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Las pavorosas palabras del asesor de Revilla para el coronavirus: "Kaliyuga en España"
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Carlos Prieto

Diario de la pandemia

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Las pavorosas palabras del asesor de Revilla para el coronavirus: "Kaliyuga en España"

Tenía que pasar: la pandemia ha entrado en modo proliferación de profetas apocalípticos

Foto: Revilla con unos animales.
Revilla con unos animales.
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Hola amigos. Yo soy Miguel Ángel Revilla, y usted no lo es.

Bienvenidos a los diarios de la pandemia.

Ahora que Juan Carlos I está más achicharrado que el cutis de Julio Iglesias, España podía haber caído en un peligroso vacío de poder campechano. Afortunadamente, existe Miguel Ángel Revilla, que ha dado un paso al frente redoblando su campechanismo, tarea de riesgo en un contexto pandémico traumático y poco dado a los chascarrillos. Por ejemplo: cuando Revilla viene a Madrid a importantes reuniones sobre el covid-19, nos informa a todos los españoles del asunto. He aquí un buen servidor público que no oculta nada...

Sí, quizá Revilla nos informe más de la cuenta, igual da detalles que se podía ahorrar, pero bienvenida sea la transparencia en estos tiempos de opacidad y 'fake news'. Pero vamos a lo importante: el canario de Revilla. TENEMOS QUE HABLAR DEL CANARIO DE REVILLA. Bien. Antes de seguir por ese tortuoso camino, una aclaración: el canario no es el animal estrella del zoo de Revilla, sino el avestruz.

Miguel Ángel Revilla, presidente de Campechanistán, bonita región limítrofe con Asturias, visitó hace unos días el parque animal de Cabárceno. Mientras Revilla dirigía unas palabras a la nación, un avestruz se colocó a su vera, como solo un hombre de confianza o un asesor estrella haría. Twitter se burló de la prensa por no preguntarle nada al avestruz. Muchas risitas, pero ¿y si el avestruz de Revilla sabe cosas del coronavirus que los humanos no sabemos? ¿Acaso estaríamos peor gobernados por un avestruz que por un Bolsonaro? ¿Seguro?

Analicemos con detalle el monólogo de Revilla sobre la apertura de Cabárceno: "Hemos tomado todas las medidas para que no haya ningún tipo de problema... Sí la gente se comporta de manera adecuada, guardando las distancias... El recinto de los gorilas tiene también su limitación... Hay que volver a funcionar, activar la economía. El virus no está liquidado del todo, probablemente vamos a tener que convivir con él un tiempo, pero la pandemia está muy controlada y en Cantabria tenemos unos datos extraordinarios". Y se corta la escena. ¿Qué pasó después? Yo me planteo tres escenarios:

1) Revilla dice LA PANDEMIA ESTÁ MUY CONTROLADA, el avestruz salta sobre él, le devora y los periodistas huyen enloquecidos. 2) Revilla dice EL PARQUE ES 100% SEGURO. HAY QUE REACTIVAR LA ECONOMÍA, y acto seguido, un tiranosaurio rex arrasa con todo (sería un gran remake cántabro de 'Parque Jurásico' por Nacho Vigalondo). 3) Un periodista pregunta al avestruz por el coronavirus y el animal contesta: "Se cura bebiendo lejía".

Pero vamos a centrarnos; lo que quiero decir es lo siguiente: cuando un avestruz interrumpe el discurso de nuestro mejor estadista, es que el Apocalipsis está al caer. Es una señal clamorosa. Si los periodistas le hubieran preguntado, el avestruz habría dicho: "Kaliyuga en España". ¿Cómo? Kaliyuga, la edad terminal del universo según el hinduismo, la fase negra, los días antes del fin de la raza humana. ¿Kaliyuga? Pedro Sánchez para los amigos.

Foto: La escala cromática estilística de Fernando Simón. (EFE) Opinión


El fin del mundo

Tenía que pasar. Ya tardaba. La pandemia ha entrado por fin en modo proliferación de profetas apocalípticos. Si el avestruz de Revilla cree que puede venir a España a anunciar el fin del mundo, debería saber algo: la competencia es feroz y podría pasar desapercibida... que es lo que le ha ocurrido a Álvaro de Marichalar, ex cuñado de la infanta Elena. Me explico: esta semana ha viralizado un vídeo de Marichalar cargando contra Pedro Sánchez desde las calles de Miami. "Estamos siendo utilizados por una banda criminal organizada... Llevan muchos años con un plan, que ahora tiene su fase final, ante la cual todos los españoles hemos estado cobardemente callados... Hay que salvar a España de la mafia organizada de socialistas y comunistas", vocifera Marichalar entre brisas caribeñas. Kaliyuga.

Durante el quilombo independentista catalán, Marichalar viralizó a diario sus performances callejeras desgarradoras sobre la ruptura apocalíptica de España, pero con el coronavirus ha tardado varios meses en que le hagamos casito. ¿Por qué? Quizá porque, tras 80 días confinados, todos somos ya Álvaro de Marichalar, y el que no está gritando por la ventana que hay un golpe de Estado en marcha, es un paria social.

El clima es el siguiente: Isco Alarcón, jugador del Real Madrid, puso en Twitter "me gusta" al logo: "All Cayetanos Are Bastards". ¿La respuesta de Alfonso Ussía? "Este tío, culibajo y raro, con barba yihadista, y multimillonario por la gracia de Florentino Pérez, no merece seguir en el Real Madrid". En efecto, palabras mesuradas de Ussía, escritas tras una elaborada reflexión interna, un canto a la armonía y al entendimiento. Kaliyuga.

Ser un 'bocachancla' apocalíptico, en definitiva, se ha puesto carísimo. ¿De qué sirve llamar ladrón a Sánchez cuando alguien llama yihadista a Isco? ¿A quién le importa que el Gobierno mienta cuando Hezbolá va a patrocinar al Real Madrid las próximas cinco temporadas?

Es decir: ya nadie hace caso a Marichalar cuando va por la calle increpando a Sánchez con un embudo en la cabeza. Marichalar va a tener que prenderse fuego si quiere recuperar nuestro cariño. Marichalar se ha convertido en un blando. ¡Qué pena, de verdad, qué pena! ¡Con lo que él ha sido! Marichalar es un reformista del apocalipsis, un tecnócrata del catastrofismo, un filosocialista, cualquier día se le va a caer un carnet de Podemos del bolsillo y va a tener que dar muchas explicaciones. Don Álvaro, entre usted y yo, ¿no será usted un poco rojete?

En efecto, si Marichalar era antes el tronado del pueblo, ahora es la nueva normalidad, el 'mainstream'. Ya hay más profetas apocalípticos en España que en 'La vida de Brian', dónde barbudos con la mirada extraviaba vociferaban hecatombes para atraer a la plebe, y la cosa escalaba hasta el absurdo. La competencia entre profetas catastrofistas es salvaje en Celtiberia. España es la nueva Judea año 0. Por la mañana nos dicen que Sánchez ha dado un golpe de Estado; por la tarde, que Vox ha dado un contragolpe de Estado, y por la noche, Cayetana anuncia una plaga de langostas (bolivarianas) y Echenique escribe un tuit bochornoso. Entre medias, al Gobierno no le va mal en las encuestas polarizadas. Kaliyuga.

En medio del aguacero apocalíptico, no es fácil captar la atención de los españoles, y lo siguiente serán titulares del tipo: "Alfonso Ussía explota de ira y provoca un apagón general en Madrid". "Sánchez envía una bestia que echa fuego contra el Barrio de Salamanca". "Una serpiente de cinco cabezas derriba al Gobierno". "Jericó donará sus trompetas a España 'porque ellos las necesitan más'" (bonito gesto solidario del pueblo de Jericó).

Ah, y aparte de eso, han abierto las terracitas (se lo digo por si se quieren tomar algo fresquito antes de la llegada del Armagedón).

Resumiendo: o la avestruz de Revilla empieza a dar aullidos en latín y a devorar presidentes campechanos, o va a caer en el ostracismo. Kaliyuga, kaliyuga y kaliyuga. El milenarismo va a llegar. Chupito.

PD: Y ahora vamos con la entrevista al canario de Revilla. Rufo, saluda a estos señores: "¡Qué pasa peña!".

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Hola amigos. Yo soy Miguel Ángel Revilla, y usted no lo es.