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Catexit (XXXV): esto de la libertad...
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Leopoldo Abadía

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Catexit (XXXV): esto de la libertad...

Lo que sucede no es más que el riesgo de la libertad, que, por cierto, es algo que no agradeceremos a Dios en toda nuestra vida

Foto: 'La Libertad guiando al pueblo', Eugène Delacroix.
'La Libertad guiando al pueblo', Eugène Delacroix.

Ayer jueves estaba citado con un amigo mío para desayunar. Me canceló la cita porque a las nueve de la mañana se iba a sentar delante del televisor para levantarse el viernes al final de la moción de censura. "Me molesta este mundillo, pero tengo curiosidad", me dijo, con un enfoque un poco masoquista de la vida.

Yo soy incapaz de hacer lo que hace mi amigo. Esperaré a que acabe el debate, veré los resultados y hala, a trabajar.

Lo más importante es lo del 'hala', porque, con frecuencia, somos niños distraídos, incapaces de centrarnos en algo serio, y capaces de perder horas y horas de trabajo en temas más o menos importantes.

Como a mí se me contenta con poca cosa, el hecho de que Quim Torra haya decidido presentar 'consellers' "legales", o sea, ni fugados ni presos, me ha parecido un paso adelante. Y si Rajoy, o el que venga, levanta el 155, daré un salto de alegría y gritaré: "¡Están hablando!".

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra (2-i), posa con los 'exconsellers' Antoni Comín (d), Lluís Puig (2-d) y Meritxel Serret durante el encuentro que mantuvieron en Waterloo (Bélgica). (EFE)

Yo, cuando hablo, procuro hablar. Frase que no será incluida en una antología de frases célebres y profundas, pero con la que pretendo ignorar la primera acepción que el DRAE hace de la palabra 'hablar' ("emitir palabras") y centrarme en la tercera ("comunicarse con otra persona por medio de palabras").

Hablando, se habla y se escucha. Tú dices algo; yo, callado, te escucho; yo digo algo; tú, callado, me escuchas. Y así, poco a poco, hablas, te escucho; hablo, me escuchas... y llegamos a un acuerdo o no llegamos, pero explicando por qué.

Pienso que, de algún modo, Quim y Mariano han hablado. Y han bajado un poco la presión. Poco a poco, nos odiamos menos. Ya no pienso que tú, Quim, en cuanto puedes, haces daño. Ni que Mariano te odia porque su abuelo, que en paz descansa hace muchos años, tuvo una novia catalana que al final le plantó y se casó con un socio del Barça.

Torra abre la puerta a un ''diálogo sin condiciones'' con Sánchez

Me gustaría que volviera la normalidad. Un Gobierno en Madrid gobernando. Un Gobierno en Cataluña gobernando. Dos gobiernos, el de Madrid y el de Cataluña, hablando tranquilamente, según lo que dije el otro día en mi artículo "¡Al parador!".

Alguien podrá decir que lo de los paradores, porque son dos, lo he propuesto cien veces. Craso error. Más de mil. Y estoy dispuesto a repetirlo hasta que alguien importante diga que es una idea suya y se apunte el tanto y lo haga. Ese día, yo, feliz. Y callado. Nunca diré que se me ha ocurrido a mí, porque, en confianza, eso se le ocurre a cualquiera.

Hace algunos artículos hablé de un ciclo de conferencias de Víctor Pou sobre el relanzamiento de la Unión Europea. Como el ciclo es en Barcelona, en el coloquio, es normal que alguien pregunte por las posibles relaciones de la Cataluña independiente con la Unión Europea.

Víctor se refiere a los pecados del 'procés' desde el punto de vista de la UE. Son tres:

1. La unilateralidad. (Me voy porque quiero). La UE es pactista.

2. La ilegalidad. Para irme, me salto las leyes que haga falta y si hacen falta más, más.

3. El nacional-populismo. Según el DRAE, 'populismo' es "tendencia política que pretende atraerse a las clases populares".

En estos tres campos, que molestan en Bruselas, Carles Puigdemont es un artista. Y no es el único. Por tanto, el 'procés', dirigido por un grupo de artistas como los que sufrimos aquí, tiene un futuro europeo muy feo. Feísimo.

La situación, apasionante. A las seis y media de la tarde de ayer, veo que a Mariano no le han ido bien los negocios.

Foto: Mariano Rajoy, durante la moción de censura de este jueves. (Reuters) Opinión

No sé qué pasará hoy viernes. Parece que pueden suceder muchas cosas, entre ellas que Rajoy quede como presidente en funciones durante bastante tiempo (hablan de hasta dos años).

Pero que no se olvide nadie de que los gobernantes tienen que gobernar, lo mismo que los conductores de autobús tiene que conducir el autobús y los fabricantes de tornillos tienen que fabricar tornillos.

Que no se olvide nadie, sobre todo ellos. Porque en Europa nos quieren mucho, pero ahora la prima de riesgo ha subido y las empresas se van de Cataluña excepto una que ha vuelto, y el día en que Draghi suba los intereses y los 31.750 millones que pagamos al año se conviertan en no sé cuántos mil millones más y Montoro o el que esté suba los impuestos poniendo cara de que eso es lo social, diremos que no hay derecho.

Que Puigdemont haga lo que hace; que la moción vaya de una manera o de otra, y hasta que Rajoy sea presidente en funciones son ejemplos de libertad

Un amigo mío, ya fallecido, me decía que el error de Dios fue hacernos libres. Supongo que quería la libertad solo para él. Lo que sucede no es más que el riesgo de la libertad, que, por cierto, es algo que no agradeceremos a Dios en toda nuestra vida.

Que Puigdemont haga lo que hace; que los del PP han hecho lo que han hecho; que la moción de censura vaya de una manera o vaya de otra, y hasta que Rajoy se convierta en presidente en funciones son ejemplos de libertad. En algún caso, mal utilizada.

Lo que pasa es que con uno en funciones, con el exterior catalán huido y con el interior recibiendo órdenes del exterior, la prima de riesgo se nos va a ir por las nubes.

Esto de la libertad...

Ayer jueves estaba citado con un amigo mío para desayunar. Me canceló la cita porque a las nueve de la mañana se iba a sentar delante del televisor para levantarse el viernes al final de la moción de censura. "Me molesta este mundillo, pero tengo curiosidad", me dijo, con un enfoque un poco masoquista de la vida.

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