Es noticia
Nada de Baleares: ella quiere ir a Asturias
  1. España
  2. Diario Robinson
Matías Vallés

Diario Robinson

Por

Nada de Baleares: ella quiere ir a Asturias

En los albores de este oscuro verano tormentoso, Mallorca tenía que conformarse con la calderilla de la Familia Real. Esta semana llegan los pesos pesados, con

placeholder

En los albores de este oscuro verano tormentoso, Mallorca tenía que conformarse con la calderilla de la Familia Real. Esta semana llegan los pesos pesados, con la inmarcesible Letizia como avanzadilla, ayer mismo, aunque después tuvo que regresar a la Zarzuela. El abrupto paréntesis en la rutina laboral que llamamos vacaciones nos confronta con nuestro papel en el mundo.

En este autoexamen, ha de ser duro reencontrarse con la isla un año más sin reinar todavía, y quizás a la misma distancia del trono que doce meses atrás. En especial, cuando la princesa de Asturias y de Girona –esta duplicidad geográfica será capital en nuestra historia de hoy– no comparte la pasión mallorquina de su familia política. Hasta ahora, el desapego era un secreto a voces sin reflejo documental. Sin embargo, un exitoso libro aparecido recientemente en la lengua catalana –con perdón– confirma que la futura reina intenta desplazar a Mallorca del foco estival regio.

Pese a la indudable querencia democrática de los mallorquines, no es lo mismo veranear en la isla como princesa o como reina. La diferente categoría posee una traducción inmobiliaria concreta, porque los Reyes ocupan el palacio de Marivent, volcado sobre el mar con una intensidad que permite olvidar el entorno degradado –la única residencia regia con una parada de autobús a la puerta– y los príncipes de Asturias y Girona deben conformarse con la coqueta residencia de Son Vent, un escalón por debajo.

Es sabido que las infantas Elena y Cristina disfrutan de viviendas individualizadas en el complejo palaciego, con lo cual los miembros de la Familia Real pueden compartir veraneo sin apearse de los enfrentamientos entre cuñadas que han germinado en los últimos tiempos. Sea porque considera que su descanso estival merece aposentos más lujosos, o porque desearía alejarse de las hijas de los Reyes, la princesa Letizia preferiría encontrarse por estas fechas en  su Asturias natal.

A las pruebas nos remitimos. Rafael Nadal fue director de El Periódico de Cataluña y recogió en el libro Els mandarins sus encuentros con reyes, príncipes y presidentes de diferentes gobiernos. Esgrimiendo una candidez inhabitual entre los periodistas que disfrutan de acceso a los poderosos, ha desnudado la intimidad de sus personajes. El resultado ha logrado un inusitado éxito, plasmado en media docena de ediciones. 

El capítulo relativo a Mallorca recoge la comida que mantuvieron los Príncipes de Asturias con un grupo de intelectuales gerundenses, entre quienes figuraba el propio Nadal. En el transcurso de la reunión, se sugirió al heredero y esposa que, dados los lazos catalanes que sella la Fundació Príncep de Girona, los futuros reyes podrían veranear al menos una semana en Girona.

Cadaqués y otras leyendas urbanas

Recogemos textualmente la reacción de Letizia y Felipe a la iniciativa de dispersión geográfica. "A ambos se les escapó un punto de decepción y de tristeza, por primera vez en toda la comida. Confesaron que no se atreven a romper el ritual de las vacaciones oficiales en Mallorca. Inmediatamente después de casarse, intentaron añadir una semana asturiana al calendario y los editoriales de la prensa de Balears les crucificaron".

Nadal añade que "la princesa Letizia parecía especialmente afectada". La futura reina agregó que "ya sabéis que he estado muchos años viniendo a la Costa Brava y que conozco casi todos los campings entre Blanes y Cadaqués". Uno de los comensales completó que "sí, y parece que la princesa dejó muchos corazones rotos". La aludida interrumpió con un categórico "esto es una leyenda urbana". Dura tarea la de reinar, siempre con el pasado a cuestas.

placeholder

En los albores de este oscuro verano tormentoso, Mallorca tenía que conformarse con la calderilla de la Familia Real. Esta semana llegan los pesos pesados, con la inmarcesible Letizia como avanzadilla, ayer mismo, aunque después tuvo que regresar a la Zarzuela. El abrupto paréntesis en la rutina laboral que llamamos vacaciones nos confronta con nuestro papel en el mundo.

Baleares