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Buscando a Gürtel desesperadamente
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Buscando a Gürtel desesperadamente

Leo en el diario El País: “El ‘Caso Gürtel’ golpea al núcleo duro del Gobierno de Esperanza Aguirre”. El ‘núcleo duro’ del Gobierno de Esperanza Aguirre

Leo en el diario El País: “El ‘Caso Gürtel’ golpea al núcleo duro del Gobierno de Esperanza Aguirre”. El ‘núcleo duro’ del Gobierno de Esperanza Aguirre se llama Alberto López Viejo, que es tan ‘núcleo duro’ como el conserje de la entrada del Palacio de Correos, en la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid. Por núcleo duro de un dirigente político o presidente de una comunidad se entiende a ese grupo reducido de personas que están presentes en la toma de decisiones siempre o casi siempre, es decir, que forman parte de las entretelas de la estrategia política. Pedro Solbes era nada menos que vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, todo un ‘puestazo’ en el Gobierno, pero no formaba parte del ‘núcleo duro’ de Rodríguez como bien se ha visto. López Viejo era consejero de Deportes, y durante unos años se ocupaba de prepararle los actos a Esperanza Aguirre y actuaba como una especie de guardaespaldas. Pero de ahí a formar parte del reducido grupo de personas de la confianza de Aguirre, hay un trecho respetable. De hecho, nunca formó parte de ese grupo de confianza, sino que más bien Aguirre quiso tenerlo cerca para vigilarlo. Y es que sobre López Viejo vienen recayendo sospechas desde hace tiempo, bastante tiempo. Pero es evidente que El País, que el Grupo Prisa, necesitaba inventarse algo que pusiera de nuevo a Esperanza Aguirre en el punto de mira y a falta de otro caso de espionaje que llevarse a la portada, ha decidido ascender a López Viejo a la categoría de personal de estrecha confianza de la presidenta. Este es el manual de estilo de El País: mentira tras mentira, falsedad tras falsedad, invención tras invención. Y mafia, mucha mafia detrás de cada portada.

 

Pero lo cierto es que también en esto existen distintas varas de medir. Verán, como el PP ha reaccionado como se supone que debe reaccionar un partido político en un caso como este, es decir, suspendiendo de militancia a los cargos públicos que han sido imputados en una causa abierta, como es el caso, ahora lo que critican las terminales mediáticas de Ferraz es que, bien, se les ha suspendido pero siguen siendo diputados. Es verdad que lo siguen siendo, pero también lo es que Trinidad Rollán, ex alcaldesa socialista de Torrejón y número dos del PSM, es decir, ésta sí que es núcleo duro de Tomás Gómez, está imputada en una causa abierta por la Justicia relativa a un convenio urbanístico, y sin embargo sigue siendo secretaria de Organización del PSM y diputada en la Asamblea. Es decir, no se la ha suspendido de militancia y, por supuesto, no ha dejado su escaño. Como tampoco lo han dejado otros ilustres imputados del PSOE en la Asamblea de Madrid: el alcalde de Pinto, Juan José Martín, o el ex alcalde de Leganés José Luis Pérez Ráez. ¿Aplicamos la misma regla para todos o, como siempre hace la izquierda, distinguimos entre imputados de derechas e imputados de izquierdas? No hace falta que me respondan porque, obviamente, las terminales mediáticas de la izquierda, con el Grupo Prisa dirigiendo las acciones de la mafia, tienen muy claro que los imputados de la izquierda son gente de bien, y los de la derecha peligrosísimos delincuentes a los que hay que perseguir hasta la tumba. Hombre, en esto me van a permitir que les diga algo: lo que hace El País no es periodismo, es militancia, y de la peor calaña, porque ha dejado de ser un periódico de referencia para convertirse en un esbirro al servicio del poder, y todo a cambio de un plato de lentejas económicas que le permitan salir de la grave crisis en que se encuentra por los muchos errores de gestión cometidos en tiempos del Patriarca Polancone.

Es evidente que el Gobierno está al borde de un ataque de nervios. La situación económica es cada vez más dramática y a pesar de los arreglos de cocina que le hagan a la encuesta del CIS hasta el punto de que con el recuerdo de voto de la misma hace un año el PSOE le habría sacado seis millones de votos de diferencia al PP, la realidad -y ellos la conocen- es que lo que se avecina para el PSOE es una debacle electoral. Por eso desde Ferraz han puesto firmes a todos los esbirros mediáticos del socialismo y los han convocado a una al grito de “¡Salvemos a Zapatero!”. Y a falta de nada bueno que ofrecer, la estrategia es seguir dándole caña al PP con el ‘caso Gürtel’, aunque nada de lo que haya sea lo suficientemente importante como para averiar de verdad los motores de la nave de Génova 13 y de la Puerta del Sol, que ahora trabajan al unísono, por fin. Hay caso en Madrid, sería absurdo negarlo. Correa es un ‘chorizo’ que se aprovechó de sus contactos para sacar toda la tajada que pudo. Pues bien, que los implicados sean apartados del partido y que la Justicia los juzgue. Pero de ahí a buscar una causa que salpique a la cúpula del PP media un abismo porque ni Garzón, ni toda la policía de Rubalcaba al servicio de Garzón, ni los inigualables equipos de investigación de El País han conseguido encontrar lo que querían: una trama de financiación ilegal. Y miren que se han inventado todo lo que han podido para conseguirlo, hasta el punto de haber prefabricado pruebas como al final se acabará demostrando.

Ha llegado un punto en el que el ‘caso Gürtel’ ha dejado de ser “la trama corrupta del PP” para convertirse en la trama corrupta de El País. En algún momento alguien debería de abrir una investigación, aunque fuera de oficio, sobre el comportamiento de este periódico, al que por cierto le ha hecho el juego todo lo que ha podido El Mundo para ver si por ahí encontraba una manera de llevarse por delante el liderazgo de Rajoy. Pero el objetivo de Prisa no es Rajoy, sino Aguirre. Rodríguez le ha dicho a Cebrián que quiere recuperar Madrid, y en eso están, porque es evidente que con Tomás Gómez no van a ninguna parte. Pero esto es grave, porque si la prensa se convierte en brazo armado de la política, se desnaturaliza su papel en la democracia y se pone en serio peligro la misma porque deja de ser esa pieza fundamental en el control al poder, tan necesaria para que el sistema se siga sustentando en la opinión pública frente a la ambición totalitaria de políticos como Rodríguez, ¿o es que pensaron que había abandonado sus pretensiones? Todo esto, junto a los intentos por amordazar a una parte importante de los medios audiovisuales, tiene mucho que ver con esa ambición totalitaria de permanencia en el poder, y supone una grave, gravísima amenaza contra la Libertad. Lo advierto, porque en situaciones como esta es cuando políticos autoritarios como Rodríguez se revuelven contra el propio sistema y utilizan todos los resortes del poder a su alcance para evitar tener que desalojarlo. Ya verán como en los próximos días aparecen más ‘casos Gürtel’, aunque sean de fabricación propia en los talleres de Miguel Yuste 40.

Leo en el diario El País: “El ‘Caso Gürtel’ golpea al núcleo duro del Gobierno de Esperanza Aguirre”. El ‘núcleo duro’ del Gobierno de Esperanza Aguirre se llama Alberto López Viejo, que es tan ‘núcleo duro’ como el conserje de la entrada del Palacio de Correos, en la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid. Por núcleo duro de un dirigente político o presidente de una comunidad se entiende a ese grupo reducido de personas que están presentes en la toma de decisiones siempre o casi siempre, es decir, que forman parte de las entretelas de la estrategia política. Pedro Solbes era nada menos que vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, todo un ‘puestazo’ en el Gobierno, pero no formaba parte del ‘núcleo duro’ de Rodríguez como bien se ha visto. López Viejo era consejero de Deportes, y durante unos años se ocupaba de prepararle los actos a Esperanza Aguirre y actuaba como una especie de guardaespaldas. Pero de ahí a formar parte del reducido grupo de personas de la confianza de Aguirre, hay un trecho respetable. De hecho, nunca formó parte de ese grupo de confianza, sino que más bien Aguirre quiso tenerlo cerca para vigilarlo. Y es que sobre López Viejo vienen recayendo sospechas desde hace tiempo, bastante tiempo. Pero es evidente que El País, que el Grupo Prisa, necesitaba inventarse algo que pusiera de nuevo a Esperanza Aguirre en el punto de mira y a falta de otro caso de espionaje que llevarse a la portada, ha decidido ascender a López Viejo a la categoría de personal de estrecha confianza de la presidenta. Este es el manual de estilo de El País: mentira tras mentira, falsedad tras falsedad, invención tras invención. Y mafia, mucha mafia detrás de cada portada.