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Leopoldo Abadía

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Virtudes cardinales

Pienso que nos hace falta mucha sencillez para atacar los problemas. Que la persona sencilla vale un valer

Foto: El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. (EFE)
El presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. (EFE)

Màxim ha durado poco como ministro. El Confidencial sacó una noticia referente a sus relaciones con Hacienda y Pedro 'le dejó caer'.

A la vez, por culpa de Florentino, a Julen también 'le han dejado caer'. Lo que pasa es que es distinto que te caigas en Madrid o que te caigas en Krasnodar, que, por lo que veo en Google, no es Babilonia la grande.

Hablo con un entendido, que considera que esto es un paso más de la lucha Federación-Real Madrid.

Tengo amigos conspiranoicos, que cada vez se lo pasan mejor. Uno de ellos me dice que su mayor ilusión sería viajar en AVE las ocho horas de su jornada de trabajo. Porque "no te imaginas lo que la gente larga", me dice. Y añade: "Los ministros, también".

Foto: Màxim Huerta, al salir de la comparecencia de anuncio de su dimisión como ministro de Cultura y Deporte, este 13 de junio. (Reuters)

Eso sí es verdad, porque un día salí a la plataforma para hablar por teléfono y me encontré con que ya estaba ocupada. No en términos de cantidad de personas, sino de calidad. Cuando yo era chaval, veía a los ministros como señores lejanos e importantes y nunca se me hubiera ocurrido compartir la plataforma con uno. Uno que, a gritos, marcaba su territorio: "¡¿Qué quieren, que lo haga el ministro?!". Y para que no hubiera dudas, aclaraba: "¡¿Qué quieren, que lo haga yo?!".

Viendo cómo se ponían las cosas, me cambié a otra plataforma, esta sin ministro, y pude hablar tranquilamente.

Los conspiranoicos siguen aquella vieja idea: todo forma parte de todo. O dicho de otra manera, no hay versos sueltos. Todo lo que pasa en el mundo está ligado. ¿Que Florentino quiere poner la zancadilla a Rubiales? Anuncia el fichaje de Lopetegui dos días antes del partido contra Portugal. Inmediatamente, si Rubiales no hace nada, se dice que es un flojo inútil y si hace algo, se sugiere que ha sobreactuado.

Pero la cosa va más allá, porque lo de Julen coincide con lo de Màxim Huerta, a quien Pedro, como ya he dicho, 'ha dejado caer'. O le ha empujado, vete tú a saber. Con esa coincidencia, la noticia de la dimisión de un ministro pasa a segundo plano.

El conspiranoico piensa que el fin último de los despidos de Màxim y Julen es ese: que lo referente a Iñaki pase a segundo plano

La cosa va todavía más allá, porque Julen y Màxim, por este orden, le quitan el poco protagonismo que le quedaba a Iñaki Urdangarin, que ha venido de Ginebra para recoger la orden de ingreso en prisión y se ha vuelto a Ginebra a preparar la maleta, aunque no sé si hace falta mucha maleta para ir a la cárcel.

El conspiranoico piensa —y dice— que el fin último de los despidos de Màxim y Julen es ese: que lo referente a Iñaki pase a segundo plano.

Luego, el conspiranoico eleva el tiro, y llega al club Bilderberg, como no podía ser de otra manera.

No me extraña. Este club es un poco raro y te da que pensar. Hace tiempo compré un libro de Daniel Estulin sobre este tema y lo dejé en la página 80, porque, al ver el secretismo de estos señores, pensaba, cuando iba por la calle, que estaba rodeado de miembros del club que me vigilaban.

Mientras escribo esto, me encuentro con un libro que habla de sencillez. De la sencillez como virtud, que hace a las personas "naturales, espontáneas, que obran con llaneza".

Pienso que nos hace falta mucha sencillez para atacar los problemas. Que la persona sencilla vale un valer. Que, con frecuencia, hay no sencillos que le echan en cara que no juega a la conspiración. "Es que no te enteras...".

Pedro Sánchez y Luis Rubiales han sido sencillos en la resolución de dos problemas, que se habrían enquistado si se hubieran dado vueltas y vueltas

Dicho de otra manera: creo que Pedro Sánchez y Luis Rubiales han sido sencillos en la resolución de dos problemas, que se habrían enquistado si se hubieran dado vueltas y vueltas a las posibles connotaciones que podían acompañarles.

Sencillez y eficacia, "capacidad de lograr el efecto que se espera".

Eficacia y justicia, "conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene".

Repito: "Es que no te enteras". Si enterarme quiere decir dedicar horas de mi tiempo a convencerme de que "todo forma parte de todo", sin tomar ninguna decisión porque estoy contemplando el panorama completo para acabar echando la culpa al club Bilderberg y vivir amargado al concluir que nos mandan unos seres que se reúnen de vez en cuando y que nos hacen bailar al son que ellos tocan, pues no me entero, trabajo con los datos que tengo y echo a Julen. (Quería decir: "y tomo la decisión").

Las virtudes cardinales que yo estudié en mi colegio, en el catecismo de Astete-Vilariño, eran cuatro: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. La prudencia, "sensatez, buen juicio", me ayudará a tomar una decisión ponderando lo que haya que ponderar, reuniendo los datos que haya que reunir, viendo las interrelaciones y... tomando la decisión. A veces, como en los casos de Màxim y Julen, todo ello en un plazo brevísimo.

Foto: Julen Lopetegui, en el aeropuerto de Krasn. (EFE)

Ahí aparece la tercera virtud cardinal, la fortaleza, que "vence el temor y huye de la temeridad". Y que es eso que te hace dar un puñetazo simbólico en la mesa: "¡Basta de elucubraciones! Se hace así y ya está".

P. S.

1. Paso este artículo a uno de mis censores y me dice que no he hablado de transparencia.

2. Que no hubiera habido problemas si Màxim le hubiera contado previamente a Pedro lo que le pasó hace años y si Julen se lo hubiera dicho a Luis.

3. En este último caso, haría falta mucha, pero que mucha fortaleza para conseguir que Florentino no hablara antes de tiempo.

Màxim ha durado poco como ministro. El Confidencial sacó una noticia referente a sus relaciones con Hacienda y Pedro 'le dejó caer'.

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