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Rajoy tiene el viento de cara; sus enemigos se lamen las heridas
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Rajoy tiene el viento de cara; sus enemigos se lamen las heridas

Dice Mariano Rajoy que las encuestas son eso, encuestas, para bien y para mal, cuando ganas y cuando pierdes. Pero ayudan para pulsar el estado de

Dice Mariano Rajoy que las encuestas son eso, encuestas, para bien y para mal, cuando ganas y cuando pierdes. Pero ayudan para pulsar el estado de ánimo de los electores. Y a decir verdad ese estado de ánimo anda muy quebradizo por culpa de la crisis y de un Gobierno entrante que no solo no ha conseguido recomponer los rotos que había dejado el saliente, sino que a fuerza de hacer el gilipollas reunión tras reunión para dar la sensación de que sirve para algo, ha conseguido que a Rodríguez se le ponga cara de imbécil y los demás nos quedemos anonadados ante semejante espectáculo de sublime ridículo. Qué razón tenía Arturo Pérez Reverte cuando afirmaba, referido a ZP: “Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado”. Pues éste, querido Arturo, reúne ambas cualidades. Patético. Claro que más patético fue cuando el ‘cerebro’ que nos gobierna pretendió emular a Kennedy y nos propuso que no nos preguntáramos qué podía hacer Obama por nosotros, sino cómo podíamos nosotros ayudarle a salvar el mundo, supongo. Bárbaro. Estamos en manos de un ignorante aquejado de incontinencia verbal, y así nos va. Por eso las encuestas dicen lo que dicen, y a eso voy, que al final me cuelo por los cerros de Úbeda.

Y lo que dicen es que el PP anda ya cuatro puntos y pico por delante del PSOE. Que el PP crece, y que el PSOE mengua. ¿Sorprendente? Para mí, no. Los que aventuraban toda clase de desgracias al PP de la mano de Rajoy, esos que vaticinaban todas las mañanas en la radio el fin del mundo para el PP, ahora se tragan sus palabras y, de hecho, el haber servido de correa de trasmisión para los intereses espurios del zaplanismo redentor, ese mismo zaplanismo que le dio de comer para engordar aventuras digitales competencia de las ondas episcopales, ahora les pasa factura. Dios los cría, y ellos se juntan les decía ayer a un grupo de amigos entorno a una buena mesa: los Zaplana-Bono-Rubalcaba-JAG-Garzón-Pedrojota-FJL y compañía forman parte de un mismo paquete de ambiciones políticas y de poder que no contaban con el placet de Génova 13 y por eso arremetieron sin piedad contra el líder del centro derecha, con los resultados que ya todos conocemos. Hace no mucho escribí que a Rajoy le pasaría lo mismo que le pasó a Aznar en el 93, es decir, que tras una derrota que todo el mundo ansiaba como victoria, vendrían mejores resultados electorales y las encuestas empezarían a reflejar cómo la tendencia cambia y el personal se sube al carro ganador.

Pues bien, me alegro de no haberme equivocado, por el bien de este país ahora en manos de un indocumentado. La única garantía de que todo esto cambie para mejor se llama Mariano Rajoy, y eso parece haberlo percibido de manera bastante nítida la mayoría de la opinión pública después de que el PP ganara con mayoría absoluta las elecciones gallegas del 1-M. Ése ha sido el punto de inflexión, pero esto ya lo hemos escrito hasta la saciedad. Faltaba por ver cómo se empezaban a comportar los sondeos de opinión de cara a las elecciones europeas de junio, y ya tenemos esos primeros avances que apuntan en la buena dirección: el PP va a ganar, como vengo diciendo desde hace tiempo. Algunos de los antes mencionados siguen en el empeño de darle algo de pábulo a ese experimento de contumacia política llamado UPyD, que parece haberse empezado a quedar sin discurso y, si Rouco no lo remedia –que no parece-, sin apoyo mediático de seis a doce de la mañana, porque imagino que los curas le habrán puesto la proa a que desde su emisora –que es suya, no lo olvidemos- se dé cuartelillo a un partido que defiende el aborto libre, la eutanasia y Educación para la Ciudadanía. Tiene bemoles que cuando acude Rosa Díez a ya saben ustedes qué programa  nadie le pregunte por su posición ante el aborto, y cuando van Cospedal o Soraya las frían a preguntas sobre el tema. ¡Hombre! Ya iba siendo hora de que alguien pusiera las cosas en su sitio, digo yo.

Y miren que en este asunto creo que el PP anda en exceso complaciente, a pesar de ser el único que se ha opuesto claramente a algo que ni siquiera es todavía un proyecto de ley, porque a estas alturas hasta dudo de que la ministra Aído sepa a dónde quiere ir después de que Chaves le haya jorobado su vuelta a Andalucía filtrando la crisis de Gobierno el día en que Rodríguez le lamía el c… a Obama después de seis años en busca de la foto perdida. De aquí a junio los de Génova tienen que armar una alternativa creíble y consistente. Ayer dieron un primer paso con las propuestas contra la crisis que se debatirán en el Parlamento y obligarán al PSOE a retratarse, pero eso no es suficiente: el PP tiene que recuperar el lenguaje firme y claro en asuntos como el aborto y apoyar esas propuestas de reformas económicas con una sólida apuesta por la regeneración democrática. Ahora es cuando el PP puede recuperar el discurso reformista y de defensa de los derechos civiles que en su día le robó el PSOE cuando Aznar decidió envidarlo todo a la suerte de George Bush.

Rodríguez ha perdido toda su credibilidad, es un líder patético, cuestionado por los suyos, y que con esta crisis ha demostrado que hasta él mismo es consciente de que se acerca el final de su reinado y mueve sus peones para evitar que la caída –su caída- sea muy dura haciendo que éstos le sirvan de colchón. En estas circunstancias, lo único que necesita el PP es no cometer errores, o no demasiados errores, y ofrecer una buena alternativa –no limitarse solo a la arriolesca estrategia de ver pasar el cadáver de su enemigo, no sea que les arrastre- junto a una imagen de partido que ha sabido romper con las amarras que todavía le unen al aznarismo, aunque eso suponga algún que otro sacrificio interno. Y ser conscientes de que el PSOE va a morir matando, y de que va a utilizar todos los medios a su alcance para denostar al PP y a su líder, aunque eso suponga para Rodríguez tener que ceder a los chantajes de Prisa, la extorsión de ‘La Secta’ y la amenaza de la Mafia de la SGAE –Sinde González Ángeles Excelentísima, ¡anda, es verdad, coinciden al revés!- y su jefa ahora ascendida a Ministra del Ramo Sobrevividor. Rajoy, ya se lo dije a ustedes, será presidente, y a no tardar mucho para escozor subcutáneo de todos los que llevan un año haciéndoselas pasar canutas a él y poniéndonos de vuelta y media a los que le hemos dado un voto de confianza. Pero ya saben, sarna con gusto, no pica.

Dice Mariano Rajoy que las encuestas son eso, encuestas, para bien y para mal, cuando ganas y cuando pierdes. Pero ayudan para pulsar el estado de ánimo de los electores. Y a decir verdad ese estado de ánimo anda muy quebradizo por culpa de la crisis y de un Gobierno entrante que no solo no ha conseguido recomponer los rotos que había dejado el saliente, sino que a fuerza de hacer el gilipollas reunión tras reunión para dar la sensación de que sirve para algo, ha conseguido que a Rodríguez se le ponga cara de imbécil y los demás nos quedemos anonadados ante semejante espectáculo de sublime ridículo. Qué razón tenía Arturo Pérez Reverte cuando afirmaba, referido a ZP: “Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado”. Pues éste, querido Arturo, reúne ambas cualidades. Patético. Claro que más patético fue cuando el ‘cerebro’ que nos gobierna pretendió emular a Kennedy y nos propuso que no nos preguntáramos qué podía hacer Obama por nosotros, sino cómo podíamos nosotros ayudarle a salvar el mundo, supongo. Bárbaro. Estamos en manos de un ignorante aquejado de incontinencia verbal, y así nos va. Por eso las encuestas dicen lo que dicen, y a eso voy, que al final me cuelo por los cerros de Úbeda.