Es noticia
La desaparición de la Familia Real
  1. España
  2. Diario Robinson
Matías Vallés

Diario Robinson

Por

La desaparición de la Familia Real

El Rey ha estado menos de una semana en Mallorca. Un veraneo ridículo, casi de proporciones republicanas. No cabe extrañar la urgencia del monarca por abandonar

El Rey ha estado menos de una semana en Mallorca. Un veraneo ridículo, casi de proporciones republicanas. No cabe extrañar la urgencia del monarca por abandonar la isla, dado que la Reina se encuentra en Marivent y que su mayor preocupación mutua consiste en no coincidir. Será casualidad, pero los índices económicos se aliviaron en cuanto el jefe de Estado y de Gobierno se tomaron unas jornadas de asueto, por lo que quizás no deberían precipitarse en reasumir sus funciones. En lugar de exigir austeridad a sus gobernantes, los ciudadanos deberían sufragarles más yates públicos, para que surquen los mares mientras el país se recupera. Se confirma que es más fácil rescatar a España que a Rajoy.

Una semana de vacaciones del Rey a 20 millones de euros, la cantidad que los habitantes de Baleares abonan para mantener Marivent en perfecto estado de revista, seguridad al margen. Por 2.000 euros se puede pagar la misma estancia en un hotel de lujo de la isla, pero la brevedad debe preocuparnos más que el precio. Hace 60 años que Juan Carlos de Borbón veranea en Mallorca, desde los tiempos en que sus posibilidades de reinar distaban de estar garantizadas. A lo largo de esas décadas, nunca el veraneo regio había sido tan corto. Llegó a prolongarse durante dos meses, con un periodo mínimo garantizado de cuatro semanas. A menudo, el jefe de Estado reinaba solitario en su palacio palmesano, una vez finalizada oficialmente su estancia.

Su mayor preocupación mutua (Rey y Reina) consiste en no coincidir

La Reina luchaba hace años por arrancar al Rey de Mallorca y de las amistades peligrosas que frecuentaba en la isla, con linajes como Tchokotoua, Gayá, Oliver o Vilallonga. Por fin Doña Sofía ha logrado su propósito y ha ahuyentado al monarca, con lo que ella adquiere el rango de Reina de Mallorca, que hace unos años desempeñaba María Antonia Munar. Antes de que la competencia geográfica aproveche este veraneo de bolsillo para certificar la debilitación o extinción de Marivent como sede estival de los Reyes, recordemos que no se trata de la disolución del verano mallorquín, sino de la desaparición de la Familia Real. Lo que el mar les dio, el mar se lo quitó, bendito Mediterráneo. Y si no creen demasiado en las virtudes de este lago camuflado, observen la mirada triste de Cristina de Borbón en la portada de '¡Hola!', desde un exilio cantábrico que le envidiamos las víctimas de un agosto por encima de los 35 grados.

Los Reyes no han coincidido este verano con más de uno de sus tres hijos, y la preferida del monarca ha sido desterrada de Mallorca por orden expresa de su padre. Los nietos tampoco han estado al mismo tiempo en la isla donde tradicionalmente compartían su veraneo. Así que pasen unos años, y dada la perennidad de la información que almacena Google, los hijos de Cristina de Borbón tendrán oportunidad de preguntarse por qué las hijas de Letizia no aterrizaron en Mallorca hasta que ellos hubieron despegado. Doña Sofía lo tiene difícil para ejercer de abuela con las dos nietas que ocupan las posiciones dos y tres en la sucesión al trono. Su madre las vigila celosamente –excepto este año, en que viajaron a Son Sant Joan sin ella– y prefiere encomendarlas a un funcionario cualificado.

Familia Real es un eufemismo o un circunloquio ante el proceso acelerado de desintegración emprendido por sus miembros

Sin embargo, y aquí llega el 'tour de force' de este artículo, la aparente implosión de la Familia Real puede fortalecer a la monarquía. La poda de las ramas del árbol genealógico que han pasado a ocupar un rol subsidiario reverdecerá las figuras troncales, con el único daño colateral de la pérdida de materia prima para la prensa rosa. Comoquiera que sea, el vodevil de puertas giratorias de Marivent ha demostrado que la Familia Real es un eufemismo o un circunloquio –una palabra larga y enrevesada, en todo caso–, ante el proceso acelerado de desintegración emprendido por sus miembros. Así se comprenderá mejor la deuda estatal con Mallorca, la isla modesta que durante décadas ha concentrado en un contenedor mínimo a seres tan dispares. Con el ahorro consiguiente en desgaste psicológico y en euros.

Casa Real