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Zapatero, eres un lastre
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Zapatero, eres un lastre

Francamente, esto empieza a ser un poco desesperante. Da la sensación de que este Gobierno ha perdido el juicio y no lo encuentra, o ni siquiera

Francamente, esto empieza a ser un poco desesperante. Da la sensación de que este Gobierno ha perdido el juicio y no lo encuentra, o ni siquiera lo busca. Yo que sé. Uno espera que el Gobierno se comporte con cierto sentido común, incluso con algo de seriedad, pero que se den a conocer las cifras de paro del mes de abril, que estas sean las peores cifras de paro de un mes de abril en el último cuarto de siglo, y que el Gobierno eche las campanas al vuelo y se permita decir que esto empieza a mejorar, es de una irresponsabilidad mayúscula. Ayer, el Gobierno se reunió en sesión extraordinaria. Un miércoles. ¿Para qué? Cabía pensar que después del fracaso de los planes A, B, C, D y E, porque el Plan E es un absoluto fracaso, el Ejecutivo de Rodríguez nos presentaría el Plan F, precursor del Plan G que, a su vez, será la antesala del Plan H. Pero en lugar de eso, el Gobierno –que obviamente ya sabía que el mes de abril iba a dar una cifra de paro registrado inferior a la de los meses anteriores- se ha reunido para recrearse en su propia incompetencia haciéndonos creer que el Plan E es la panacea mundial gracias al cual vamos a salir de la crisis de aquí a que demos la vuelta a la esquina, gracias, eso sí, al indiscutible liderazgo de nuestro aguerrido presidente.

Pero lo cierto es que el Plan E es una absoluta necedad. La crisis financiera y mundial, como le gusta decir al Gobierno, está poniendo de manifiesto una situación que sólo atravesamos nosotros: una destrucción de empleo como nunca antes se había visto en nuestro país, ni en ningún otro. ¿Por qué? Es evidente que las extremas rigideces de nuestro mercado laboral nos están pasando una dolorosísima factura, como se ha puesto de manifiesto en la EPA del primer trimestre, y como pone de manifiesto el dato de paro del mes de abril en el que, una vez eliminado el factor de estacionalización que supone la Semana Santa, la cifra de paro se sitúa en 120.000 personas más. España destruye empleo a un ritmo enfurecido, desatado. Mientras que en otros países la crisis está haciendo que la tasa de paro crezca dos, tres puntos, incluso cuatro, en España va camino de triplicarse a final de este año. Y de eso no tiene la culpa la crisis financiera mundial, ni Bush, ni los neocons… De eso tienen la culpa los sucesivos gobiernos que se han dejado achantar por los sindicatos y han sido incapaces de acometer la reforma estructural más urgente que requiere este país, la del mercado laboral. Y como ahora gobierna Rodríguez, es a él al que le toca asumir su cuota parte de responsabilidad.

Dicho de otro modo, esta situación es como esa mancha de humedad que de pronto aparece en la pared. Podemos hacer dos cosas: una, abrir la pared, arreglar la cañería que está rota e, incluso, cambiarla si es necesario, y luego pintarla. Evidentemente, eso supone tomar una decisión difícil, porque nunca se sabe lo que se va a encontrar, y hay que asumir riesgos. La otra opción es limitarse a pintar la pared para tapar la mancha y punto. Esto último es el Plan E. El problema es que si no se corta de raíz el origen de la humedad, la mancha vuelve a salir de nuevo. Es decir, lo más probable es que esos puestos de trabajo que ahora se han creado de manera temporal para obras de corto alcance, vuelvan a engrosar en poco tiempo las listas del paro, agravando una situación que ya de por sí es extrema. Lo que de verdad habría que hacer es echarle bemoles y afrontar eso que toda la sociedad le está reclamando al Gobierno, la reforma laboral, aunque eso suponga tener que poner sobre la mesa cuestiones tan espinosas como los costes del despido, pero no soy yo el que lo reclama, ni los neocons, ni los ultraliberales… Son políticos y economistas socialdemócratas los primeros que están poniendo sobre la mesa esa necesidad.

El mes de abril ha sumado la increíble cifra de 3.644.880 parados registrados en las oficinas del INEM, el peor dato que haya dado nunca el Ministerio de Trabajo, ni siquiera en tiempos de Felipe González cuando prometió 800.000 puestos de trabajo y nos dejó 800.000 parados más. Rodríguez ya tiene más parados en su haber que Felipe González. Está batiendo todos los records y amenaza con pulverizar cualquier registro imaginable como el peor de los casos. Esto por lo que respecta al paro, pero lo cierto es que en abril la destrucción de empleo fue brutal. La afiliación media a la Seguridad Social descendió el mes pasado en 1.322.087 personas respecto a abril de 2008, lo que supone un descenso del 6,83%. Nunca antes en la historia de la Seguridad Social se había registrado un descenso interanual de la afiliación a fin de mes similar en abril.

 

¿Y qué hace el Gobierno? Tomárselo a chufla, chanza, chirigota o como quieran llamarlo. Vamos, descojonarse del personal diciéndonos que ya se empieza a ver la luz al final del túnel… Sí, la del camión que viene de frente a toda velocidad y sin frenos, que se llama endeudamiento. Hace unas semanas aporté un dato que mucha gente me discutió: la deuda del Reino de España asciende a 800.000 millones de euros. Pues bien, la UE ha confirmado que la deuda bruta española es de 1,5 billones de euros, y la neta de 800.000 millones. El camino seguido por Rodríguez con el Plan E y otras necedades como la financiación autonómica amenazan con convertir esa cifra en imposible. Salir de esta crisis va a ser algo muy complicado para los españoles salvo que soltemos lastre, y el lastre se llama Rodríguez Zapatero.

Francamente, esto empieza a ser un poco desesperante. Da la sensación de que este Gobierno ha perdido el juicio y no lo encuentra, o ni siquiera lo busca. Yo que sé. Uno espera que el Gobierno se comporte con cierto sentido común, incluso con algo de seriedad, pero que se den a conocer las cifras de paro del mes de abril, que estas sean las peores cifras de paro de un mes de abril en el último cuarto de siglo, y que el Gobierno eche las campanas al vuelo y se permita decir que esto empieza a mejorar, es de una irresponsabilidad mayúscula. Ayer, el Gobierno se reunió en sesión extraordinaria. Un miércoles. ¿Para qué? Cabía pensar que después del fracaso de los planes A, B, C, D y E, porque el Plan E es un absoluto fracaso, el Ejecutivo de Rodríguez nos presentaría el Plan F, precursor del Plan G que, a su vez, será la antesala del Plan H. Pero en lugar de eso, el Gobierno –que obviamente ya sabía que el mes de abril iba a dar una cifra de paro registrado inferior a la de los meses anteriores- se ha reunido para recrearse en su propia incompetencia haciéndonos creer que el Plan E es la panacea mundial gracias al cual vamos a salir de la crisis de aquí a que demos la vuelta a la esquina, gracias, eso sí, al indiscutible liderazgo de nuestro aguerrido presidente.

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