Es noticia
Decepción en Mallorca por el nombramiento de Spottorno en vez del isleño Dezcallar
  1. España
  2. Diario Robinson
Matías Vallés

Diario Robinson

Por

Decepción en Mallorca por el nombramiento de Spottorno en vez del isleño Dezcallar

La primera medida que adopta el Rey en cuanto llega a Mallorca consiste en despojarse de la asfixiante indumentaria invernal para adoptar el estilo 'Miguel Sebastián

La primera medida que adopta el Rey en cuanto llega a Mallorca consiste en despojarse de la asfixiante indumentaria invernal para adoptar el estilo 'Miguel Sebastián radical chic', sin sombra de una corbata. Pese a ello, durante las casi cuatro décadas de reinado de Juan Carlos de Borbón hay un miembro del 'entourage' regio que conserva el aspecto invernal y vigilante, transmitiendo la sensación de que su estancia en Mallorca se debe a circunstancias laborales y no tiene nada que ver con las vacaciones. No nos referimos a Letizia Ortiz, sino al jefe de la Casa del Rey, el segundo del monarca. 

Centrarse en su figura parece pertinente tras el cese de Alberto Aza y su sustitución por Rafael Spottorno, que fue número tres antes de ascender a dos. En la isla añaden a sus funciones tradicionales y legisladas la labor de representación del monarca en aquellas invitaciones frívolas que el jefe del Estado no puede atender, o no tiene ninguna intención de hacerlo. Imaginen la desazón de los anfitriones mallorquines que habían prometido a sus invitados que "tal vez venga el Rey", y se encuentran con una figura de indiscutible perfil diplomático pero sin que la perspectiva de fotografiarse a su lado mejore las expectativas en 'facebook'.

La Casa es el ejecutivo del Rey. El último relevo llegó durante el veraneo mallorquín, para hacer efectiva la letanía de que el jefe de Estado no se toma vacaciones. La nota oficial tiene las dimensiones de un 'tweet' y se hizo pública un domingo de agosto. Es tan astringente que no cuenta con un solo elogio o agradecimiento al saliente. La sustitución canicular de Aza por Spottorno confirma que el Rey se desprende de los responsables de su entorno a la misma velocidad que cambia de primer ministro, en este caso por medio de unas elecciones.

Una interpretación freudiana debería dilucidar si reemplaza a su hombre de máxima confianza cuando desearía hacer lo propio con el presidente del Gobierno. Hasta la fecha ha reinado con seis primeros ministros –incluidos los episódicos Arias y Calvo Sotelo– y cinco jefes de la Casa, un cargo de alto riesgo cuyos sucesivos ocupantes encarnan las distintas fases de la biografía del  trono, siempre bajo la pretensión de adaptarse a tiempos cambiantes.

El análisis patriótico obliga a consignar que Mallorca ha vivido con cierta decepción el relevo de Aza por Spottorno, dado que las quinielas avanzaban desde antiguo que la jefatura recaería en el isleño Jorge Dezcallar, el embajador en Washington que ha sorteado magistralmente los escollos de gobiernos socialistas y populares –hombre de máxima confianza de González y Aznar, el primer civil al frente del CNI– y que mantiene una excelente relación con Don Juan Carlos.

Hace un año, con motivo de la visita relámpago de Michelle Obama a Marivent, Dezcallar y Aza se reunieron a manteles en el restaurante del Club de Mar palmesano, mientras a unos metros tenía lugar la cumbre hispanoestadounidense. El representante español ante la Casa Blanca hubiera cerrado el ciclo insular que se abrió con el primer jefe de la Casa, Nicolás de Cotoner. El marqués de Mondéjar fue un mallorquín casi desconocido en su propia isla, que es la forma más auténtica de ser mallorquín.

Sabino como modelo

El jefe de la Casa no se aloja en dependencias de Marivent, porque las dimensiones del recinto no lo permiten. Se instalan en un hotel de cinco estrellas de las proximidades –Sabino Fernández Campo en el Victoria, sus sucesores en Mardavall–, aunque quizás la calidad del albergue deba reconsiderarse cuando estamos en el primer año en que el presupuesto discrecional de la Casa ha experimentado un recorte cercano al cinco por ciento, de 8,9 a 8,5 millones de euros, situándose a niveles de 2007.

Casi dos décadas después de su salida intempestiva, Fernández Campo sigue siendo el modelo de los sucesivos primeros ministros de La Zarzuela. Le entrevisté en una visita a Mallorca, libre ya de los corsés del cargo. Reconocía  la labilidad de un puesto sujeto a la voluntad cambiante del jefe de Estado, aunque lamentaba el papel jugado por Mario Conde en su reemplazo. Se culpa al militar de una maniobra junto a la Reina para trasladar el veraneo regio de Marivent al palacio cántabro de Sobrellano. La conspiración palaciega fue desbaratada por Don Juan Carlos en menos de 24 horas, con otra nota escueta –en aquellos tiempos no había 'Twitter'– que revalidaba a Mallorca como residencia estival.