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Detrás de todos los males del PP siempre está Javier Arenas
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Detrás de todos los males del PP siempre está Javier Arenas

El caso Bárcenas volvió este viernes, por enésima vez, a las portadas de los medios digitales y lo hará este sábado a las de la prensa de

El caso Bárcenas volvió este viernes, por enésima vez, a las portadas de los medios digitales y lo hará este sábado a las de la prensa de papel a cuenta de la demanda civil interpuesta por María Dolores de Cospedal contra el extesorero del PP en defensa de su honor, por las afirmaciones de éste según las cuales habría pagado a la secretaria general del PP 15.000 euros en dinero negro en dos entregas de 7.500 euros cada una.

Desde el minuto uno, es decir, desde que ese hecho concreto apareció en las fotocopias de los papeles que Bárcenas y Javier Trías decidieron entregar al diario El País en una reunión que ambos mantuvieron el pasado enero con una tercera persona de la dirección de CiU en el chalet que el extesorero tiene en Baqueira Beret, María Dolores de Cospedal ha negado con absoluta rotundidad que fuera cierto. El viernes, en su declaración física -podía haberla hecho por videoconferencia- ante el juez, volvió a hacerlo con la misma firmeza.

De lo ocurrido el viernes en juzgado podemos extraer dos conclusiones, por lo menos: la primera, que Bárcenas no puede demostrar de ninguna manera que entregara ese dinero a Cospedal y que más allá de la credibilidad que puede tener un delincuente, que ahora sabemos que ha actuado como tal durante muchos años -construyendo, incluso, una coartada aparentemente perfecta para ocultar su delito mezclando hechos ciertos con mentiras como la presente-, en un Estado de Derecho la presunción de inocencia prima siempre sobre la acusación de delito si éste no puede demostrarse.

Arenas fue el muñidor de ese acuerdo a espaldas de la secretaria general. Aparece como amigo de Bárcenas en todas las declaraciones de éste y además les hemos visto juntos jugando al pádel…

Y la segunda, que después de escuchar de nuevo la versión sobre cómo Bárcenas siguió ocupando un despacho en Génova 13 y manteniendo sueldo, coche y secretaria, nadie se explica que a estas alturas el vicesecretario del PP para asuntos territoriales, Javier Arenas, no haya asumido alguna clase de responsabilidad política apartándose, de una vez por todas, de la primera línea a algún cómodo retiro que seguramente no tendrá ningún problema en buscarle el señor presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Arenas fue el muñidor de ese acuerdo a espaldas de la secretaria general, se reunió no se cuantas veces con Bárcenas, aparece como su amigo en todas y cada una de las declaraciones de éste y además les hemos visto juntos jugando al pádel… Nada de eso indica que Javier Arenas haya cometido ilegalidad alguna, Dios me libre de pretender insinuar algo así, pero es un hecho que su relación con Bárcenas ha tenido mucho que ver en el trato preferente que el partido otorgó al extesorero, y que ese trato se tuvo con Bárcenas contra la opinión de María Dolores de Cospedal quien, por otra parte, es la que se está, literalmente, comiendo el marrón provocado por el propio Arenas.

El caos del PP andaluz

Y no es el único. Ya sé que tiene poco que ver una cosa con la otra, pero si el PP lleva casi un año sufriendo las consecuencias de la mala gestión del caso Bárcenas, aún es mayor el tiempo que lleva comprobando cómo se hunden sus aspiraciones de poder ser alternativa de Gobierno alguna vez en Andalucía, y de eso tiene también mucha responsabilidad Javier Arenas.

El problema es que el PP en Andalucía necesita encontrar una solución que no pase porque Javier Arenas siga mandando, aunque sea a distancia

La semana pasada en este blog publicaba un artículo que, me consta, cayó como una bomba en el seno del arenismo andaluz, y como respuesta a ese post esta semana se han empezado a mover algunas piezas manejadas a distancia por el propio Arenas para volver a situar en el escaparate de los posibles candidatos a liderar el PP a dos políticos andaluces a los que la Dirección Nacional, con Mariano Rajoy a la cabeza, ya ha descartado por completo: el actual secretario general del PP-A, José Luis Sanz, y el secretario de Estado de Asuntos Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno. Es más, este último, a petición del propio presidente del Gobierno se ha descartado como candidato a suceder a Zoido, pero aún así los partidarios de Arenas en Andalucía le siguen situando en la quiniela.

Y el problema es que el PP en Andalucía necesita encontrar una solución que no pase porque Javier Arenas siga mandando, aunque sea a distancia. Eso se ha demostrado un desastre y el PP necesita una profunda renovación de caras y de cargos para poder hacer frente al huracán Díaz, si no quiere seguir otros treinta años en la oposición en Andalucía. Arenas ha sido un político de una enorme influencia en el partido. En su día fue un buen ministro de Trabajo, ha sido un eficiente secretario general, pero su tiempo político ha pasado y se encuentra demasiado condicionado por sus peligrosas amistades actuando como un obstáculo a la necesaria limpieza interna que debe hacer el PP.

Su mano ha estado detrás de casi cada uno de los errores que ha venido cometiendo el PP desde que estallara el caso Gürtel, primero, y el caso Bárcenas, después. Impidió hasta el último momento que Rajoy forzara la dimisión de Camps, hizo lo imposible por que Gerardo Galeote -otro compañero de partidos de pádel- siguiera en las listas del PP al Parlamento Europeo, aunque al final triunfó la posición de Cospedal. De hecho, su permanente enfrentamiento con la secretaria general hace un daño difícil de evaluar a la imagen y a la gestión interna del partido. Es comprensible -hasta cierto punto- que, a la vista de las deudas que tiene con él por aquel Congreso de Valencia del año 2008, Mariano Rajoy quiera seguir dándole su apoyo, pero debería ser el propio Arenas quien tomara la decisión de dar un paso atrás y desatascar lo mucho que por su culpa está atascado en el PP.

El caso Bárcenas volvió este viernes, por enésima vez, a las portadas de los medios digitales y lo hará este sábado a las de la prensa de papel a cuenta de la demanda civil interpuesta por María Dolores de Cospedal contra el extesorero del PP en defensa de su honor, por las afirmaciones de éste según las cuales habría pagado a la secretaria general del PP 15.000 euros en dinero negro en dos entregas de 7.500 euros cada una.

Javier Arenas Mariano Rajoy Caso Gürtel