Es noticia
Lo que diga la rubia
  1. España
  2. Dos Palabras
Federico Quevedo

Dos Palabras

Por

Lo que diga la rubia

Está la izquierda que fuma en pipa porque Esperanza Aguirre ha dado carpetazo a la Comisión de Investigación de la falsa trama del espionaje en la

Está la izquierda que fuma en pipa porque Esperanza Aguirre ha dado carpetazo a la Comisión de Investigación de la falsa trama del espionaje en la Comunidad de Madrid. No me extraña: Tomás Gómez y Maru Menéndez -secretario general del PSM y portavoz del Grupo Socialista en la cámara regional, respectivamente-, habían envidado su suerte política de las próximas semanas a una comisión que, supuestamente, iba a tener en vilo a la presidenta regional mientras fueran pasando por ella, uno tras otro, implicados y no tanto en una farsa montada por el Grupo Prisa para intentar sacudirle a Aguirre y abrirle al PSOE las puertas del Palacio de Correos de la Puerta del Sol, dado que ellos por sus propios méritos son incapaces de hacerlo. ¿Eso significa que de lo dicho no hay nada? Hombre, yo no me atrevería a tanto, pero es evidente que de lo dicho por El País hay poca cosa, salvo la constancia de que, en efecto, alguien espió a Ignacio González, pero deberá ser la Justicia la que aclare quién, por qué y en qué circunstancias. Lo que deja claro todo esto es que las comisiones parlamentarias sirven para bien poco mientras sean el fruto de una oportunidad política y no de una necesidad ciudadana de esclarecer la verdad.

¿Y el PP de Rajoy? “Lo que diga la rubia”, ese parece que es la conclusión a la que ha llegado Génova, por razones evidentes: a nadie le interesa pegarse, como se dice popularmente, un tiro en el pie, y parece obvio que mantener viva esa comisión cuando es más que evidente que detrás de los famosos partes de seguimiento lo que hay es una aventura tipo Mortadelo y Filemón -ya lo definió así en su día Rubalcaba, y debía de saber por qué-, supone abrir en canal el propio Partido Popular y participar de la estrategia del Prisoe de enfrentar al PP de Madrid con el PP nacional ahora que las cosas parece que se han calmado bastante entre las dos partes. En vista de lo cual la izquierda se rasga las vestiduras por comportamiento antidemocrático de Aguirre, pero la cosa manda h…, que diría Trillo, porque a estos mismo que ahora se les sube el espíritu democrático como las burbujas de champagne, no les he escuchado denunciar que en 32 años de democracia el PSOE no haya aprobado jamás una comisión de investigación mientras tuvo mayoría absoluta en el Parlamento -lo hizo cuando la perdió-, o que en Andalucía se hayan rechazado 71 solicitudes de comisiones de investigación, o que en Castilla-La Mancha sólo se haya celebrado una, la del trágico incendio de Guadalajara y porque había 11 muertos sobre la mesa, y a la misma no acudió por rechazo socialista la consejera responsable, esa a la que luego imputó la Justicia.

Distinta actitud, distinta vara de medir, distinto comportamiento democrático. El PP tenía mayoría absoluta cuando aceptó la Comisión de Investigación del caso Gescartera en el Congreso, y Aguirre tenía mayoría absoluta cuando el pasado mes de febrero dijo sí a la Comisión de Investigación pedida por el PSOE sobre el caso del espionaje. Una Comisión que lejos de estar paralizada, ha estado funcionando durante todo este tiempo, si bien es verdad que no con comparecencias, sí con solicitudes de información que, a veces, pueden ser más importantes. Pero al PSOE solo le interesaba el circo mediático, interrogar a Cospedal, incluso a Rajoy, y que comparecieran Cobo y Prada para dar cuartel a la división en el PP y el enfrentamiento entre el PP de Aguirre, el PP de Rajoy y lo que sea de Gallardón. Pero ni Génova, ni Sol, han querido caer en la trampa y aunque el cierre de la Comisión pueda tener algún coste, siempre será menos que el que tendría mantenerla abierta. Dicho esto, tanto Aguirre debería ser prudente en cuanto a las andanzas de alguno de sus colaboradores, no vaya a ser que esto haya quedado en nada, pero luego aparezca otra de estas tramas, preparada o no, que venga a complicarle a ella y al PP la vida.

 

Está la izquierda que fuma en pipa porque Esperanza Aguirre ha dado carpetazo a la Comisión de Investigación de la falsa trama del espionaje en la Comunidad de Madrid. No me extraña: Tomás Gómez y Maru Menéndez -secretario general del PSM y portavoz del Grupo Socialista en la cámara regional, respectivamente-, habían envidado su suerte política de las próximas semanas a una comisión que, supuestamente, iba a tener en vilo a la presidenta regional mientras fueran pasando por ella, uno tras otro, implicados y no tanto en una farsa montada por el Grupo Prisa para intentar sacudirle a Aguirre y abrirle al PSOE las puertas del Palacio de Correos de la Puerta del Sol, dado que ellos por sus propios méritos son incapaces de hacerlo. ¿Eso significa que de lo dicho no hay nada? Hombre, yo no me atrevería a tanto, pero es evidente que de lo dicho por El País hay poca cosa, salvo la constancia de que, en efecto, alguien espió a Ignacio González, pero deberá ser la Justicia la que aclare quién, por qué y en qué circunstancias. Lo que deja claro todo esto es que las comisiones parlamentarias sirven para bien poco mientras sean el fruto de una oportunidad política y no de una necesidad ciudadana de esclarecer la verdad.

Francisco Granados