que el año que acaba de transcurrir".

Yo también lo deseo, pero pienso que 2017 ha sido un año normal y que 2018 será otro año normal, en el que se amontonarán cosas que nos gustarán y cosas que no nos gustarán.

Supongo que 2018 encontrará a algunos quejándose y a otros intentando salir adelante sin tiempo para quejarse. Me gustaría que estos últimos fueran la mayoría. Entonces sí que podría yo decir a Joan que el año 2018 estaba siendo mejor que 2017.

¡¡FELIZ AÑO 2018!!

Mi deseo de que, con nuestro esfuerzo, venga repletísimo de tantas cosas buenísimas que tengamos que decir ¡basta! (Y aquí viene un emoticono de cara sonriente repetido muchas muchas veces).

Se está acabando 2017. Oigo que ha sido un año difícil, complejo, que a ver si 2018 es más fácil y menos complejo, y veo que tenemos cansancio al ver que detrás de un obstáculo viene otro y detrás de un problema, que, por cierto, no se ha resuelto, viene otro, que tiene toda la pinta de ser más lioso.

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