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La nueva figura jurídica

"¡Ay, no!", la nueva figura jurídica, que dejará muy tranquila a la parte de la ciudadanía que se quede libre de sospecha

Foto: El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell (c) saluda a varios conocidos a su llegada este jueves al 'village' del Open Conde de Godó. (EFE)
El expresidente del FC Barcelona Sandro Rosell (c) saluda a varios conocidos a su llegada este jueves al 'village' del Open Conde de Godó. (EFE)

En un Sant Jordi de hace unos años, firmé libros en la misma caseta que Ana Duato. Mejor dicho, firmó ella, porque cuando te ponen una compañera así, tienes todas las de perder.

(Otro año, estuve con Belén Esteban. Aquello fue peor. Unas 200 personas sacándole fotos, y yo sonriendo, por si salía en alguna. Al final, vino una de mis nietas y le firmé dos libros).

Ana seguía firmando. Pasó un matrimonio. Él le dijo a ella: "Mira, Ana Duato". Y mirándome, añadió: "Está con Imanol Arias". Se fijó más en mí y corrigió: "¡Ay, no! ¡Es Eduardo Punset!". Se fijó todavía más y, antes de confundirme con Boris Izaguirre, remató: "¡Ay, no! ¡Es Leopoldo Abadía!".

Como Ana no se había enterado, al acabar la firma se lo conté. Se rio mucho y, al despedirse, me dijo: "Adiós, Leopoldo. ¡Ay, no!".

No conozco a Sandro Rosell. Ya sabéis que, para mí, el mundo del fútbol se reduce al Zaragoza. Veo todos sus partidos y, simbólicamente, lloro, porque no está nada fino y bastante haremos si nos escapamos de bajar a 2ª B.

O sea, que, para mí, Sandro era un señor vulgar y corriente que había hecho algo malo, por lo que estaba en prisión preventiva, o sea, en la cárcel, "privado de libertad en espera de la celebración del juicio y mientras dura el mismo".

Foto: Sandro Rosell, a su llegada a la Audiencia Nacional. (EFE)

No estaba solo. Otro señor también estaba en la misma cárcel, porque también se suponía que había hecho algo malo. Este caso fue peor, porque un hijo tuvo un accidente que le ha dejado parapléjico y tuvo problemas para ir a verle, por lo del riesgo de fuga, supongo. Yo tengo una hija que, por enfermedad, quedó parapléjica y recuerdo la tremenda angustia de aquellos días.

Los dos se han pasado 643 días en la cárcel. Supongo que bien tratados, pero en la cárcel. No en una cárcel tipo Pablo Escobar. No. En lo que, en castellano, se llama cárcel.

Pasan los días, les juzgan ¡y les absuelven! En dos palabras, la sentencia es: "¡Ay, no!".

Me quedo 'bocabadat', con la boca abierta que no se me cierra. Me quedo preocupadísimo, por aquello de "¿en qué manos estamos?". Me quedo superpreocupadísimo, o, como dicen, los chavales, "lo siguiente", cuando veo el 'chandrío' jurídico que ha hecho esta gente y la inseguridad que nos da a todos. Incluido cualquiera que guarde el coche en mi garaje y que, al salir, haga una raya sin querer a un coche que está aparcado en frente o que tire una moto —la salida de mi garaje es difícil—, siendo inmediatamente acusado de terrorismo y puesto en prisión preventiva para que no se escape a Perpiñán, hasta que alguien le diga: "¡Ay, no!".

Foto: El presidente del F.C.Barcelona, Sandro Rosell. (EFE)

"¡Ay, no!", la nueva figura jurídica, que dejará muy tranquila a la parte de la ciudadanía que se quede libre de sospecha y que, como esto cunda, que dicen en mi tierra, será muy pequeña, porque casi todos estarán en la cárcel, por si acaso.

Para tranquilizarnos a todos, supongo que se fijará una indemnización importante para Sandro Rosell y para Joan Besolí, a descontar del sueldo de la jueza responsable de este cisco.

Mientras tanto, hay que dar un nombre a la nueva figura jurídica. A elegir, entre

1. ¡Ay, no!

2. Por si acaso.

3. Me equivoqué.

En cualquier caso y con cualquier nombre, una vergüenza.

No una vergüenza jurídica, no.

Simplemente, una vergüenza.

P.S. 1

'Chandrío' es un navarrismo y riojanismo que significa "desastre, estropicio gigante, daño grande, avería notoria, destrozo, rotura, caos, ruina".

P.S. 2

Veo comentarios que equiparan lo de Sandro Rosell con lo de los políticos catalanes que están en la cárcel.

A mí también me parece que llevan demasiado tiempo en prisión preventiva.

Me parece que el problema de los políticos es más complicado que el de Sandro Rosell.

Por otra parte, supongo que la huida del inefable Puigdemont no les ha ayudado nada, y las de los que le han acompañado, tampoco. Porque aunque las defensas lo hagan tan bien como lo han hecho ahora, siempre alguien puede decir que existe riesgo de fuga, y es que, visto lo visto, existe.

En un Sant Jordi de hace unos años, firmé libros en la misma caseta que Ana Duato. Mejor dicho, firmó ella, porque cuando te ponen una compañera así, tienes todas las de perder.

Sandro Rosell