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Leopoldo Abadía

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No viene otra crisis

Repaso la lista de acontecimientos con los que se enfrenta hoy una persona y que le afectan 'de alguna manera'

Foto: Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.

"Esto da para un libro", decía mi amigo de San Quirico al acabar el desayuno que recogía el artículo de El Confidencial de la semana pasada. Sí que da para un libro, que he empezado a escribir, con mi baja productividad, mis euforias y mis 'depres'. Euforias, cuando pienso que no solo voy a cumplir —por primera vez— con la fecha de entrega que me ha señalado la Editorial Espasa, sino que lo escribo en un plis plas, lo entrego en el mismo plis plas y en dos meses está la sexta edición en la calle. Depresión, lo mismo, pero al revés: no lo acabaré nunca, no saldrá nunca, si por casualidad sale no se venderá ninguno...

Como ahora me coge en un estado neutro, ni frío ni caliente, repaso la lista de acontecimientos con los que se enfrenta hoy una persona y que le afectan 'de alguna manera', frase que se suele utilizar cuando no se sabe cómo va a afectar eso a esa persona.

Foto: Taxi de Madrid. iStock Opinión
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Entre paréntesis. Me han escrito varios amigos refiriéndose a las listas. Siempre con el mismo cantar: "Te has olvidado...". Como mi lista era suficientemente larga, no la modifico. Guardo las sugerencias y cuando toque, veré si las incorporo, todas o alguna, según me parezca entonces.

Veo que no todas estas cosas son del mismo nivel y decido ponerlas en dos montoncitos: a) las que han venido para quedarse, frase inventada por no sé quién y que me parece una cursilada; a esas las llamo 'estructurales'; b) las que han venido y pienso que se irán, las 'accidentales'. Remarco lo de que 'pienso', porque estas cosas, que no han venido para quedarse, a veces cambian de opinión y se quedan.

El cambio está en lo 'estructural', lo que ha decidido quedarse y que nos golpea el hígado, frase atribuida a un famoso boxeador, según leí hace poco

Cuando yo estudiaba la carrera, se pusieron de moda las camisas negras (sin ninguna connotación política) y unos pantalones extraños, que llamaban 'vaqueros' o 'tejanos'. Como entonces yo dependía 100% de mis padres en cuanto a lo económico, les pedí que me comprasen una camisa negra y un pantalón vaquero, 'antes de que se pasasen de moda'. La moda de la camisa duró poco, pero, casi 70 años más tarde, sigo llevando vaqueros, y bien cómodo que voy con ellos. Habían venido para quedarse.

Vuelvo a los 'montoncitos'. El cambio está en lo 'estructural', lo que ha decidido quedarse y lo que nos golpea el hígado, frase atribuida a un famoso boxeador, según leí hace poco. Por lo que deduje, si te 'trabajan' el hígado, duras poco de pie.

Ayudado por mi amigo, ponemos los montoncitos encima de la mesa del bar. El camarero, ya acostumbrado a nuestras veleidades, nos ha puesto otra mesa, "para que los señores trabajen". Y empezamos a trabajar.

Algunas cosas son claramente 'estructurales'.

Otras son claramente 'accidentales'.

Sí quiero señalar unas cuantas estructurales, porque ahí está lo que nos puede desconcertar a los mayores y a los que no lo son tanto

No voy a reproducir las listas, tal como nos han salido a mi amigo y a mí. Pero sí quiero señalar unas cuantas estructurales, porque ahí está lo que nos puede desconcertar a los mayores y a los que no lo son tanto.

1. El relativismo, con sus secuelas: la corrupción, la injusticia, etc.

2. La posverdad, que trae consigo el ambiente de falsedad en las relaciones de todo tipo.

3. Las nuevas maneras de actuar por parte de la sociedad.

4. El envejecimiento demográfico.

5. Las redes sociales.

6. Lo 'políticamente correcto'.

7. El cambio climático.

8. Los 'millennials'.

9. ...

Cuando hemos llegado aquí, mi amigo pega un resoplido y dice que no sigue, que si quiero amargarme la vida, que me la amargue. Que él ya sabía que pasaban cosas raras, pero nunca las había visto 'juntas'. Y que no quiere más sugerencias, que con lo que tenemos ya se ha hundido definitivamente.

Añade varias cosas:

1. NO viene otra crisis. Ya estamos metidos en esta hasta las amígdalas inclusive.

Foto: Imagen de Gerd Altmann en Pixabay. Opinión
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2. Esta es mucho peor que la anterior. Aquella, simplemente, fue el resultado del trabajo de unos sinvergüenzas que inventaron un producto y con el producto montaron la gran estafa.

3. Calcular la duración de la primera era relativamente fácil. La dificultad estaba en determinar la 'dimensión'.

Se para y dice:

"Aquí ha habido un cambio enorme. Y yo no me había enterado. Pero no un cambio en las reglas del juego. Es un cambio mucho más serio. Nos han cambiado la sociedad. Y yo, sin enterarme. Cuando tú me dijiste que era un cambio de 'paradigma', pensé '¡otra bobada de Leopoldo!'. Pero tenías razón". Luego sonríe: "Aunque no sé qué quiere decir 'paradigma".

"Ha habido un cambio enorme. Y yo no me había enterado. Pero no en las reglas del juego. Es un cambio más serio. Nos han cambiado la sociedad"

Está que echa humo. Como me ve un poco derrotadillo, añade lo que yo ya sospechaba y me daba miedo escuchar:

1. Esto NO es una crisis. Es mucho más profundo.

2. ¿Cuando se acabará? NUNCA.

Se levanta y se va.

Pido la cuenta. Hoy pago yo. Porque, además, estoy de acuerdo.

"Esto da para un libro", decía mi amigo de San Quirico al acabar el desayuno que recogía el artículo de El Confidencial de la semana pasada. Sí que da para un libro, que he empezado a escribir, con mi baja productividad, mis euforias y mis 'depres'. Euforias, cuando pienso que no solo voy a cumplir —por primera vez— con la fecha de entrega que me ha señalado la Editorial Espasa, sino que lo escribo en un plis plas, lo entrego en el mismo plis plas y en dos meses está la sexta edición en la calle. Depresión, lo mismo, pero al revés: no lo acabaré nunca, no saldrá nunca, si por casualidad sale no se venderá ninguno...

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