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El futuro ya está aquí, pero ZP quiere frenar su avance
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Federico Quevedo

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El futuro ya está aquí, pero ZP quiere frenar su avance

El Gobierno de la Nación ha puesto en marcha una campaña antipiratería. Ya saben, seguimos con aquello de engordar las arcas de la mafia de SGAE

El Gobierno de la Nación ha puesto en marcha una campaña antipiratería. Ya saben, seguimos con aquello de engordar las arcas de la mafia de SGAE a costa del sufrido contribuyente. Rodríguez sigue empeñado en hacer multimillonarios a sus amiguitos de la Cueva de los Cuarenta Ladrones sacando el dinero de nuestros bolsillos con el famoso canon. Es más, SGAE ya actúa como si fuera la banda de Al Capone y envía sicarios o mercenarios a bodas, bautizos y comuniones con el fin de que graben el acontecimiento en el mismo momento en el que empiece a sonar una canción de Ramoncín, empuñar el arma del chantaje para sacarles los cuartos a los organizadores. El ansia recaudadora de esta gente no tiene límites. Es obvio que pretenden engordar sus cuentas corrientes a costa de nuestro trabajo, y no del suyo que es de lo que tendrían que vivir, pero es más fácil recaudar el impuesto revolucionario, ¿verdad, señores de SGAE? 

El caso es que como, a pesar del canon, la gente sigue acudiendo a las redes P2P o de intercambio de archivos bajarse música y películas –yo lo hago, no me duele en prendas reconocerlo-, el Ministerio de Cultura, que lo dirige un señor muy serio y al que tengo mucho respeto como es don César Antonio Molina, ha puesto en marcha una campaña que bajo el lema Si eres legal, eres legal –no se han roto mucho la mollera, que digamos-, dirigida a concienciarnos para que no utilicemos las redes P2P y sigamos instalados en el cuaternario de los CDs y DVDs. ¿Saben? Hace tiempo que no utilizo un CD, y supongo que como me ocurre a mi hay mucha gente que desde que existen los discos duros multimedia no ha vuelto a acudir a una tienda de discos. Pero tampoco piensen que no pago por la música, porque gracias a fórmulas como iTunes uno puede acceder a lo último a un módico precio sin dejar de pagar los derechos de autor, lo cual me parece muy razonable porque un artista tiene todo el derecho del mundo a cobrar por su trabajo, pero hasta un límite, un límite que se rebasa cuando los derechos de autor se convierte en un impuesto revolucionario y el Estado trata a los ciudadanos como delincuentes en potencia.

La campaña equipara las conductas infractoras de los derechos de propiedad intelectual a otros actos antisociales, incívicos e insolidarios, como rayar un coche como una llave o fumar en un ascensor junto a una embarazada. Vamos, que bajarse el último disco de Miguel Bosé viene a ser lo mismo que enviar un paquete con ántrax a una embajada americana. Increible, pero cierto. ¿Cuándo se darán cuenta estos señores de que es imposible ponerle freno al futuro, que por mucho que se empeñen la red es una aldea global en la que se puede hacer de todo –bueno y malo-, y que nadie va a evitar que los ciudadanos accedan a la información, sea del tipo de que sea, de manera libre y, en muchos casos, gratuita? El Gobierno nos amenaza recordándonos que las redes P2P no son seguras –como si no lo supiéramos, pero por eso instalamos sistemas que eviten la entrada de virus y otros indeseables informáticos-. Pero la realidad es que son solo excusas para poner un coto a la descarga de archivos con una razón de fondo, la recaudatoria.

Por eso los internautas han convocado una concentración para este sábado delante de la puerta de la sede socialista de Ferraz, donde se va a proceder a una descarga masiva de archivos P2P como respuesta a la campaña del Gobierno. Los organizadores tachan al Gobierno de manipulador por criminalizar esta herramienta. Lo cierto es que es que la descarga de archivos, lejos de destruir la cultura como intenta hacernos creer el Gobierno, lo que verdaderamente hace es expandirla y democratizarla. No es sorprendente, en cualquier caso, esta actitud del Ejecutivo. No se trata solo de ayudar a sus amigos de SGAE que tanto hicieron por ZP cuando aquello del ‘no a la guerra’. La verdad es que detrás de este asunto se esconde algo mucho más preocupante: esa actitud responde a una concepción totalitaria del poder y su relación con los ciudadanos. No se trata más que de coartar la libertad del acceso a la información, que suele ser por donde empiezan a descomponerse tanto los regímenes totalitarios como aquellos gobiernos democráticos con ambición de lo primero, como es el caso.

El Gobierno de la Nación ha puesto en marcha una campaña antipiratería. Ya saben, seguimos con aquello de engordar las arcas de la mafia de SGAE a costa del sufrido contribuyente. Rodríguez sigue empeñado en hacer multimillonarios a sus amiguitos de la Cueva de los Cuarenta Ladrones sacando el dinero de nuestros bolsillos con el famoso canon. Es más, SGAE ya actúa como si fuera la banda de Al Capone y envía sicarios o mercenarios a bodas, bautizos y comuniones con el fin de que graben el acontecimiento en el mismo momento en el que empiece a sonar una canción de Ramoncín, empuñar el arma del chantaje para sacarles los cuartos a los organizadores. El ansia recaudadora de esta gente no tiene límites. Es obvio que pretenden engordar sus cuentas corrientes a costa de nuestro trabajo, y no del suyo que es de lo que tendrían que vivir, pero es más fácil recaudar el impuesto revolucionario, ¿verdad, señores de SGAE? 

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