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Lo de Maleni es una broma de mal gusto, sobre todo cuando hay vidas en juego
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Lo de Maleni es una broma de mal gusto, sobre todo cuando hay vidas en juego

El diputado del PP, Andrés Ayala, le va a preguntar este miércoles a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, Maleni, por el derrumbe del techo del

El diputado del PP, Andrés Ayala, le va a preguntar este miércoles a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, Maleni, por el derrumbe del techo del túnel de las obras del AVE Madrid-Valencia en el tramo entre Aranjuez y Ontígola. Puede ser que ocurra un milagro y la ministra asuma su responsabilidad, no por el hecho en sí, sino por el oscurantismo con el que su Ministerio ha llevado todo este asunto, hasta el punto de que nos hemos enterado del suceso unos días más tarde. Pero, como digo, eso sería un milagro y no parece que éste sea tiempo de acciones sobrenaturales, así que me temo que, como siempre, Maleni sacará lo peor de sí misma, su estilo bronco y tabernario, para acabar culpando al PP de la muerte de Manolete. Cualquier cosa con tal de eludir su responsabilidad, que la tiene, y muy grande, en este como en otros muchos asuntos, algunos de los cuales –como el accidente del avión de Spanair en Barajas- han tenido un alto precio en vidas humanas. Desde aquel famoso incendio de Guadalajara en el que murieron 11 personas y en el que Maleni compartió responsabilidades con la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y con las autoridades castellano-manchegas, nuestra titular de Fomento no ha hecho otra cosa que acumular escándalo tras escándalo en su gestión, sin que por ello se le haya corrido el rímel, que la doña es muy suya.

 

Lo de Maleni es de juzgado de guardia. En cualquier país serio la Justicia habría abierto ya una investigación de oficio, no porque sea culpable de delitos por acción, pero sí por haber hecho dejación de funciones. En su haber cuenta con el hundimiento del Carmel, los desastres de las obras del AVE a Barcelona y Málaga con cataratas del Niágara incluidas, varias nevadas –la última este fin de semana- con consecuencias desastrosas para los automovilistas por falta de previsión y de preparación, semanas de parón del transporte ferroviario de cercanías en Barcelona, un accidente aéreo en el que los servicios de emergencia se activaron tarde y mal y eso pudo haber costado la vida de muchas personas y, lo último, el hundimiento de un túnel en las obras del AVE a Valencia que igual que se ha saldado sin víctimas podía haber sido un drama. Pero, según los responsables de Fomento, es normal que se vayan hundiendo túneles en las obras del AVE. Ocurre todos los días. De hecho, no nos lo contaron porque estamos ya tan acostumbrados… Esta mujer va a dejar el ministerio hecho un erial. Y, si la dejan, el país también. Es un peligro andante: debería llevar por delante y por detrás algún tipo de señalización de precaución, o un cartel con una calavera colgada de algún lado, con permiso de Gallardón no sea que el alcalde la multe por hacer publicidad callejera.

La gestión de esta mujer al frente de Fomento pasará a la historia por la acumulación de desastres. Pero no es que sea ceniza, que no lo es, sino que todo lo que le ocurre es fruto de su absoluta inoperancia, de su incapacidad, de su mal hacer y, sobre todo, de la altivez con la que rechaza cualquier crítica o consejo sobre su gestión. Y, encima, se comporta como la peor de las censoras de un régimen totalitario: haciendo lo imposible porque una noticia como el hundimiento del túnel en las obras del AVE no llegue al gran público, intentando evitar que la ciudadanía se entere de los desastres de su gestión. Maleni es una especie que, si no existiera, habría que inventarla, por curiosa y rara. Es como una cupletista de la política, una tonadillera de la obra pública que, seguramente, haría más papel en Salsa Rosa que en el Telediario. Se le va la fuerza por la boca, saca a pasear su lengua viperina, pero nada de todo eso puede esconder la nulidad de su gestión y las consecuencias graves de la misma. En cualquier país serio, ya habría sido destituida hace tiempo, pero este país ni es serio ni lo parece, al menos mientras siga siendo presidente este tal Rodríguez al que no le duele en prendas mantener en el Ejecutivo a una ministra que acumula desastres y cadáveres en el armario. Pero le acabará pasando tanta factura como la propia crisis y, si no, ya lo verán.

El diputado del PP, Andrés Ayala, le va a preguntar este miércoles a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, Maleni, por el derrumbe del techo del túnel de las obras del AVE Madrid-Valencia en el tramo entre Aranjuez y Ontígola. Puede ser que ocurra un milagro y la ministra asuma su responsabilidad, no por el hecho en sí, sino por el oscurantismo con el que su Ministerio ha llevado todo este asunto, hasta el punto de que nos hemos enterado del suceso unos días más tarde. Pero, como digo, eso sería un milagro y no parece que éste sea tiempo de acciones sobrenaturales, así que me temo que, como siempre, Maleni sacará lo peor de sí misma, su estilo bronco y tabernario, para acabar culpando al PP de la muerte de Manolete. Cualquier cosa con tal de eludir su responsabilidad, que la tiene, y muy grande, en este como en otros muchos asuntos, algunos de los cuales –como el accidente del avión de Spanair en Barajas- han tenido un alto precio en vidas humanas. Desde aquel famoso incendio de Guadalajara en el que murieron 11 personas y en el que Maleni compartió responsabilidades con la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y con las autoridades castellano-manchegas, nuestra titular de Fomento no ha hecho otra cosa que acumular escándalo tras escándalo en su gestión, sin que por ello se le haya corrido el rímel, que la doña es muy suya.