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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Ruido

El pseudo discurso/pseudo soflama mitinera da para mucho más, aunque no sé si puedo silbar a Els Segadors en uso de mi libertad de expresión

Foto: El presidente del FC Barcelona, Josep María Bartomeu. (EFE)
El presidente del FC Barcelona, Josep María Bartomeu. (EFE)

Ruido.

Buenos contra malos. Malos (los que antes eran buenos) y buenos (los que antes eran malos). Habilidosos y torpes. Verdades -pocas- y falsedades -muchas-.

Criterio -muy poco- y falta de criterio -mucho-. Discursos en los que se dice a la vez una cosa y la contraria. Ataque al que, en teoría, era de tu equipo y resulta que hoy no te conviene que lo sea, y no pasa nada, porque cuando me convenga, aseguraré con desparpajo que ya lo decía yo.

Como fondo, caraduras de una dureza de cara increíble. Gente que no debería atreverse a salir a la calle y que, por el contrario, no pisan su casa, porque están hablando y hablando y hablando siempre y en todo lugar.

Dentro de la cara pétrea, complejo de superioridad. Todos se consideran tocados por el dedo divino, aunque sean ateos, porque, puestos a vivir en una sociedad líquida, yo soy el más líquido, aunque sea también el más pétreo y, simultáneamente, el más viscoso. De ahí se deduce que soy más que tú.

Bartomeu, presidente del Barça, ha hablado en la presentación de un libro de Vázquez Montalbán. Se olvida del libro y suelta una soflama política

Josep Mª Bartomeu, presidente del Barça, ha hablado en la presentación de un libro de Vázquez Montalbán. Leo el resumen y me da la impresión de que se olvida del libro y suelta una soflama política. (Pienso que si el libro hubiera sido de Umbral, habría dicho aquello de "yo he venido a hablar de mi libro").

El bueno de Bartomeu ha hablado de:

1. Los silbidos al himno nacional, porque "no son para menospreciar símbolos, sino en protesta por determinadas actitudes contra el pueblo de Cataluña en los últimos años". (Supongo que este señor está en el "Comité de decisión de por qué y cuándo hay que silbar" (CDDDPQYCHQS) porque sabe las razones internas que tienen unos cuantos mozos para pitar el himno. Como mi himno me emociona, estaba enfadado con ellos, porque no sabía lo de las actitudes contra el pueblo de Cataluña y suponía simplemente que era una zafiedad grosera de unos a los que sus padres no les educaron bien).

2. Como es natural, sigue con la libertad de expresión, concepto que sirve para todo: para felicitar al que insulta a Jesucristo y a su Santísima Madre y para silbar al himno, claro.

Como es natural, sigue con la libertad de expresión, concepto que sirve para todo: para felicitar al que insulta a Jesucristo y para silbar al himno, claro

3. Puestos a aprovechar, este señor redondea su intervención pidiendo - ¿exigiendo?- respeto a todo el mundo

El pseudo discurso/pseudo soflama mitinera da para mucho más, aunque no sé si puedo silbar a Els Segadors en uso de mi libertad de expresión, o sí que puedo, porque la Generalitat no nos quería devolver las piezas de Sijena. Lo que está claro es que si tocan el himno de Arabia Saudí, o de Qatar o de algún sitio así, lo más prudente es escuchar con todo respeto, la cabeza baja y el resto del cuerpo en posición de firmes. Porque en este mundo líquido, hay quienes son partidarios de lo sólido, como ha quedado demostrado repetidas veces.

Ruido.

Bartomeu por un lado. Cifuentes -ay, que me da la risa floja- por otro. Cospedal -me duele el estómago de tanto reírme- por otro lado más.

Bartomeu por un lado. Cifuentes -ay, que me da la risa floja- por otro. Cospedal -me duele el estómago de tanto reírme- por otro lado más

Discurrir discurrir, lo que se dice discurrir, o sea, "pensar o reflexionar sobre algo", ninguno. Y me salto el complot de Errejón y Bescansa contra Iglesias; y que Trump desautorice a la embajadora en la ONU por las sanciones a Rusia; y que la rebelión de Puigdemont no sea rebelión, según el tribunal de un land alemán; y que la malversación no sea malversación, según Montoro -Cristóbal, ¡¿qué nos has hecho?!- y que todos digan que lo de la DUI y la República catalana era una broma de amigos; y que Pepe Rubianes era un prohombre como le hubiera gustado ser al Almirante Cervera; y que la plaza "Cinq d'oros" refleja lo que es Barcelona mucho más que Joan Carles de Borbó, nuestro antiguo Rey, que ahora podrá recuperar su antiguo nombre y volverse a llamar Juan Carlos de Borbón.

Ruido.

En el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, una señora, Judith Butler, filósofa post-estructuralista, habla sobre sexo y género y me desconcierta. Me desconcierta que hayan ido 300 chavales de entre 14 y 18 años. Leo la noticia y veo que el presentador fue chica y ahora es chico. Y Judith me desconcierta otra vez cuando dice que uno llega al mundo con expectativas de género heredadas. Entiendo que quiere decir que, como nací hombre, se espera de mí que actúe como un hombre.

Yo siempre había pensado que era así, y no creía que era fruto de la mala educación franquista. Me parecía de sentido común que hubiera quien naciera mujer y quien naciera hombre. Y que la mujer tuviera características femeninas y el hombre, masculinas.

Pues parece que no. Pienso que, por lo de la libertad de expresión, Judith puede decir lo que quiera. Pienso que, por lo de la libertad, los 300 chicos -no digo chicos y chicas, por si acaso- han ido a oírle y a preguntarle cosas.

Pero no sé por qué, estos críos me dan pena, porque llenos de buena voluntad, se han tragado hora y media de frases tales como "me nombraron chica y me siento bien. Perfecto, ten una buena vida de género. Esa no soy yo, por cierto". Y la noticia dice que el público rió con ganas. Mientras todo se quede en reír, psé. Lo malo es si se creen el contenido de la intervención de esa señora.

Ruido.

Dificultad para separar el trigo de la paja y, peor aún, el trigo de la cizaña.

Ruido. Fake news. Posverdad. Falsedades. Mentiras. Caraduras. Falsa libertad de expresión.

Todos tenemos derecho a decir lo que queramos.

Pero si alguna vez nos callásemos...

Ruido.

Cristina Cifuentes Josep Maria Bartomeu Íñigo Errejón