Tamara Falcó nunca imaginó "que Mallorca fuera tan grande"

En Mallorca, siempre se llega a la temporada estival con retraso, porque en la isla es verano durante el año entero. Por ejemplo, y con todo agosto en perspectiva, ya ha sido pronunciada la frase que arrastrará a la añada de 2008 hacia la historia. Surgió de los labios de Tamara Falcó –cosecha de Isabel Preysler con uvas del marqués de Griñón–, en la fiesta de Codorniú, que supone una afrenta al viticultor paterno. La asombrada heredera sentenció que "nunca creí que Mallorca fuera tan grande". Suerte que no cerró la comparación, en un "tan grande como los viñedos de papá".

El príncipe heredero de Tailandia –a quien abreviaremos en Maha Vajiralongkorn– se adelantó a las apreturas de la Copa del Rey. Su estancia iba a limitarse a una noche, pero se encontró tan a gusto en el hotel Mardavall, establecimiento que ha albergado desde los Rolling Stones hasta Zapatero, pasando por Van Nistelrooy, que prolongó su estancia un fin de semana. Su séquito ocupaba media docena de habitaciones. Su madre, la reina Sirikit, ya había visitado tierras mallorquines. Su padre, el rey Rama IX, es uno de los escasos jefes de Estado del planeta –junto a Isabel II de Inglaterra o el gabonés Omar Bongo– con más tiempo en el cargo que Juan Carlos de Borbón. De hecho, Maha tiene 56 años, todo un presagio para Don Felipe.

El príncipe Maha ha estado casado tantas veces como la suma de bodas de los hijos de los Reyes españoles. O sea, tres. Al llegar a Mallorca se hizo subir una cinta para correr a su 'suite'. Acostumbrados a campar a sus anchas en Tailandia, sus guardaespaldas circulaban sin consideración alguna por las normas de tráfico vigentes. Al ser castigado un vehículo de la escolta con una multa por mal aparcamiento, las protestas de los tailandeses subieron de tono, y estuvieron a punto de desembocar en un incidente diplomático que recuerda a la detención en Suiza de un hijo de Gadafi, otro visitante de Mallorca.

Admitamos que en la isla tampoco se multa a los reyes autóctonos, pero sería impracticable la extensión de tal privilegio a las dos docenas de monarcas y allegados que visitan anualmente la isla. Para ello, sería necesario reservar espacios en las principales arterias de Palma, cuya exclusividad se identificaría pintando una corona regia sobre el asfalto. Estarían siempre ocupadas, si aceptamos a Constantino como rey de compañía.

Los constructores han desaparecido de la isla

Para encontrar vínculos entre Mallorca y Tailandia hay que remontarse al pseudopríncipe georgiano Zourab Tchokotoua, que dejó su estela de negocios polémicos en Bangkok y alrededores. La ausencia del amigo del Rey obliga a repasar la fauna que merodea en los alrededores de la Copa del Rey, trofeo singular en cuanto colocado bajo la advocación de uno de los participantes. Tras el apogeo y caída de los Mario Conde y Javier de la Rosa, los financieros desaparecieron del entorno de la competición náutica. Este año, los constructores se han esfumado asimismo de los pantalanes de la Copa del Rey. No tienen crédito.

Los palos de los veleros pueden competir en prestancia con el airoso mástil en el chalet mallorquín de Mónica Ridruejo, sobre el que ondea una bandera española decorada. Quien fuera primera directora general de RTVE con Aznar se acaba de casar en Mallorca con Santiago Cervera, ex consejero navarro de Sanidad, hoy diputado y portavoz adjunto del PP en el Congreso. Acudieron al enlace Soraya Sáenz de Santamaría y Rajoy. El presidente popular destacó que él sí llevaba corbata al enlace, a diferencia de los ministros 'casual' de Zapatero.