Ted Kennedy naufragó en Mallorca

Ted Kennedy ha sido despedido con honores de Lady Di. El último miembro con posibilidades presidenciales de la Sagrada Familia norteamericana -porque Obama intentó promocionar infructuosamente a Carolina Kennedy, hasta que sus deslices dejaron pequeña a Sarah Palin- también estuvo en Mallorca, por lo menos en dos ocasiones. Admitamos la fugacidad de las visitas, incluso el carácter estrambótico de una de ellas, pero las estancias merecen pese a ello un lugar en los obituarios. Máxime cuando el senador vitalicio, porque el Congreso fue prácticamente la única actividad de su existencia, dejó un mensaje efusivo de su paso por la isla en julio de 1968. "Quiero enviar un cordialísimo saludo a esta isla de Mallorca, que ya conocía a través de continuas y elogiosas referencias de mis hermanas, que han pasado aquí largas y muy felices estancias". Se refería en concreto a Jean Kennedy, penúltima de las hermanas antes del propio Ted, y que veraneaba habitualmente en Formentor, como haríamos cualquiera de nosotros si pudiéramos. Estaba casada con Stephen Smith, el jefe de campaña del malogrado Bob Kennedy.

 

Al desembarcar en Mallorca hace cuarenta años, Ted Kennedy le solicitó al cónsul norteamericano Tummy Bestard una barca "para ir al centro de la bahía de Palma y desconectar". Ante la extrañísima petición, su guía en la isla le ofreció una embarcación de reducidas dimensiones y dotada de un motor de cinco caballos. Por desgracia, la cáscara de nuez agotó su combustible. Hacía viento y el agua entraba en la barca, así que el senador y el mallorquín se dispusieron a remar. El primero tenía dificultades para empuñar el remo, debido a que le ceñía el tronco una faja que dificultaba sus movimientos. Burla burlando llegaron a la altura de un espectacular yate que se hallaba fondeado en la bahía.

 

El propietario de la fenomenal mansión flotante no era otro que Sam Spiegel, productor entre otras de 'Lawrence de Arabia' y 'El puente sobre el río Kwai'. Ni corto ni perezoso, el todavía joven Kennedy se dejó rescatar por su compatriota. Una vez a bordo, el grupo zarpó hacia el sur de Francia y sus innumerables tentaciones. El donjuán había vencido una vez más al político con notorias responsabilidades, despreocupado incluso del equipaje que abandonaba en Palma. En la capital se había alojado en el hotel Meliá Victoria, hoy propiedad de Gabriel Escarrer.

 

La fecha en que se desarrolla la peripecia náutica de Ted Kennedy adquiere relevancia en su biografía. Un año más tarde, el miembro de la dinastía de Boston volvió a naufragar mientras se hallaba embarcado en una aventura sexual. Su coche cayó por el puente de Chappaquidick, pero esta vez no contaba con un salvavidas que arrancara de las aguas sana y salva a su acompañante, Mary Jo Kopechne. Allí acabaron sus expectativas de llegar a la Casa Blanca, pero no su vinculación con Mallorca.

 

William Kennedy Smith, sobrino de los Kennedy, se hizo tristemente famoso en 1991. Después de una juerga etílica con su tío Ted Kennedy en Florida, fue acusado de haber violado a una joven en el complejo que la familia posee en Palm Beach. Aunque finalmente absuelto, el escándalo castigó duramente de nuevo al senador. Pues bien, Kennedy Smith también era un veraneante asiduo en Mallorca, aunque el flequillo que lucía en la isla contrastaba con su ficha policial en la oficina del sheriff de West Palm Beach. Ya en su infancia destacó en la isla por poseer un carácter conflictivo, que sus padres pugnaban por domeñar. Aquí acaba la conexión mallorquina del senador fallecido, y no, no existen pruebas solventes de que Michael Jackson visitara Mallorca. Tampoco Elvis, por lo menos hasta la fecha.