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No son los negocios, es el poder, y el PP la víctima propiciatoria de tanta superchería
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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No son los negocios, es el poder, y el PP la víctima propiciatoria de tanta superchería

El PP pero, sobre todo, los militantes de este partido y, por supuesto, sus votantes. El daño que se está haciendo al PP y a sus

El PP pero, sobre todo, los militantes de este partido y, por supuesto, sus votantes. El daño que se está haciendo al PP y a sus intereses electorales es colosal y eso redunda en beneficio de Rodríguez y en perjuicio de los españoles, pero es evidente que a quienes están poniendo al PP al borde de una situación similar a la que atravesó la UCD eso les importa bien poco, porque de lo que se trata es de colocar al frente del partido a alguien manejable bien por la izquierda o bien por la derecha, aunque eso signifique darle a Rodríguez oxígeno suficiente como para llegar al final de esta legislatura y poder afrontar la siguiente. Y no solo el PP es la víctima: también lo es esta profesión, cada día que pasa más desprestigiada por unos medios de comunicación que hacen del poder su fin último. Unos –El País- quieren ver al frente del PP a Gallardón o a alguien que se le parezca y otros –El Mundo- a Aguirre o tres cuartos de lo mismo, y de eso va esta guerra suicida en la que los perjudicados somos todos los demás. Y para eso da igual que lo que se publique sea o no cierto… Si no lo es, se manipula lo suficiente para que lo parezca.

Es evidente que desde el primer día El País ha buscado hacer daño en la línea de flotación del Gobierno de Esperanza Aguirre y para ello no ha dudado en utilizar informaciones imprecisas, documentos inciertos de los que en casi ningún caso hemos visto prueba alguna, e incluso burdas mentiras que la realidad ha demostrado como tales: incluso la UGT ha tenido que salir al paso de informaciones de este periódico. Nunca llegué a imaginar encontrarme en El País una información de apertura del periódico referida a un supuesto dosier contra Granados, que por supuesto no ha visto ni el periodista que firma la información pues esta se sustenta en las declaraciones de pretendidos altos cargos de los que, obviamente, no se da los nombres pese a la gravedad de las mismas. Claro que viniendo de alguien que se entrevista a sí mismo y que en cierta ocasión publicó los millones que el entonces ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, se había gastado en regalos para su madre a costa del presupuesto, y omitió el irrelevante detalle de que la mujer había fallecido dieciocho años antes, ¿qué se puede esperar? Pues con esos mimbres se ha fabricado toda una extensa red de espionaje en la Comunidad de Madrid, dependiente de Granados y dedicada a investigar las andanzas de los políticos del PP.

¿Significa eso que todo es mentira? Probablemente no, de hecho a mi me consta que en parte esa información es cierta. De hecho, tengo para mí que la presidenta madrileña ha cometido un error de esos que vienen señalados en rojo en los manuales, y no es otro que el de poner la mano en el fuego por sus colaboradores. Es posible que se acabe quemando. La cuestión es que en la Comunidad en lugar de ver detrás del acoso de El País la mano larga de Ferraz, han girado la vista hacia la Dirección Nacional del PP, quizás porque el bocazas de Gallardón les hizo creer que el ataque venía de allí, así que la Torre de Sol –“la víctima soy yo”- le ha declarado la guerra sin cuartel a la Torre de Génova, mientras Frodo-Cospedal, por encargo de Gandalf-Rajoy, porta el anillo del mal con el fin de destruirlo antes de que sea demasiado tarde y el PP caiga definitivamente en manos de Sauron (es que he vuelto a ver hace poco El Señor de los Anillos). Y vale todo, hasta pretender hacernos creer que pueda darse un caso de financiación ilegal en el PP con Rajoy al frente. Hombre, cualquier cosa, pero de eso el PP creo que está ya curado de espanto después del ‘caso Naseiro’,  y dudo mucho que vuelva a caer en una parecida.

Lo cierto es que la manipulación es burda. El martes el diario El Mundo daba cuenta de una conversación entre Rajoy y Aguirre el pasado mes de marzo en la que el líder del PP esgrimió contra la presidenta de la Comunidad unos supuestos dosieres contra el vicepresidente de la misma, Ignacio González, en manos del Tesorero del PP, Álvaro Lapuerta. Ayer, el mismo diario aseguraba que el ahora Tesorero y entonces segundo de Lapuerta y mano derecha de este, Luis Bárcenas, habría presionado al entonces consejero de Justicia, Alfredo Prada, a favor de la empresa Serygur para que fuera adjudicataria del contrato de Seguridad de la nueva Ciudad de la Justicia. Las fechas no coincidían puesto que esa supuesta presión se produjo en diciembre de 2007, y el asunto del dosier se produjo en marzo de 2008, según el mismo periódico, que pretendía enmarcar lo del dosier dentro de la controversia pre-congresual que afectó al PP tras las elecciones de marzo pasado. Fue la presidenta Aguirre la que, queriendo o sin querer, aclaró algunos extremos al reconocer que esa conversación con Rajoy se produjo en 2006, no en 2008, aunque el diario insista en el error. Entonces no existía conflicto alguno entre ambos dirigentes y la propia Aguirre reconoce que Rajoy actuó de buena fe, versión que no venía nada bien a los intereses del periódico, de ahí que insista en el error. A partir de eso, la reconstrucción de los hechos que pretende hacer El Mundo denota mala fe y pone en aprietos, incluso, a quien supuestamente pretende ayudar.

Pretender que el ayudante del Tesorero del PP tenga capacidad para presionar a todo un consejero de la CAM es, perdónenme, una soplapollez, y más cuando se conoce a un hombre tan poco dado a ese tipo de menesteres como Bárcenas. Pero es que, además, El Mundo cuenta que los amigos de Bárcenas y dueños o responsables de Serygur son nada menos que el ex director general de Innovación con Aznar, Álvaro de la Cruz, y el ex concejal Ignacio del Río, este último hombre de confianza de la presidenta e íntimo de la misma, hasta el punto de que tiene hilo directo con ella, lo que hace pensar que poco o nada necesitaría de la intermediación de Bárcenas. Este extremo, por supuesto lo oculta El Mundo a conciencia. Dos: según la historia de El Mundo, en liza por ese contrato entra Segurisa, una empresa vinculada a Pedro Antonio Martín Marín, el hombre al que Ignacio González ha puesto al frente de los toros en la Comunidad. Tres: ni una ni otra se lleva el contrato, sino que acaba en manos de Segur Ibérica, empresa de la que Marta Gil de Biedma, prima de la presidenta, es secretaria del Consejo de Administración. Pues si para atacar a Rajoy estos son los favores que El Mundo y ese locutor de radio en el que todos están pensando le hacen a la presidenta regional, más le valdría cambiar de amigos.

El PP pero, sobre todo, los militantes de este partido y, por supuesto, sus votantes. El daño que se está haciendo al PP y a sus intereses electorales es colosal y eso redunda en beneficio de Rodríguez y en perjuicio de los españoles, pero es evidente que a quienes están poniendo al PP al borde de una situación similar a la que atravesó la UCD eso les importa bien poco, porque de lo que se trata es de colocar al frente del partido a alguien manejable bien por la izquierda o bien por la derecha, aunque eso signifique darle a Rodríguez oxígeno suficiente como para llegar al final de esta legislatura y poder afrontar la siguiente. Y no solo el PP es la víctima: también lo es esta profesión, cada día que pasa más desprestigiada por unos medios de comunicación que hacen del poder su fin último. Unos –El País- quieren ver al frente del PP a Gallardón o a alguien que se le parezca y otros –El Mundo- a Aguirre o tres cuartos de lo mismo, y de eso va esta guerra suicida en la que los perjudicados somos todos los demás. Y para eso da igual que lo que se publique sea o no cierto… Si no lo es, se manipula lo suficiente para que lo parezca.

Mariano Rajoy Aguirre Newman