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De parte de la princesa muerta
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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De parte de la princesa muerta

En el último barómetro del CIS con intención de voto y valoración de líderes, correspondiente al pasado mes de octubre, el presidente del Gobierno obtenía, por

En el último barómetro del CIS con intención de voto y valoración de líderes, correspondiente al pasado mes de octubre, el presidente del Gobierno obtenía, por primera vez desde que ostenta el cargo, un suspenso. También por primera vez los dos principales partidos políticos empataban en intención de voto con exactamente el mismo porcentaje -39,7%-. Dicen quienes conocen las interioridades del Instituto que ese sondeo se cocinó a la baja para el PP porque el resultado que realmente ofrecía era de tres puntos por encima para el partido de Rajoy, pero como no está documentado, eso entra a formar parte de la política ficción, así que hay que manejarse con lo que realmente sabemos. Entre octubre y diciembre la situación económica no ha hecho más que empeorar y no hay ninguna razón objetiva que haga pensar que los españoles estén ahora más optimistas que hace dos meses. Sin embargo, el viernes nos desayunábamos con un sondeo -no del CIS- según el cual el PSOE sigue estando tres puntos por delante del PP. Todo un regalo de Reyes para Mariano Rajoy por parte de un diario nacional que se ha caracterizado por ser oposición al líder del PP.

 

Un regalo doblemente envenenado, porque supone un balón de oxígeno para la princesa muerta o en agonía -me permitirá Rodríguez la comparación- pero todavía con fuerzas para maquinar maldades y complacer a sus ocasionales aliados con eruditos artículos obamaníacos encargados a algún sesudo asesor monclovita. Pero también porque vuelve a poner encima de la mesa el debate sobre el liderazgo de Rajoy a dos meses exactos de una doble convocatoria electoral vital para el PP, haciéndole el juego a esos anónimos cobardes que no se atreven a plantear sus ambiciones en vivo y en directo, pero que susurran entre tinieblas y cuchichean por las esquinas buscando plumillas dispuestos a comerciar con lo que haga falta con tal de vender como contrabando una exclusiva que no es tal pero se le parece. Líbreme Dios de cuestionar el trabajo de nadie, pero a mí de entrada un sondeo en el que los entrevistados caben en un taxi y curiosamente el margen de error coincide con la diferencia entre el ganador y el segundo, me lleva a la conclusión de que no me sirve como referencia. Si, además, la candidata de quien encarga la encuesta sube como la espuma, la cosa empieza a tener un cierto tufillo.

Lo cierto es que el trabajo de campo lo que pone de manifiesto no es lo que pretende -que la oposición que hace el PP no sirve y que Rodríguez se va de rositas a pesar de la crisis-, sino lo que realmente es: medio año después de que Mariano Rajoy ganara el Congreso de Valencia, algunos no se lo perdonan y van a hacerle la vida imposible aunque eso suponga contribuir alegremente a restarle votos al PP y resucitar a la princesa a la que, con tal de desgastar la imagen de Rajoy, se le concede la capacidad de liderazgo que se le negaba hace cuatro días. Por el contrario, el sondeo sirve de argumento para afirmar que Rajoy no ilusiona y que su partido está sumido en una especie de depresión sin precedentes.

Incluso estando deprimidísimos y superdesilusionados, los votantes del PP mantienen intacta su fidelidad al partido por el que apostaron hace un año mientras que el PSOE incluso en esta encuesta sufre un desgaste que, créanme, es mayor de lo que aparenta. Es lógico que menos de un año después de no haber ganado las elecciones, el PP mantenga un cierto estado de desánimo, y que incluso haya algo de desconcierto mientras el engranaje surgido de Valencia engrasa bien la maquinaria, pero todo eso empieza a funcionar como debe precisamente en el periodo que viene ahora, tiempo preelectoral, que es cuando los partidos ponen en marcha toda su infraestructura humana y política.

Lo que no es lógico es que precisamente en un momento en el que el PP tiene la oportunidad de poner en aprietos al Gobierno socialista, incluso hasta el punto de hacer creer en la virtualidad de unas elecciones anticipadas si el resultado de las gallegas y las europeas es adverso para Rodríguez, sean los propios los que ponen palos en las ruedas y remen contracorriente. Se me dirá que un sondeo es un sondeo y que un medio de comunicación se sirve a sí mismo y no a intereses políticos… Bien, vale, pero ya nos conocemos, o a algunos ya los conocemos lo suficiente como para saber de qué pie cojean y hacia qué lado según convenga. ¿O es que nos vamos a caer ahora del guindo?

Un repaso a la memoria de estos años nos demuestra que para el partido que está en la oposición es harto difícil romper la barrera que le separa de ser el segundo a ser el primero con claridad -Aznar ganó en 1996 con una diferencia de 300.000 votos, con la que estaba cayendo-, y eso debe hacer reflexionar también a los estrategas de Génova 13, pues en estos dos meses hasta el 1 de marzo tienen que poner toda la carne en el asador, siendo conscientes de que el PSOE hará lo mismo, y no dejarse llevar solo por las circunstancias. En próximas entregas, hablaremos de Rosa Díez, que tiene tela.

En el último barómetro del CIS con intención de voto y valoración de líderes, correspondiente al pasado mes de octubre, el presidente del Gobierno obtenía, por primera vez desde que ostenta el cargo, un suspenso. También por primera vez los dos principales partidos políticos empataban en intención de voto con exactamente el mismo porcentaje -39,7%-. Dicen quienes conocen las interioridades del Instituto que ese sondeo se cocinó a la baja para el PP porque el resultado que realmente ofrecía era de tres puntos por encima para el partido de Rajoy, pero como no está documentado, eso entra a formar parte de la política ficción, así que hay que manejarse con lo que realmente sabemos. Entre octubre y diciembre la situación económica no ha hecho más que empeorar y no hay ninguna razón objetiva que haga pensar que los españoles estén ahora más optimistas que hace dos meses. Sin embargo, el viernes nos desayunábamos con un sondeo -no del CIS- según el cual el PSOE sigue estando tres puntos por delante del PP. Todo un regalo de Reyes para Mariano Rajoy por parte de un diario nacional que se ha caracterizado por ser oposición al líder del PP.

Barómetro del CIS